martes, 15 de noviembre de 2011

Solo 4, “391”, del 12 de noviembre de 2011

EDICIÓN ESPECIAL – DÍA DEL CINE

LA CITA

“He visto cosas que los humanos ni se imaginan. Naves de ataque incendiándose cerca del hombro de Orión. He visto rayos de mar centellando cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir”.

Ridley Scott, Blade Runner

LO ÚLTIMO

Concurso de Cuento Breve “Manuel Baquerizo Baldeón” cierra este 15 de noviembre

El Instituto Cultural Peruano Norteamericano ICPNA - Región Centro y el Suplemento Cultural “Solo 4” del diario Correo de Huancayo, en un importante aporte por la difusión de la producción literaria de nuestra región y país, convocan al I Concurso Nacional de Cuento Breve “Manuel Baquerizo Baldeón”. Los premios serán de S/. 1000 para el primer lugar, S/. 750 para el segundo, y S/. 500 para el tercero. Podrán participar todos los interesados, mayores de 18 años, teniendo como fecha límite para la entrega de sus trabajos, este martes 15 de noviembre a las 6 pm, en la Dirección de Cultura del ICPNA Región Centro (2do nivel), Jr. Ayacucho N° 169; o en las instalaciones del diario Correo, Jr. Cuzco N° 337 – Huancayo. Las bases generales las puede encontrar en www.icpnarc.edu.pe y en el blog o perfil en Facebook de “Solo 4”.

La magia del cine en Huancayo

Cuando se inventó el cine, la gente creyó que iba a ser un pasatiempo pasajero, que duraría solo cinco años. Pero la fiebre del cine se quedó. Huancayo no fue ajeno a ella. Esta es una apretada crónica de su llegada.

Sandro Bossio Suárez

El piurano Leodomiro Mejía arribó con el tren a Huancayo, en 1908, y proyectaba en la primera década del siglo XX películas mudas en el frontispicio de la capilla La Merced, acordonando a quienes pagaran y dejando fuera a quienes no.
En 1923 llegó el primer aparato de cine Pathe para el teatrito Castillo, a instancias de su propulsor, Federico Martinelli, quien inauguró el primer cinema en la ciudad.
En 1928 don Felipe Dorregaray fundó el teatro de su propiedad. Los empresarios limeños Delgado y Costa construirían en él, en1946, el recordado «Cine Central», incendiado en 1986.
También en 1928, propiedad del señor Francisco Delgado de la Flor, se inauguró el «Cinema Teatro Huancayo», que se ubicaba frente a la Plaza de la Constitución (casa de Juan Parra del Riego).
En los años cuarenta aparece en El Tambo, a la altura de la Av. 13 de Noviembre, el primer “nickelodeon” de la ciudad, de probable nombre «Junín», pero más conocido como «Cine Papaya» (debido a que su dueño tenía un puesto de jugos en la calle Loreto y era, además, propietario de una radioemisora popular), adonde los espectadores debían recurrir llevando sus propias sillas plegables porque carecía de butacas.
El «Cine Real», de corte popular, con una capacidad para mil quinientas personas, fue inaugurado en la décima cuadra de la Calle Real, en 1941, con la película mexicana «El peñón de las ánimas». A partir de entonces se convertiría en el centro de atención de la ciudad, donde se exhibían sobre todo películas mexicanas.
El «Cine Astoria», de propiedad del español José Velasco Nieto, fue inaugurado en 1956 con películas en colores.
Los modernos cines «El Tambo» y «Chilca» nacieron en 1964 y1975, respectivamente. Ambos perduraron hasta la década de los ochenta.
El «Cine Mantaro», de propiedad del comerciante Jude Mubarak, descorrió sus cortinajes en 1970. Fue una de las mejores salas de Huancayo, con una pantalla panorámica especial para películas en «cinemascope», que, lamentablemente, murió por inanición en 2004.
El «Cine Astoria» quebró, en 1982, y fue arrendado a la familia Mubarak para procurar su reflote. Fue rebautizado como «Cine Andino» y sus gestores trataron de atraer a los espectadores con funciones dobles con poco éxito. La misma familia, intentando modernizar el género, construyó el «Cine Pacífico» en la cuadra seis de la Calle Real. Funcionó como cine hasta 1998, en que fue reconvertido en una galería comercial.
El «Cine Chilca» cerró en 1985 y el «Tambo», en 1989, aunque éste último funcionó hasta1994 como sala de proyección de videos. Hoy, el «Cine Chilca» es una oficina financiera y el «Cine Tambo» funciona como una moderna tienda de electrodomésticos.
A fines de 2008 inauguró Cineplanet, con multisalas de última generación, que son actualmente el atractivo de los cinéfilos de la ciudad, aunque ofrece pocas buenas películas. Me parece que sus escaleras eléctricas son su verdadero atractivo.

