miércoles, 22 de agosto de 2012

Solo 4, “431”, del 18 de AGOSTO de 2012, año IX


LA CITA:

“Apenas habían tenido tiempo para mirarse a los ojos, pero les había bastado ese fragmento de segundo para reconocerse, identificarse y odiarse.”

Julio Ramón Ribeyro, “Tristes querellas en la vieja quinta”

LO ÚLTIMO: Convocatoria al I Concurso Nacional de Cuento “Premio Solo 4”


En el marco de las celebraciones por los 50 años de fundación de Correo en la región Junín, y la próxima edición 444 de nuestro suplemento, con la finalidad de contribuir a la producción literaria de nuestro país, convocamos al I Concurso Nacional de Cuento “Premio Solo 4”.
Los premios de este certamen serán de S/. 1000 para el primer lugar, S/. 700 para el segundo, y S/. 300 para el tercero. El tema es totalmente libre. La fecha y hora límites de recepción de trabajos será el viernes, 05 de octubre, a las 6 pm, en las instalaciones del diario Correo, Jr. Cuzco N° 337 – Huancayo.
Las bases generales las podrán hallar en nuestro blog y perfil de Facebook.

Los ojos de Ulises


El autor de “The Cure en Huancayo” ha sorprendido a la crítica especializada por su última novela: “Ojos de pez abisal”. Con la técnica fresca y un argumento sólido, nos hace recorrer las calles del Japón para responder a los tormentos del protagonista. Ulises Gutiérrez conversó con nosotros sobre este libro en la siguiente entrevista.

Luis Puente de la Vega Rojas



Cuéntanos un poco sobre tu último libro: “Ojos de pez abisal”.
La novela en sí comienza con el reencuentro de dos huancaínos en Japón, uno de ellos que ya radica ahí —“el zancudo”— y el otro que desea pasear por Tokio. El reencuentro dura tres días. En ese tiempo “el zancudo” descubre que el asesino de su hermano, que murió en la época terrorista, era el amigo con el que estaba paseando. Es entonces donde nace el dilema de perdonarlo o vengarse.

El título es algo curioso, ¿por qué lo elegiste?
En una noche de insomnio cuando estaba navegando por internet, encontré la imagen de un pez abisal que nadaba en la oscuridad con una bolsa de bacterias en la cabeza, como un minero en un socavón. La imagen me llamó mucho la atención, empecé a investigar y descubrí que estos peces viven en la fosa de las Marianas (islas en Micronesia), un lugar a 11000 metros de profundidad, un sitio inhóspito por la oscuridad y la profundidad.
Entonces nació la pregunta del porqué ese pez viviendo en esas condiciones no había desarrollado otros sentidos, y había preferido quedarse con los que tenía y adecuarlos a su manera de vivir. Esta metáfora me llamó mucho la atención y decidí que así se llamaría mi novela, porque justamente trataba de eso, del “zancudo”, alguien que a pesar de tanta desgracia y oscuridad en su vida, había encontrado la luz en su camino.

¿Cómo nace el libro?
Cuando uno escribe, siempre empieza con una imagen, y a mí siempre me llamó la atención la historia de Colcabamba, el pueblo donde vivía de niño: Sendero ingresó al pueblo, no exactamente a Colcabamba sino a las afueras, en el río Mantaro, y asesinaron al hijo de uno de los vecinos. La mamá de este niño era amiga de mi madre. El pánico era grande y había muchos rumores, como que las personas que acudieran al entierro iban a ser asesinadas.
Lo que narra mi madre es que las mujeres cargaban el ataúd de sus hijos, mientras los padres se morían de miedo en sus casas. Esa imagen me impactó muchísimo y quise entonces retratarla, quería contar la historia de alguien que murió de ese modo y cómo el amor de una madre puede hacer muchísimas cosas.

Tú eres conocido por ser un escritor de cuentos, ¿cómo te has sentido al pasar a la novela?
El escribir cuentos es estresante ya que uno tiene que contar la mayor cantidad de cosas con la menor cantidad de palabras. Tienes que seducir al lector en 10 líneas. En cambio en la novela tienes más amplitud de poder escribir muchas más cosas con muchos más detalles. Aún sigo escribiendo cuento y también novela, estoy haciendo ambas cosas.

Tú radicas en Lima, pero estás publicando esta novela con una editorial huancaína (Bisagra editores).
Cuando yo tenía el manuscrito de “Ojos de pez abisal”, lo envié a todas las editoriales de Lima. En realidad, para que estas grandes editoriales te apoyen tienes que ser famoso o por lo menos mediático; las pequeñas editoriales me aceptaron, pero hubieron ciertos inconvenientes.
Entonces decidí trabajar aquí, ya que aparte de conocer a Jorge y Juan Carlos, somos amigos, además los tres tenemos amor por la literatura y somos de Huancayo.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Estoy trabajando en una segunda novela, que pienso llamarla “Cementerio de trenes” (…), es una historia urbana que también estará relacionada con Los Andes.

