martes, 15 de octubre de 2013

PERFUME DE MUJER:

Kim Novak en París

Fernando Ampuero


Y en semejante trance, el argentino descubrió otra maravillosa dimensión de Kim Novak: el escote de su vestido donde asomaban unos senos voluptuosos, el cosquilleo de su leve y embriagador perfume. Entonces, se hundió en sus ojos, que resplandecían en la penumbra como dos aguamarinas, aproximando su rostro al suyo, buscando su boca. Y la beso. Su boca era grande y húmeda y en ella se perdía la noción del tiempo y del espacio…

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