viernes, 6 de enero de 2012

Solo 4, “398”, del 31 de diciembre de 2011

LA CITA
“Comencé a sentir que se me acercaba y daba vueltas a mi alrededor aquel bisbiseo apretado como un enjambre, hasta que alcancé a distinguir unas palabras casi vacías de ruido: “Ruega por nosotros”. Eso oí que me decían. Entonces se me heló el alma. Por eso es que ustedes me encontraron muerto”.

Juan Rulfo, Pedro Páramo

LO ÚLTIMO

2011: el año de los centenarios

El 2011 ha sido un año marcado por los centenarios (Arguedas, Machu Picchu, Zavaleta); logros importantes para el Perú, como que nuestra Amazonía se convierta en una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo; o un periodo de desapariciones de personajes sumamente importantes: Facundo Cabral o el genial Ernesto Sábato. En esta edición hemos preparado un recuento de lo mejor que nos trajo este periodo en el cine, la literatura, música y mucho más. Desde “Solo 4” aprovechamos la oportunidad para saludar a todos nuestros lectores y colaboradores, agradecemos su preferencia y les anunciamos que estamos preparando mejoras en la edición, nuevas secciones, más especiales, y como siempre lo mejor en información cultural. ¡Feliz año nuevo 2012!

Cien años no los cumple cualquiera

Sandro Bossio Suárez

Este fue el año de los centenarios. Brillaron, sobre todo, las celebraciones por los cien años del nacimiento de José María Arguedas y el descubrimiento de Machu Picchu.
Sobre éste hasta ahora no se sabe exactamente quién fue el verdadero descubridor, ni quién es el dueño, pero sí sabemos que muchos escritores se impresionaron al conocerlo. Uno de ellos fue Pablo Neruda, el extraordinario poeta chileno, quien viajó al Cusco en 1943 y, tras visitar la ciudadela, escribió, maravillado, un conjunto de poemas (“Alturas de Machu Picchu”, incluido en “Canto general”). Sin embargo, no es el único que poetizó sobre las misteriosas ruinas; también lo hizo el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal (“El secreto de Machu Picchu”); y luego los poetas peruanos César Toro (quien escribió “Torres y praderas de Machu Picchu”), Martín Adán (con “La Mano Desasida, Canto a Machu Picchu”) y el huancaíno Tulio Mora (que incluye varios poemas sobre el gigante de piedra en “País interior”).
El otro gran centenario –y el que, para mi entender, debió tener más peso– lo coronó José María Arguedas con su gigantesco legado educativo, antropológico, sociológico, pero sobre todo literario. Me parece injusto, como lo dijimos en su momento, que el año se haya llamado “de Machu Picchu” cuando tenía, necesariamente, que haberse llamado “de José María Arguedas”. Felizmente, algunos gobiernos regionales tuvieron el acierto de renombrar el año con el epíteto arguediano. Esto me da la oportunidad de decir algo que dije en una conferencia en Lima: Arguedas no sólo es uno de los narradores más importantes de América Latina, fundador de una escuela literaria, sino que se alza también como uno de los autores de la cultura latinoamericana que mejor utilizó el anagnorismo y la anagnórisis, proyectándolos a la nueva generación de escritores influenciados por él. En sus primeros relatos cortos encontramos ya rastros de estas técnicas, que cobran plena vitalidad en sus obras más ambiciosas.
De esa manera, la anagnórisis, como helenismo literario (cuyo significado es “revelación”, “reconocimiento” o “descubrimiento”) es uno de los recursos mejor aplicados en las novelas de largo aliento de José María Arguedas. Asimismo, los anargnorismos, es decir los reconocimientos (o “agnitios”) contenidos en la voz del narrador, aparecen también en los relatos arguedianos, aunque tal vez con menos frecuencia, pero con la misma fuerza que el recurso anterior. Sin embargo, estos elementos recursivos de la obra arguediana pasaron inadvertidas ante los estudiosos de su obra. Habrá tiempo de hablar de eso.
Pero este también fue el año feliz de Mario Vargas Llosa. Vistió de premio Nobel, que si bien es eterno, hasta octubre, cuando debió legárselo a Tomas Tranströmer. Como dijimos alguna vez, Mario Vargas Llosa pudo haber ganado el Premio Nobel de Literatura seis veces. Uno por cada obra maestra. En cada una de ellas, acuñó elementos renovadores para la literatura, para narrar las historias de diferente manera, para ver la narración como nunca antes lo había hecho el mundo. Y precisamente de tanto halagarlo, enorgullecernos de él, olvidamos ese su lado innovador.
En realidad, el premio se debió, en gran medida, al peso estético de su obra, aunque también a algunos de sus planteamientos y actuaciones políticas, como la hermosa carta que envió a Alan García para renunciar a la Comisión del Museo de la Memoria en defensa de los Derechos Humanos.
Todos estamos de acuerdo en que Vargas Llosa es actualmente el único representante del Boom Latinoamericano vigente, el que todavía produce, y el único que sigue renovándose en cada una de sus nuevas obras.

