martes, 19 de febrero de 2013

PERFUME DE MUJER:


Historia del ojo

Georges Bataille


Simona imaginaba también que yo sostendría a Marcela, esta vez sólo con el liguero y las medias, el trasero en alto, las piernas replegadas y la cabeza hacia abajo; Simona se vestiría con una bata de baño empapada en agua caliente y por tanto pegada al cuerpo, pero con los pechos al aire y montada sobre una silla blanca esmaltada con asiento de corcho; yo podría excitarle los senos tocándole los pezones con el cañón caliente de un largo revólver de ordenanza cargado, recién disparado.

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