domingo, 23 de septiembre de 2012

COLUMNA: UN MUNDO PERFECTO


Las canciones de Almodóvar

Jorge Jaime Valdez




La banda sonora en una película es fundamental y los grandes creadores lo supieron desde siempre. Se recuerdan asociaciones brillantes de músicos y cineastas: Bernard Herrmann y Alfred Hitchcock, Angelo Badalamenti y David Lynch, John Williams y Steven Spielberg, Danny Elfman y Tim Burton, Howard Shore y David Cronenberg, Alberto Iglesias y Pedro Almodóvar; la lista podría seguir, pero nos detendremos en esta última dupla para referirnos al universo musical del director español.
El estilo de Almodóvar es una marca registrada, y parte importante de este logro es la música compuesta y dirigida por Alberto Iglesias, el responsable de ponerle sinfonías al cine intimista del manchego, casi tan universal como el Quijote.
Sin embargo, no sólo la columna sonora de Iglesias es memorable en los filmes de Almodóvar, sino también su exquisita selección de temas de la música popular de diferentes partes del mundo, que dan cuenta de una sensibilidad especial para elegir temas y ubicarlos en el momento preciso y decisivo para conmover con naturalidad a sus rendidos  admiradores.
Varios cantantes interpretaron personajes dentro de la ficción, como Alaska en “Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón” (1980), primer largo del cineasta, o Miguel Bosé en “Tacones lejanos” (1991). Otros tantos aparecieron interpretando sus propios temas, con sus voces y presencias pusieron un sello particular a la galería de personajes memorables del variopinto universo “almodovariano”.
Recordemos a Chavela Vargas en “La flor de mi secreto” (1995), a Caetano Veloso cantando “Cucurrucucú paloma” en “Hable con ella” (2002) —mientras varias “chicas Almodóvar” lo contemplan y el actor argentino le dice conmovido a Rosario Flores (hija de otra grande, Lola Flores), que “ese Caetano le parte el alma”—, o a Concha Buika, cantante de origen africano, en “La piel que habito” (2011).
Por otro lado, intérpretes del son popular fueron rescatados del injusto olvido, y los escuchamos con sus inconfundibles voces poniéndole alma a las ficciones, en algunos casos exageradas, del buen Pedro. “Lo dudo” de Los Panchos en “La ley del deseo” (1987) no podía sonar mejor, para dar cuenta de un amor homosexual que se debate entre el deseo y la muerte, o “Ne me quitte pas”, ese clásico francés, en la misma cinta.
Lola Beltrán cantando la ranchera “Soy infeliz” resulta una compañía inmejorable para las “Mujeres al borde de un ataque de nervios” (1988), o La Lupe cerrando este filme con “Puro teatro”, que le dio presencia internacional a su director. El gran cantante cubano Bola de Nieve y Chavela Vargas acompañan en su dolor a una mujer caracterizada por Marisa Paredes que sufre por amor en “La flor de mi secreto”.
Otro grande que acompañó a Almodóvar en “Tacones lejanos” fue Ryuichi Sakamoto, quien había ganado el Oscar por “El último emperador” (1987) de Bernardo Bertolucci. Marisa Paredes aparece en el escenario cantando “Piensa en mí”, ese bolero inmortal, que en realidad pertenece a Luz Casal, con esa voz que acaricia.
En  “Todo sobre mi madre” (1999), Ismael Lo, cantante senegalés, acompaña con “Tajabone” a Cecilia Roth volviendo a Barcelona para reencontrarse con su pasado. En “Volver” (2006) vemos a la hermosa Penélope Cruz cantando ese tango desgarrador que da nombre a la cinta, sin embargo, está detrás la voz de la catalana Estrella Morente.
Además de los mencionados, colaboró con Pedro Almodóvar, Ennio Morricone que compuso la banda sonora de “Átame” (1990), que mezcla a Miles Davis y “Resistiré” del Dúo Dinámico cantado por Antonio Banderas, Victoria Abril y Loles León al final de la historia. Extravagancias que pueden resultar solo con un artista de la talla del creador que nos ocupa. Lo exquisito y lo “kitch” se dan la mano sin sonar discordantes.
Cerramos este apretado repaso hablando de “Carne trémula” (1997), que tiene uno de los “soundtracks” que más se recuerda, no sólo por las partituras de Alberto Iglesias, sino por la voz agrietada de Chavela Vargas cantando ese bolero de siempre: “Somos”, mientras dos amantes se quieren con pasión. “Sufre como yo” es una canción de despecho absoluto interpretada por Albert Plá, o “El rosario de mi madre” compuesta por el peruano Mario Cavagnaro, ese clásico de la música criolla, suena inmejorable en su versión flamenca, poniéndole sonido al dolor lacerante de Javier Bardem.

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