Parece injusto, como lo dijimos en su momento, que el año se haya llamado “de Machu Picchu” cuando tenía, necesariamente, que haberse llamado “de José María Arguedas”.

2011: año de buena música

Roberto Loayza Cárdenas

Haciendo un recuento de lo más destacable dentro de la escena musical de este año que termina, caemos en que fue un buen periodo para los melómanos. Aunque no tuvimos la suerte de toparnos con ninguna obra maestra, el balance es positivo. La siguiente es una lista de los más importantes —que no significa los mejores— discos en orden cronológico:
Adele inicia el año con “21”, el álbum más vendido del 2011. Febrero nos trae a PJ Harvey y su LP (long play) conceptual de guerra “Let England Shake”, aterrador e introspectivo. Radiohead sorprendió a medio mundo con “The King Of Limbs”, nadie lo esperaba y nadie presumía que den un paso atrás: este disco nos trae de vuelta a los chicos de Oxford flotando en el éter, mas sin llegar a la excelencia del magistral “Kid A”. En definitiva, no es una producción mala, pero a estas alturas, de Radiohead, ya solo se esperan obras maestras. Mejor suena Beady Eye, la banda de Liam Gallagher con su álbum debut “Different Gear, Still Speeding”; suena a Oasis, pero con la frescura que perdieron a partir de su tercer CD.
En marzo, los R.E.M. sacan su LP de despedida: “Collapse Into Now”, un producto variado y entretenido de una banda que al perder a su baterista, en los años 90, perdió demasiado.
Sin dudas, el 12 de abril fue el mejor día musical del año con dos discos imprescindibles, aunque muy distintos el uno del otro: Paul Simon volvió a sus raíces con el brevísimo “So Beautiful or What”, casi perfecto en donde nada está de más; Paul está vivo y más vibrante que nunca, a pesar de ser el dinosaurio que es. El otro álbum en cuestión es “Wasting Light” de Foo Fighters. Dave Grohl y compañía sacan toda la furia que tienen dentro y hasta sus temas lentos nos los prodigan con majestuosidad, y así, al fin, nos entregaron una obra digna del talento del otrora baterista de Nirvana.
El famosísimo “Dr. House” sacó su disco de blues que muchas personas consideraron únicamente divertido, pero la verdad es que Hugh Laurie y su “Let Them Talk” es un muy buen homenaje a los pesos pesados del “blues” de New Orleans, como Allen Toussaint o Dr. John. Los geniales The Cars volvieron luego de muchísimos años con “Move Like This”, y la verdad parece que nunca se hubieran separado. El genial tema “Blue Tip” lo demuestra con creces, un triunfo, cosa que no lograron Journey con el mediocre “Eclipse”.
Llegamos a julio y el retorno de Yes con una de las mejores producciones de su inmensa historia, con “Fly From Here” parece que Howe y compañía estarían reinventando el rock progresivo.
Arribamos a setiembre y nos encontramos con el ex Fleetwood Mac, Lindsey Buckingham, quien casi en silencio lanza “Seeds We Sow” en donde hace todo, toca todo —y lo toca en su casa— regalándonos un LP de sencilla belleza en sus diferentes acepciones, ya sean “blueseras”, o rockeras, o adulto contemporáneas. Wilco nos otorga otro álbum de entre lo mejor del 2011, una gran banda en el pico de sus poderes, “The Whole Love” da muestra de ello. Para octubre, Peter Gabriel se re-versiona a sí mismo con el doble “New Blood”. Noel Gallagher pierde su eterna batalla fraternal con el regular “Noel Gallagher's High Flying Birds”; y el Charles Bukowski de la música, Tom Waits, iluminado con “Bad As Me”, un álbum breve pero muy bien hecho.
Nos salteamos algunos meses y terminamos el año con “El Camino” de The Black Keys, un plato de 38 minutos del mejor “Indie Rock” o “Punk Blues”, o como quieran llamarlo. Entre los hispanos destacamos de lejos a Christina Rosenvinge con “La joven Dolores”, y también los más recientes discos de Pasión Vega, Luz Casal, Manolo García, Babasónicos, Divididos, León Gieco y Daniel Melero. Hay muchos que fueron obviados, pero el espacio ya se me terminó hace rato.

Radiohead sorprendió a medio mundo con “The King Of Limbs”, nadie lo esperaba y nadie presumía que den un paso atrás: este disco nos trae de vuelta a los chicos de Oxford flotando en el éter.




2011: las mejores películas del año

Jorge Jaime Valdez

Estos son los estrenos más importantes del año que se vieron en nuestra ciudad. Seguramente se proyectaron mejores cintas en Lima, y en otras ciudades del país, pero este “ranking” es exclusivamente de las películas vistas en la escuálida cartelera local, durante el 2011. Este año fue peor que el anterior en relación a estrenos de interés. Cada vez la calidad de largometrajes disminuye, y crece alarmantemente la cantidad de filmes comerciales y sobrevalorados que trae Hollywood con su cine “chatarra”.