COLUMNA: EL BUEN SALVAJE


Julio Ramón y sus fantásticos juegos

Sandro Bossio Suárez



Julio Ramón Ribeyro fue un extraordinario narrador. Tuvo especial predilección por los temas sociales y realistas. Sin embargo, en algunas ocasiones se interesó por las cuestiones fantásticas. En ese género su talento narrativo también alcanzó gran altura.
Probablemente, han sido Maupassant (en los cuentos fantásticos) y Kafka (en los relatos con acentos del absurdo) los escritores que influyeron en su incursión en este género. Sus cuentos fantásticos son “La careta”, “Doblaje”, “La insignia”, “Demetrio” y “Ridder y el pisapapeles”. Pero Ribeyro no sólo escribió relatos direccionalmente fantásticos, sino también algunos con sutiles acentos de la literatura de lo ilógico. En ellos destacan “Los jacarandás” y “Silvio en el rosedal”.
“La careta” es un cuento genial, redondo, y sin embargo poco conocido de Ribeyro. Fue escrito cuando estaba todavía en el colegio, según sus propias confesiones, y trata sobre un pobre diablo que al no tener una máscara para asistir a una fiesta de disfraces, decide usar su propio rostro como careta. Al final, al no poder sacarse la máscara como le indica el anfitrión, termina con el rostro desollado.
“Doblaje” es, a su turno, un cuento portentoso. Como los grandes cuentistas de este género (Hoffmann, Poe, Dostoievski, Borges, Cortázar), el autor aquí trata también del doble (o sosías). En este caso un inglés maniático se desplaza a las antípodas (en el cuento Australia) en busca de su supuesto doble antagónico. Allá vivirá una serie de experiencias extrañas, que terminarán involucrándolo sentimentalmente con una muchacha, quien parece conocerlo desde tiempo antes. Al regresar a Londres, encontrará que alguien (su propio doble, que sabe quién es y cómo actuar, y se escamotea siempre) ha vivido en su departamento y hasta ha terminado la pintura inconclusa que él ha dejado antes de partir.
En "El libro en blanco" nos presenta un relato aterrador, cuyo protagonista es un libro maldito que arrastra muerte, soledad y catástrofes.
“La insignia” es un cuento ingenioso, diestramente elaborado, en el que un hombre encuentra un emblema en la calle y, a partir de su hallazgo, es incluido en una sociedad secreta, donde nunca ve a sus ascendientes, pero cada vez va escalando posiciones y teniendo más prerrogativas. Aquí, aparte de contarnos una historia por demás misteriosa y seductora, el autor cumple además una función crítica y burlesca a las logias del mundo.
Por su lado, los juegos con el tiempo estructuran "Demetrio", un cuento casi gótico, de horror, en el que se maneja magistralmente el suspenso y la tensión dramática: un hombre ha encontrado el diario de su amigo muerto hace casi nueve años en el que, sin embargo, el difunto ha escrito vivencias futuras (por ejemplo lo que ocurrirá ese día a la medianoche). Mientras el protagonista se pregunta cómo puede ser eso, se escuchan, afuera, los pasos lentos de Demetrio, el muerto, subiendo las escaleras para cumplir con lo que escribió en el diario: “El 10 de noviembre de 1953 visité a mi amigo Marius Carlen”.
En "Ridder y el pisapapeles", un adorno es lanzado una noche en Lima para espantar a los gatos y éste cae en Bélgica, anulando la distancia espacial. Un cuento sumamente entretenido, bien edificado, increíblemente gráfico. Su maestría radica en el sorprendente final abierto.
"Los jaracandás" y “Silvio en el Rosedal” son cuentos que, si bien no tratan el tema fantástico directamente, enclavan en sus pliegues una serie de guiños fantásticos, ilusorios, misteriosos y hasta absurdos (como los niños que juegan al fútbol usando una mariposa en el primer cuento o los acertijos del segundo).
Concluimos junto con el estudioso italiano Giovanni Minardi en que Julio Ramón Ribeyro “sobresale de manera excelente en el género fantástico”.

IMPRESCINDIBLES / CINE SUPERHÉROES:


Selección y textos: Roberto Loayza

El caballero oscuro

De lejos, las mejores películas sobre superhéroes las entregó Christopher Nolan. Con su extraordinaria y sombría concepción de Batman, y a pesar de su épico final, que sigue en cines, éste se ve eclipsado por la perfecta “The Dark Knight”. Teniendo como “leit motiv” el caos, la segunda parte de la trilogía nos muestra la complejidad de lo que en realidad es bueno o malo. Si a "Begins" le sobraba Katie Holmes,  y "Rises" por momentos se extiende más de la cuenta, a esta cinta no le falta ni sobra nada. No resulta ocioso mencionar a Heath Ledger quien nos regaló un guasón que será recordado en la historia del cine.



