lunes, 22 de julio de 2013

Testigo y protagonista: “Solo 4”


 Jhony Carhuallanqui

Foto: Pool Pua Salgado
Alfredo Bryce Echenique removió el ambiente cultural y político en 2003 cuando afirmó que Javier Silva Ruete (Ministro de Economía), era un “ignorante” y “bruto” por postergar la Ley del Libro y haber dictaminado más impuestos a los espectáculos artísticos que, de por sí —en su mayoría—, son poco rentables. Tras creativas protestas, como representar el fusilamiento de la cultura, el gobierno mantuvo las exoneraciones y promulgó la Ley del Libro y Fomento de la Lectura, vigente hasta hoy.
Además, en un hecho insólito, la estatua de Francisco Pizarro fue retirado de la plazuela del mismo nombre, a lo que Mario Vargas Llosa calificó como un “Hispanicidio” absurdo, recordándonos que la peruanidad, nos guste o no, tiene tantos elementos incaicos como hispanos y que esta mezcla ha hecho la diversidad que hoy nos enorgullece.
En el ámbito internacional, en 2003, “Chicago” era galardonada con el Oscar a Mejor Película, y el de Mejor Guión Original era concedido a Pedro Almodóvar por “Hable con ella”.
El Nobel de literatura se concedía a John Maxwell Coetzee y El Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades se entregaba al “Frankfuniano” Jûrgen Habermas, y el de Ciencias Sociales a Gustavo Gutiérrez y Ryszard Kapuscinski, éste último, autor del célebre ensayo “Los cínicos no sirven para este oficio”.
Sin dudas, existen diversos hechos culturales que se van dando en diferentes ámbitos y que ameritan ser difundidos, explicados y claro, registrados, porque sólo así la cultura sobrevive y se fortalece como creación humana, y es por eso que en Huancayo, el 5 de julio de 2003, salió el primer ejemplar de “Solo 4”, un suplemento cultural del diario Correo que trata —en la medida de sus posibilidades y a veces mucho más— de cumplir con esta misión, y que durante 10 años es el principal referente cultural en la región central. Julio de 2003 es el comienzo de este periodismo cultural tan necesitado y que coincidió con el mes de la muerte de Compay Segundo, Celia Cruz y Roberto Bolaño, que fueron ya comentados en sus ejemplares iniciales.
En su primer número, Julio Vargas con “¿Dónde reposa la cultura?”, agradecía a la gente que aún a sacrificio de su economía y tiempo, siguen en esta noble tarea de difundir —y hacer—  cultura, además denunciaba la falta de una política cultural que, 10 años después, se pretende revertir con la creación del Ministerio de Cultura. También, Josué Sánchez criticaba la desidia por conservar el Mural de la Cultura Huanca que embellecía un tramo de la Av. Giráldez y que hoy es sólo un buen recuerdo, pues se tuvieron y se tienen funcionarios que creen que la cultura es rémora de la modernidad, cuando debieran entender que pueden ser aliados, pues nuestra identidad debe ser fortalecida (no aislada) para ubicarse (no imponerse) en este mundo global donde el entretenimiento (escándalo) parece ser el único argumento.
Gracias a sus publicaciones no olvidamos los aportes de Manuel Baquerizo, Luis Cárdenas Raschio, Benjamín Gutiérrez Verástegui… Y gracias también a este suplemento recogemos con alegría el reconocimiento de Josué Sánchez en la Felizh 2013 y como “Personalidad Meritoria de la Cultura”, como lo fuera para María Teresa Zúñiga y Ariel Beriche y, claro, la distinción a Pedro Gonzáles por parte del Congreso, o las entrevistas a Isabel Allende, Edmundo Paz Soldán o a Edgardo Rivera Martínez, por mencionar sólo algunos de los hechos significativos que fueron publicados en sus páginas y que son la muestra de su capacidad.
En esta fecha de aniversario, es propicio recordarle a “Solo 4” que su periodismo y gestión cultural capitaliza conciencia e identidad, elementos indispensables para existir como persona, pueblo y nación, y que la satisfacción de sus miles de lectores son la mejor recompensa que pueda recibir.

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