Más allá de la vida (Clint Eastwood, 2010): Sin dudas, uno de los más grandes directores de la industria y, acaso, el último clásico. Por eso sorprende que incursione en un género que linda con lo fantástico, donde Matt Damon se puede comunicar con los muertos. Pero esta no es una cinta típica, todo lo contrario, es una lectura peculiar sobre la levedad de la vida, la muerte y el dolor que trae. Un filme “menor” de Eastwood que es superior a los cientos de producciones mediocres que pueblan nuestras salas.


El discurso del Rey (Tom Hooper, 2010): Cinta británica que ganó algunos de los “Oscar” más importantes (película, actor principal). Este largometraje permitió el lucimiento de un gran actor: Colin Firth, quien está muy bien como el rey Jorge VI. La historia de un rey tartamudo se ganó la simpatía de los conservadores miembros de la academia y del mundo entero.


El mensajero (Oren Moverman, 2009): Es un filme pequeño y muy convincente. ¿Cómo avisarle a una madre que su hijo ha muerto? La premisa de esta historia es esa. Unos soldados deben ir de casa en casa notificando la muerte de soldados “gringos” en Irak a sus familiares. Woody Harrelson, un actor irregular, cumple muy bien su rol de militar solitario, y cínico mensajero de la muerte.


Mi nombre es John Lennon (Sam Taylor-Wood, 2009): Los años desconocidos del genio de Liverpool en este largometraje inglés, modesto pero interesante. La adolescencia y las penas familiares de este músico excepcional en un drama muy sentido. Totalmente recomendable para hinchas y no hinchas, si los hay, de Lennon.


El planeta de los simios (R-Evolución) (Rupert Wyatt, 2011): Precuela de todas las cintas que vimos sobre los simios dominando la tierra. Seguramente, uno de los “blockbusters” más interesantes de los últimos años. Combina drama, espectáculo y mucha acción en un filme sorprendente. Un chimpancé llamado César es el protagonista, su personaje es impresionante, es más inteligente y “humano” que el promedio de personas que nos rodean.


Los agentes del destino (George Nolfi, 2011): Una producción extraña de ciencia ficción, pero sobre todo una buena historia de amor. Matt Damon, de a poco, se ha convertido en un buen actor. Clint Eastwood lo tuvo en dos películas recientes: “Invictus” y “Más allá de la vida”, y esto parece que fue aleccionador para sus posteriores “performances”.


Las malas intenciones (Rosario García-Montero, 2011): Es una cinta peruana imprescindible. La niña que interpreta a Cayetana de los Heros (Fátima Buntinx) realiza una actuación notable. La historia toca un episodio terrible de nuestra historia: los primeros años de la violencia política vistos por los ojos inocentes de una niña inteligente. Un filme con una dirección de arte y reconstrucción de época impecables. Es la mejor producción peruana que vimos en esta ciudad después de “La teta asustada”.


Camino a la libertad (Peter Weir, 2010): Probablemente, el mejor largometraje que vimos este año. Una historia épica y sencilla a la vez, que nos remite al mejor cine clásico. Unos presos escapan de Siberia durante la segunda guerra mundial, y no sólo deberán caminar miles de kilómetros para lograr su libertad, sino tendrán que enfrentar a la naturaleza. Sin embargo, este filme es más que eso, es una reflexión sobre la naturaleza humana, emocionante y poética, una hermosa historia de sobrevivencia y de amistad plena.


LO PEOR DEL AÑO: Algunas de las películas que no trajo “Cine Planet”, a pesar de que se anunciaron, y que figuran en todos los “top ten” de las mejores del año: “Temple de acero”, el western de los hermanos Coen; “Carancho”, del argentino Pablo Trapero; “Medianoche en París”, del infaltable Woody Allen; “Rito Diabólico”, del coreano Park Chan-Wook; “El peleador”; “Triste San Valentín”; la versión sueca de la saga de “Millenium”, etc. La lista podría seguir, pero es deprimente. Ojalá este año sea mejor para los sufridos cinéfilos huancaínos.