Los vengadores

Injustamente minimizada por algunos, esta cinta tiene como tremendo logro el haber conseguido juntar a seis superhéroes con personalidades tan distintas entre sí, y alcanzar una cohesión admirable en lugar de ceder a lo meramente circense, como la ridícula “Los 4 fantásticos”. Ante mamotretos como “Transformers”, “Crepúsculo” y demás, “Avengers” destaca por su inteligencia y corazón que a buen ojo no se ve eclipsada por sus grandilocuentes efectos especiales. A pesar de que el 3D es completamente innecesario, nos encontramos ante un escapismo genial, lleno de humor, heroísmo y, también, nostalgia. Un “blockbuster” que destrozó todos los records de ventas, cosa que no suele pasar con películas de calidad como ésta.



X-Men: Primera generación

Las dos primeras cintas de los Hombres X revitalizaron a la Marvel en gran forma, pero la franquicia empezó a derrumbarse con la mediocre tercera parte y la terrible “Wolverine”. Sin embargo, la precuela eclipsa todas las apariciones previas de estos mutantes en el cine. Un homenaje a las películas de acción de los 60’s, especialmente al Sr. Bond. Dejando de lado la pomposidad que caracteriza a la mayoría de cintas de superhéroes, aquí nos encontramos con una entrega que privilegia en gran forma la personalidad de sus protagonistas, otorgándoles una adecuada y justa solidez.


María Teresa Zúñiga, la voz del nuevo teatro latinoamericano


Juan Carlos Suárez Revollar

La dramaturga huancaína María Teresa Zúñiga Norero ha construido un universo teatral propio, que la ha convertido en embajadora cultural de Huancayo y el Perú.



El primer contacto de María Teresa Zúñiga Norero con la literatura no fue con el teatro, sino con la poesía. Pero fue desde finales de la década de los ochenta que su prestigio empezó a crecer, tras la fundación del grupo teatral Expresión, en 1986, junto con su esposo —y cómplice, colega, socio— Jorge Miranda Silva.
Él estaba seguro que la reputación de Expresión iba a tardar al menos diez años en consolidarse, pero ocurrió algo peculiar, pues apenas María Teresa escribió «Corazón de fuego» y el grupo lo puso en escena, significó un salto para ellos y un nuevo paso para los escenarios peruanos.
«Con “Corazón de fuego” se pudo mostrar que el teatro de tema incaico podía mostrar mucho más que el convencional», nos dice Miranda Silva.
Lo peculiar de Expresión es que lo integra, casi en su totalidad, la familia Zúñiga Norero: desde María Teresa y Jorge, quienes además de escribir, producir o dirigir las piezas teatrales, son los padres de Jorge Luis y Marco, dos jóvenes que actúan desde que aprendieron a caminar.
Obras como «Mades Medus» o «Zoelia y Gronelio» constituyen universos muy personales, únicos en las tablas latinoamericanas, razón por la cual la prestigiosa «The Oxford Encyclopedia of Theatre and Performance», de Inglaterra, calificó a María Teresa Zúñiga Norero como «Una de las más “avantgarde” —personalidad muy destacada— y prolíficas dramaturgas latinoamericanas de fin de siglo». De «Mades Medus», Eduardo Cabrera, de Millikin University (Illinois, EE.UU.), ha escrito que «la profunda filosofía que se desprende de un teatro poético cargado de múltiples significados, nos obliga a revisitar el concepto del fin de las utopías».
La magia de María Teresa no está únicamente en su obra, pues pocos creadores de su talla muestran tanta sencillez, deferencia y generosidad hacia sus muchos admiradores. No es raro verla, en presentaciones y festivales de teatro, vestida en bluyín, prestando ayuda a sus colegas. Una anécdota: se había trasladado a Lima por invitación de la Universidad Científica del Sur, y sin sospechar lo que le tenían preparado, estaba ocupadísima, echando una mano durante una presentación, cuando fue llamada al escenario para otorgarle el reconocimiento por su destacada trayectoria teatral.
Las decenas de premios y reconocimientos que ha recibido parecen ser simples alicientes que complementan la obra de toda una vida: profundas reflexiones sobre la condición humana, que abarcan desde complejas piezas teatrales para un público erudito, hasta divertidas y emotivas funciones juveniles e infantiles.
Aunque ha publicado poco, mucha de su obra ya ha sido puesta en escena. Se trata de una autora cuya obra es profundamente admirada por los cultores del teatro de todas partes de Latinoamérica, Europa y Estados Unidos, donde se ha presentado en diversas oportunidades. Por eso, María Teresa Zúñiga es, a través de los montajes de su obra, una legítima embajadora del Perú.