“Rito Diabólico”, Park Chan-Wook

2011: Producción editorial de la región

Juan Carlos Suárez Revollar

A lo largo de 2011 se ha publicado muchísimos libros en la Región Centro. Citaremos a continuación algunos de los más relevantes.
Dos de los lanzamientos más importantes llegaron de parte de la editorial San Marcos, que publicó en su nueva colección “Ágora” la novela “Gritos en silencio”, de Isabel Córdova Rosas, una potente historia contextualizada en los años de la violencia política del Perú. En la misma colección, Sandro Bossio publicó “La fauna de la noche”, una novela policial con un rico fondo sociológico, que aborda el mundillo médico y que, acorde con el estilo del autor, no deja de lado la historiografía en su trama.
Félix Huamán Cabrera publicó “El corcel del Monte Carmelo en la fiesta del Niño Chaperito”. La editorial Puntocom, por su parte, reeditó “El tesoro de Catalina Huanca”, de Nicolás Matayoshi; y Zeit Editores (especializada en poesía) editó “La escultura que se mató por el poeta”, poemario de Josué Galdós Talaverano.
Asimismo, Acerva Ediciones lanzó su colección “Pasiones narrativas”, que busca reunir la mejor literatura de la Región Centro, y del que vieron la luz este año “Kassandra y nueve mentiras menores”, de Sandro Bossio, y “Dos árboles y otras formas de internarse en la niebla”, de Augusto Effio Ordóñez, ambos con los cuentos más representativos de sus autores. También forman parte de esta colección las ediciones definitivas de la novela breve “La casita del cedrón”, de José Oregón Morales, y del volumen de narraciones orales “Luna de agua”, de Gerardo Garcíarosales.
Entre los nuevos autores, se presentó “Seven”, libro que recoge cuentos de siete autoras de la región y “Madrugada”, de Graciela Ramírez; así también Ulises Gutiérrez publicó su primera novela, “Ojos de pez abisal”, los tres por editorial Bisagra. Guerra Florida Editores, por su parte, editó un interesante poemario, “Sociedad NN”, con jóvenes autores de Cerro de Pasco; y su equivalente de Huancayo: “Cuarta pared”.
Sergio Castillo Falconí publicó su poemario “Detrás de la séptima puerta”; igualmente se editaron los poemarios del Premio Presencia Xauxa: “Derramado cielo” y el volumen de cuentos “La villa del Señor”, de Fernando Mendoza Canales.
Entre las ediciones de autor, cuentan “Los pueblos del Hatun Mayo”, de Manuel Perales Munguía. Igualmente, “Wanka Limay. Idioma Wanka”, de Sebastián Paredes Buendía, un volumen que aborda la cultura, la historia y el idioma huanca. Con un objetivo similar Apolinario Mayta publicó “Huancayo: síntesis de su historia”. En lo referente a literatura, propiamente, están: “Historias, relatos, canciones, poemas y composiciones”, de Reynaldo Oré Quinto; así también, “Tradiciones isabelinas”, de Ricardo Gago Bustamante y Vidal Maldonado Chipana; y “El chuto Pukalunku y la jaujina virgen”, de Sario Chamorro Balvín.
Como se ve, en 2011, y pese a la interrupción que siempre genera un proceso electoral en este rubro, se ha tenido mucha producción editorial. Suponemos que en el año 2012 será aún mayor, pues esta actividad se ve potenciada por la formalización de las editoriales y por el impulso de instituciones como la Feria del Libro en Huancayo.

En 2011, y pese a la interrupción que siempre genera un proceso electoral en este rubro, se ha tenido mucha producción editorial.



MICROCUENTO:

El unicornio

Ítalo Morales Viera

El caballo, al mirarse al espejo, decidió averiguar en qué momento la yegua le fue —parcialmente— infiel.

PERFUME DE MUJER

Las piadosas

Federico Andahazi

Así, en esa posición, Monsieur Pelián ascendía con su lengua desde las pantorrillas hasta los labios silenciosos que, sin embargo, parecían suplicar con leves convulsiones las caricias que ya tanto conocían. Mientras recorría con su lengua el pequeño promontorio —erguido y rojo— que asomaba brioso desde la comisura de los labios callados de la una, introducía y retiraba suavemente, primero uno, luego dos y, finalmente, tres de sus dedos finos, alargados y diligentes en los dulces antros ardientes de la otra.

miércoles, 4 de enero de 2012

Solo 4, “397”, del 24 de diciembre de 2011

LA CITA

“¡Feliz, feliz Navidad, la que hace que nos acordemos de las ilusiones de nuestra infancia, le recuerde al abuelo las alegrías de su juventud, y le transporte al viajero a su chimenea y a su dulce hogar!”.
Charles Dickens, Cuento de Navidad

LO ÚLTIMO

El nacimiento más tradicional de Huancayo

El historiador y folclorólogo Luis Cárdenas Raschio, ya más fuerte pero aun recuperando la salud, abre hoy al público las puertas de su casa para presentarnos, como todos los años, el nacimiento más grande y tradicional de Huancayo. Nos referimos a un impresionante despliegue de piezas y símbolos para presentar en toda una habitación la natividad del niño Jesús. Esta representación contiene, como ninguna en su tipo, todas las danzas que se bailan durante las fiestas navideñas y de fin de año, como los Auquish, la Huaconada y otras, además de ambientar esto con inesperados efectos visuales como la transición del día a la noche, un cielo estrellado o el amanecer.
Todos están invitados a visitar esta ya tradicional muestra en la calle Real n° 185, Chilca - Huancayo, todos los días, desde las 9 am. a la 1 pm. y de 3 a 7 pm. Lo único necesario es llegar con la disposición para disfrutar de este impresionante nacimiento, y el respeto por la casa y sus anfitriones.

El espíritu del pesebre navideño

Leonardo Mendoza Mesías

Para empezar es necesario señalar que la palabra “Navidad” es una abreviatura de “natividad”, proveniente de la voz latina “nativitas”, que significa nacimiento. Es por ello que se aplica este nombre a la fiesta cristiana del 25 de diciembre, en que se celebra el nacimiento del niño Jesús, llamado también niño Manuelito.
Dependiendo del país de habla hispana en el que nos encontremos, los nacimientos de la Navidad son llamados también belenes, pesebres, portal o pasitos; éstos forman parte de la tradición cristiana desde hace siglos, y representan el nacimiento de Jesucristo mediante una escenificación con figuras. Éstas presentan, de manera alegórica, la llegada de los reyes magos y, principalmente, el alumbramiento del niño Jesús junto a la Virgen María y a José formando la Sagrada Familia.
Los nacimientos de Navidad tienen su origen en el Siglo Xlll con San Francisco de Asís, quien mientras predicaba por la campiña de Rieti, Italia, lo sorprendió el crudo invierno, haciéndole frente sólo con unos harapos. Por fortuna se pudo refugiar en la ermita de Greccio, durante la Navidad del año 1223, y allí se le ocurrió reconstruir la natividad con figuras humanas y animales reales. Curiosamente esta tradición de reproducir belenes naturales prosiguió durante varios siglos, hasta que en Nápoles, según se cree, escenificaron el primer nacimiento con figuras de barro en el siglo XV. Con Carlos III se popularizaron los belenes en España. En América, los Franciscanos los utilizaban en Navidad como método de evangelización.
Existen muchas clases, así tenemos los belenes vivientes representados por figuras y animales reales, o los tradicionales hechos con figuras de diferentes materiales. Por su tamaño tenemos belenes grandes, donde las figuras superan el metro y medio de altura; Monumentales construidos en el exterior, y suelen ser una obra hecha por varios artistas; y los belenes Dioramas, es decir, reproducciones a escala reducida de escenas de los nacimientos bíblicos, enmarcados en un cajón cúbico, construidos sujetos a ciertos cánones, con una sola embocadura y un montaje sencillo, pero muy efectista de luz y color. Según la manera de representarlos, los “pasitos” pueden dividirse en bíblicos, que representan los paisajes, animales, ropa y enseres de la época; los populares que no se ajustan en nada a la historia y aparecen fabricados con materiales como corcho, serrín y papel de plata; regionales, que reproducen el paisaje, los personajes, vestimentas, utensilios y costumbres del lugar donde se hacen; y por último, los modernos en los cuales se usan materiales como conchas, piedras o botellas, logrando así belenes graciosos y modernos.
Como curiosidades, en diferentes lugares se añaden personajes dentro de los nacimientos, así por ejemplo, en nuestro país es costumbre introducir la figura del cholito acompañado de su llama. Otra curiosidad es que solo colocan la estatuilla del niño Jesús, en el pesebre, hasta el día de su nacimiento. En Perú, el belén se desmonta, aproximadamente, el 6 de enero en una celebración llamada “Bajada de Reyes”, y en Venezuela realizan una ceremonia para levantar al niño Jesús que llaman “Paradura del niño”. Por tanto, la figura del belén en Navidad está ya muy arraigada en los países de religión cristiana, a pesar de la dura competencia norteamericana que popularizó la figura de Papa Noel durante el siglo XX.
Los nacimientos navideños, más allá de representaciones con estatuillas, significan varias cosas. Por ejemplo, nos hacen recordar el natalicio de Jesucristo, su encarnación en hombre, y que llegó a cohabitar entre nosotros. Si prestamos atención, el pesebre también nos recuerda donde nació el Cristo: no nació en un granero, tampoco en una casa, menos aún al aire libre, él nació dentro de la humildad y rodeado de su creación, entonces el mensaje, para los creyentes, es una reconciliación de todo sobre el mundo.
En los pasitos navideños también encontramos a los tres reyes magos: eran ricos, con prestigio e influencia, pero paganos. Lucas los presenta como los primeros gentiles buscando a Dios. Sus regalos, dignos de un rey, hicieron luego posible financiar que la familia de Jesús pudiera huir para refugiarse en Egipto. Entonces, los reyes magos nos recuerdan que esos extranjeros, gentes de otras religiones, diferentes a nosotros, pueden ser siempre aceptados.
Por último, el nacimiento navideño —que es así como lo llamó San Francisco de Asís— contiene a la “Sagrada Familia”: Jesús, María y José, quienes nos recuerdan la unidad familiar que debe existir, sin importar donde estén, ni con quien, así haya o no abundancia. Lo importante es la unidad, algo que últimamente es lo menos relevante en esta celebración.
Tal y como podemos ver, “el pasito” o nacimiento navideño es un símbolo que nos ayuda a contar la historia de la natividad. No es históricamente correcto, pero sí culturalmente preciso. A nombre de todos quienes colaboramos para “Solo 4” les deseamos una ¡Feliz Navidad!

Jesús, María y José (…) nos recuerdan la unidad familiar que debe existir, sin importar donde estén, ni con quien, así haya o no abundancia. Lo importante es la unidad.