MICROCUENTO:


De una conversación sobre un cuadro de Víctor Humareda

César Silva Santisteban



Señora 1: “Mira, en este dibujo le está metiendo la mano a la chica”.
Señora 2: “Sí. ¡Qué bonito!, ¿no?”.

PERFUME DE MUJER


Los detectives salvajes

Roberto Bolaño



A mí se me ocurrió decirle que se metiera en la cama, que se pusiera encima de mí y que me diera golpecitos en las mejillas o en el culo, y él me miró y dijo yo soy incapaz de hacer eso (…), pero yo le dije venga, valor, métete en la cama, y él se metió, me di la vuelta y levanté las nalgas y le dije: empieza a pegarme poco a poco, haz de cuenta que esto es un juego, y él me dio mi primer azote y yo hundí la cabeza en la almohada.

Tayta Shanti: un rito, una tradición


Leonardo Mendoza Mesías

Estamos en pleno Tayta Shanti y es evidente que es una de las más grandes festividades andinas, conocida también como “Tinyacuy” o, simplemente, Herranza.
Tiene una duración de más o menos quince días —aunque la celebramos por mucho más—, cuyo inicio es el 24 de julio por la noche. Siendo los distritos sureños del Valle del Mantaro, como Viques, Huayucachi, Huancán, etc., donde arranca, al ritmo de la tinya y las “waqras”, la algarabía.
Pero, ¿qué es el Tayta Shanti? Se da cuando los pastores marcan a sus ganados con unas cintas en las orejas. Es una fiesta a la fertilidad, aplicada antes solamente a los auquénidos, y ahora también al ganado vacuno, ovino y caprino.
Es una expresión cultural que se puede encontrar en Junín y Huancavelica, principalmente. Y, ¿qué significación tiene? ¿Qué simboliza? ¿Qué representa? Es más que una ceremonia, es una racionalidad. La racionalidad de esta parte del mundo andino respecto a los animales, a la naturaleza, que se ve acrisolada y expresada en la festividad de la marcación de los animales. Si se quiere, es el agradecimiento del hombre a su ganado por acompañarlo en sus labores agrícolas, cuando lo pone de yunta o arado, cuando lo salva del hambre proveyéndole de leche, carne, lana y más, o cuando debe venderlo para saldar alguna deuda. Entonces, Tayta Shanti es pensamiento, de reciprocidad al animal, y también es sentimiento, por el cariño a estos seres.
Si bien lo más visible es el colorido pasacalle de las pandillas, cuyas talqueadas polleras multicolores femeninas son lo que más llama la atención, es además una muestra de la resistencia física de quienes participan. Es la presencia de lo rural en lo urbano, y esto es fácil de comprobar en nuestras ciudades cuando vemos que sus calles se ven invadidas por alegres comparsas que llaman la atención a propios y extraños. Entonces, si la Herranza antes era considerada sólo una fiesta de campesinos, ahora no. Hoy es una celebración donde hay el arte, colorido, la fortaleza y alegría de un pueblo, nuestro pueblo.
Cuando uno lo observa, tiene al menos dos grandes momentos: el ritual y el festejo en sí. El ritual es más doméstico y familiar, se sustenta en la “pagapa” o “pagapu” a la Mamapacha representada por la “illa” de piedra, la coca y la chicha de jora.
El festejo es el júbilo por lo que se recibió, augurando positivamente por lo que vendrá el próximo año. Por eso, luego del ritual, el ganadero y el pastor salen con sus mejores atuendos a celebrar y llamar a la buenaventura, departiendo con sus amigos, vecinos y el pueblo. Y si vemos bien los que vivimos aquí, Huancayo es un pueblo grande que está formado por otros más pequeños y algunos barrios.
Tayta Shanti es la presencia del ande en la ciudad, de la tradición en lo moderno, del futuro en el presente, de lo profano en lo sagrado.

POESÍA:


Nostalgia

Nelfa Carmen Luis Sánchez

Lastimera y cruel fue tu alevosía
Que gritó mi alma arrepentida
Por tanto amor que te ofreció

Que imploró mi corazón
Que se me fuera arrancar
Todo el amor que solo yo sabía dar

Maldecí al destino, porque te trajo a mí
Implore que tus recuerdos,
No sigan más lastimándome

Rogué que se me fuera arrancar
De las entrañas,
Penas que causó tu querer…

…Y cuando al fin, di por terminada esta triste historia,
Cuando al fin; revive su  latir el corazón,
Cuando al fin;  el vigor calma, acaricia y respira serena tranquilidad…
Que ni  en mis pensamientos pueda reposar,
Que ni en mi mirar persistas…

Es cuando más nostalgia siento por ti
Es cuando más sufro por ti…