EL LIBRO QUE CAMBIÓ MI VIDA:

Viaje al fin de la noche

Pedro Novoa

El libro que me cambió, que me pateó, que me hizo polvo la vida es sin dudas, esa brutalidad visceral y ruidosa traducida en palabras llamada “Viaje al fin de la noche” de Louis Ferdinand Céline. Libro que desde el primer párrafo te arrincona en la esquina obligada de la derrota a favor de su magia básica e instintiva; libro que te pervierte, te escupe, te hace vivir impunemente la aventura de un apestado, de un tipejo de porquería que quizá, muy en el fondo, de alguna manera, somos a pesar de nuestros pudores.
En esta vorágine de crudo realismo, Ferdinand decide, sin estar muy convencido, enrolarse en el ejército francés durante la I Guerra Mundial. Decisión que rápidamente lo instaura en la más profunda y nauseabunda decepción. Por eso deserta, prefiere salirse de las trincheras fétidas hacia donde sea. Finge estar demente y logra su cometido. Conoce a Lola, una norteamericana con quien termina enredándose por un tiempo. Viaja al África, pero como siempre, se siente podrir en vida. Se va a los Estados Unidos, donde lo maltratan, practica los peores trabajos y sobrevive casi en condiciones de esclavitud. Se reencuentra con Lola a quien chantajea y pide dinero por un tiempo. Luego, en Detroit conoce a una puta con quien no la pasa tan mal. Finalmente, regresa a Francia a ejercer la medicina, un oficio de asco, despreciando infinitamente a cada uno de sus pacientes.
Este libro me convirtió en escritor, me sacó de la idea comarcal de leer historias con moraleja, con ejercicios pintorescos de regionalismo trasnochado. Me hizo ver que narrar historias límite, de gente puerca y sucia, y elevarlas a la categoría de impresionantes frescos de la condición humana era todo un reto. Así me la pasé divagando en ese mundo e investigué más sobre el autor. Acusado de antisemita, de grosero, decadente y mil adornos más, Céline salió impune con su literatura, al punto de ser, junto con Marcel Proust, los dos escritores contemporáneos más leídos en Francia. Así, llega a ser reconocido por los grandes narradores latinoamericanos como Onetti o Vargas Llosa, y ser considerado influencia directa, también, de Bukowski y Miller. Influenciado por la rudeza de sus imágenes, por su volcánica manera de concebir el mundo, he escrito la novela “Seis metros de soga”, donde me atreví a incluir algunos personajes de estirpe “celineana” como una anciana que mientras defeca escribe para ejercitar su memoria, al tiempo que intercala esta actividad con el tejido de una soga que, luego de completar seis metros, le sirva para quitarse la vida; un boxeador loco que puñetea a sus fantasmas más recios, mientras va muriendo de pie; otro loco que se mete objetos por el recto, y una serie de personajes más de mi cloaca imaginaria. Esta novela ganó, el 2010, el primer lugar de los premios “Horacio”.
Es pues por todos estos motivos que “Viaje al fin de la noche” me convirtió, como ya dije, en un escritor maldito, sucio, un ser reptante que alarga sus tentáculos a un tecleado y trama historias con premeditación, alevosía y ventaja, historias negras e inconfesables. Sé que mientras lo hago me ensucio, me maldigo más, pero no tengo otra manera de imaginar, de ser, como los cerdos en medio de su chiquero, feliz.

Desde el primer párrafo te arrincona en la esquina obligada de la derrota a favor de su magia básica e instintiva; libro que te pervierte, te escupe, te hace vivir impunemente la aventura de un apestado.

IMPRESCINDIBLES:

Whynot magazine N° 11

Esta ya reconocida revista está en su edición n° 11, demostrando, como siempre, que en Huancayo se pueden publicar ediciones impecables, con un formato vanguardista que le saca lustre a su inigualable belleza visual. El precio es de regalo (S/. 2.00). La pueden encontrar, antes de que se agote, en las librerías Íbero y La Familia, y en el puesto de periódicos entre las calles Puno y Real. Imprescindible.


Canto Crepuscular
Jhonatan Salazar y Nelson Lozano son los autores de este maravilloso texto (Hoja verde, 2011), en el cual evocan la fascinación por su tierra: Huancaya (Yauyos – Lima). Es por eso que en esta publicación el lector podrá encontrar, particularmente, la belleza de los incomparables paisajes y el estilo de vida de este lugar. Sus versos también describen episodios de nuestra convulsionada realidad peruana, el ambiente político, amoroso y más. Puede ser hallado en el puesto de periódicos entre las calles Real y Breña.


Pirispispischa

La inclusión social no cae en un pozo sin fondo cuando hay escritores que se interesan por rescatar lo más valioso de las tradiciones orales andinas, y más aún si lo hacen para niños en su lengua natal: el quechua. Así, Juan Rojas De la Cruz y Vilma Riveros Hilario publican este libro (Mitmacolor, 2011), con el cual podrán deleitarse niños, jóvenes y adultos; además, es bilingüe, con los relatos y canciones traducidos al castellano. Una opción distinta a lo que se ofrece usualmente.

Cuando el comercio aniquila los espacios públicos

Máximo Orellana Tapia

Hace algunas semanas, en un viaje con estudiantes de arquitectura, visité la ciudad del Cusco, lugar donde por trabajos realizados tiempo atrás para el Instituto Nacional de Fomento Municipal (INFOM), a través de un programa de asistencia técnica a municipalidades, tuve la oportunidad de conocer la realidad de los gobiernos locales.
Es en la plaza principal de Pisac, la primera ciudad del Valle Sagrado —en la cual antes se podía percibir la grata sensación de sus proporciones, junto al predominio del tratamiento de pisos empedrados, así como la presencia del inmenso árbol nativo—, donde hoy se hace evidente la frase que encabeza el presente artículo. Se puede ver que éste espacio ha sido colmado por una sucesión de módulos de venta de artesanía y “souvenirs”. Este grato y conocido escenario ferial se ha convertido en un espectáculo de transacción permanente, donde se aprecia con claridad cómo el comercio ha aniquilado la accesibilidad a este espacio público, así como la visibilidad del otrora protagónico “Pisonay” —en el cual se hallaban una especie de hermosas flores autóctonas— considerado como sagrado en el incanato, que identifica al Cusco y su historia.
Al llegar a Ollantaytambo se puede percibir que éste parece seguir la misma tendencia de Pisac, pues en su plaza principal de Araccama, desde la cual se accede a los diferentes puntos de interés arqueológico, lo que más destaca desde el inicio son los variopintos módulos de venta que la ocupan en gran parte de su entorno. Es así que las diversas calles de trazo inca que todavía se conservan —cuya sucesión visual podría ser clara y didáctica—, en términos urbanísticos, se diluyen dentro del considerable emplazamiento de “stands”, quedando la percepción del lugar relegada a un recorrido en direcciones diversas que se torna vago e impreciso.
El centro poblado de Aguas Calientes, antesala de la ciudadela de Machu Picchu, no es ajeno a la elucubración de algunos puntos de vista respecto a su tratamiento y crecimiento urbano, el cual ha ido incrementando de manera anárquica a lo largo del río del mismo nombre. Edificaciones carentes de alineamiento cuya volumetría dispar es arbitraria y en la que, como en los casos anteriores, la actividad comercial ha subyugado la calidad de la imagen urbana. En lugares como éste, en los que la geografía y escasa disponibilidad de superficie exige orden y economía de espacio, es notoria la ausencia de un adecuado instrumento de gestión urbano territorial que contemple normas específicas en las que se establezcan las características volumétricas, alturas, retiros e incluso el tipo de materiales que se tendrían que aplicar en los acabados de las edificaciones.
La ciudadela inca fue, sin duda, lo más reconfortante de este trayecto cuyas lecciones vivas de peruanidad y relación dialógica, entre la arquitectura y el lugar, serán siempre insuficientes y difíciles de describir; aquí se vienen realizando acciones positivas de conservación, mantenimiento y protección, además hay eficiencia en cuanto a los servicios de transporte de arribo y salida, desde y hacia el conjunto urbano arquitectónico, siendo incluso acertado el hecho de que se limite el aforo diario de personas, con la finalidad de mitigar los impactos producidos por la desbordante cantidad de visitantes.
Días antes de que arribáramos al Cusco tuvo lugar en esta ciudad el XII Congreso Nacional de Arquitectos cuyo tema central fue “Arquitectura y ciudad para el siglo XXI”, con énfasis en el patrimonio arquitectónico y cultural, cuyo contexto de discusión y aplicabilidad de conclusiones, propio de estos foros, tendría que aportar de modo insoslayable al análisis y discusión de estas malas prácticas urbanas que parecen estar asfixiando los valores esenciales de lugares como estos, en los que al existir una eclosión de demanda de espacios de uso comercial, tendrían que ser cuidadosamente estudiados y reubicados hacia otras áreas evitando que esta especie de “agorangitis” urbana se disemine y acabe desfigurando la estructura de estas pequeñas ciudades.
Estos desencuentros reflejan la escasa presencia de los gobiernos locales en su papel fundamental de ser los entes reguladores del crecimiento y desarrollo equilibrado, y dadas las características esto debe ser decididamente apoyado y exigido desde el gobierno municipal, provincial o cualquier otra institución que pueda intervenir en el asunto.

Es notoria la ausencia de un adecuado instrumento de gestión urbano territorial que contemple normas específicas en las que se establezcan las características volumétricas, alturas, retiros e incluso el tipo de materiales que se tendrían que aplicar.

Tradiciones Peruanas

Saulo Balvín Landeo

No cabe duda que el ingenio de Ricardo Palma es imperecedero. Entre prosas y trozos de historia ha revelado en sus textos las pericias virreinales en una colonia de hispanos, peruanos, mestizos y nativos, de fulanos y menganos, donde Dios y el diablo estuvieron en gustos y disgustos con sus creaciones. Desde antes que cante el gallo, ya las obras humanas entre callejones y claustros se despulgaban en la oscuridad.
¿Quién dirá que son invenciones las tradiciones? Y sí es posible confundir los sucesos, al fin y al cabo, no es obra del demonio ni de la divina providencia, sino de la pluma y el pulso de Palma, que en esos tiempos, que para muchos fue mejor, creerán acaso que los virreyes y la inquisición hacían del Perú de entonces pícaro y divertido. Para cada pillería había soguilla al cuello, para cada macetero su ñorbo o clavel, para cada tapada el manto o saya.
Entre dimes y diretes, Ricardo Palma empleó palabras que recién se afianzaban al incipiente español. Por eso muchos términos pareciesen artilugios o conjuros mal dichos. Sin embargo, no es competencia “deste” escribano, mi persona, dar aclaraciones filológicas ni tratados semánticos de su prosa, pero sí de instigar, a los faltos de letras, a descifrar las “Tradiciones Peruanas”, colmada de crónicas del Perú de antaño, que no se les puede contar, pero que les serviría como orientación histórica a lo que es el Perú de hoy.

Entre dimes y diretes, Ricardo Palma empleó palabras que recién se afianzaban al incipiente español. Por eso muchos términos pareciesen artilugios o conjuros mal dichos.

MICROCUENTO:

San Nicolás

Giulissa Segura Quiroz

Rastros de nieve por la ventana, observa un hombre al asomar sus grandes rasgos contra la luna, y presto el clima sale a jugar. Un remezón sacude el lugar, “Vaya manera de hacerme saltar”, dice el viejo Santa dentro de su bola de cristal.

PERFUME DE MUJER

Historia del ojo

Georges Bataille

Tres días después de habernos conocido, Simona y yo nos encontramos solos en su quinta. Vestía un delantal negro con cuello blanco almidonado. Comencé a advertir que compartía conmigo la ansiedad que me producía verla, ansiedad mucho mayor ese día porque intuía que se encontraba completamente desnuda bajo su delantal. Llevaba medias de seda negra que le subían por encima de las rodillas; pero aún no había podido verle el culo (…). Tenía la impresión de que si apartaba ligeramente su delantal por atrás, vería sus partes impúdicas sin ningún reparo.

Metáfora: el teatro joven de Junín

Francisco Mucha Gago

El teatro como arte cumple una doble función: representar objetivamente una determinada realidad, y ser una forma de expresión que permita al ser humano exteriorizar sus vivencias por medio de la palabra, el gesto, el movimiento corporal, la mirada y los gustos de quien lo practica.
“Metáfora” debe ser uno de los grupos teatrales que tiene en su seno a los integrantes más jóvenes de la región Junín, pese a sus ya diez años de fundación. El mayor de sus noveles actores tiene 25 años, y el menor 17.
“El mundo tiene un mensaje oculto que como jóvenes aprendimos a descifrarlo, a transformarlo en un instrumento de comunicación, de cultura, de esperanza, para que el arte teatral tan valioso para el ser humano no se extinga”, afirman apasionadamente Francisco Mucha Reyes y Elizabeth Verástegui.
El actor no es un ser aislado de su sociedad, sino que vive en un tiempo histórico, influenciado por su entorno y cultura. Así, los integrantes de “Metáfora” entienden que a su tarea diaria de labrarse un futuro en aulas universitarias, también pueden entregar los fines de semana a su gran amor: el arte escénico, aun cuando muchos digan que “del arte no se vive”. Prepararse para encuentros anuales del Peruano Japonés en Lima, los regionales en Cerro de Pasco, o las presentaciones locales, es una labor durísima, peor aún para el reciente encuentro nacional de Trujillo, hasta donde acudieron silenciosamente Kattya Lázaro, Digna Miranda, Adelaida Balvín, Javier Blancas, Ángela Landeo, Esperanza Aquino, Alexis Cárdenas y Sergio Balbín, todos bajo la responsabilidad e impecable dirección de Mucha Reyes.
Como nos recuerda Carlos Tomas Temoche: “Aun sobreviviendo dentro de las culturas hegemónicas, los grupos del interior del país, asumen una actitud heroica de creación artística y de fortalecimiento de la conciencia crítica de su población”. Así, el teatro vive y sobrevive en nuestras provincias, por la valentía y la pujanza de la juventud de grupos como “Metáfora”. Sus integrantes, por convicción y renovado juramento en cada montaje, luchan para financiar sus asistencias a encuentros con diferentes agrupaciones de otras latitudes. Ellos saben bien que la menor preocupación de los gobiernos, en nuestra patria, es que el pueblo tenga cultura, pero aun así siguen adelante, todo por el arte.

“Metáfora” debe ser uno de los grupos teatrales que tiene en su seno a los integrantes más jóvenes de la región Junín, pese a sus ya diez años de fundación. El mayor de sus noveles actores tiene 25 años, y el menor 17.