En los años cuarenta aparece (…) el primer “nickelodeon” de la ciudad, de probable nombre «Junín», pero más conocido como «Cine Papaya» (…), adonde los espectadores debían recurrir llevando sus propias sillas plegables porque carecía de butacas.


(Cine Central Huancayo, años 60. Archivo Sandro Bossio)

(Cine Astoria Huancayo, años 60. Archivo David García)

Directores: esos hombres que manipulan sueños

Juan Carlos Suárez Revollar

Como la literatura, el cine tiene la particularidad de servir de vía de evasión, de distracción, de escape a un nuevo mundo en que la ficción —y va inmerso en él el espectador, o en todo caso, el lector— nos permite vivir, al menos por unas horas, una aventura muy ajena a esa rutina chata, aburrida y sosa.
Sin embargo, y a diferencia de la literatura —en que es el escritor quien crea la trama y la narra—, en el cine el director se limita a contar, aun si fuese él mismo el autor del guión. Es en el proceso de rodaje y puesta en escena que llega el momento de maniobrar la historia. Por eso, aún si los temas abordados por distintos directores son similares, las diferencias pueden ser abismales. Cada uno, con su particular universo interior, hará que su respectiva película sea suya, y se convierta en un muestrario de algo personal, que dependa de sus propios demonios interiores, si cabe el término.
Así, mientras el cine de John Ford es aventurero y jovial —pero no por eso intrascendente—, el de John Huston aborda los grandes problemas de la humanidad, a manera de ensayo, y nos da una visión pesimista de la derrota. En ambos directores, los personajes son gente sencilla que vive un gran acontecimiento. Hay mucho contraste, por ejemplo, con Ingmar Bergman, cuyo cine es bastante más intelectual: los problemas que aborda solo les ocurrirían a personajes cuyas necesidades primarias ya han sido solucionadas, pero les quedan otras nuevas, de índole tanto más íntimo.
Cada director somete la trama —y a sus personajes— a sus dilemas personales. Así, el coreano Kim-Ki-Duk entremezcla la modernidad con la tradición, pero el sostén de sus historias son los conflictos autodestructivos de los personajes que, por su querer, llevan vidas marginales. Blake Edwards y Billy Wilder le buscaban el lado cómico a los problemas, y por eso, casi siempre, sus filmes son atractivos divertimentos —aun “Sunset Boulevard”, de este último: un burlesco, irónico y cruel retrato de Hollywood—. Dos directores norteamericanos de la actualidad son Clint Eastwood, con su correctísimo clasicismo y poderosos conflictos humanos; y Terrence Malick, con su épica autodialogante y reflexiva: sus personajes, pese a su sencillez, psicológicamente llegan a niveles místicos —en particular en “La delgada línea roja”—; y por eso la trama está supeditada a la mente de estos.
Orson Welles, Stanley Kubrick, Alfred Hitchcock y Jean Luc Godard, cada uno y por su lado, generaron grandes cambios en la cinematografía mundial, con su audaz experimentación.
La cinematografía le debe a aquellos que, como Kurosawa, Buñuel, Scorsese o Rosellini, y tantos otros, se han pasado la vida deconstruyendo historias que, de esa forma, pasen al celuloide y se conviertan en imágenes en movimiento, en sueños, y en aquello que quisiéramos revivir. Porque, claro, ese es el fin de la ficción: soñar.

Es en el proceso de rodaje y puesta en escena que llega el momento de maniobrar la historia. Por eso, aún si los temas abordados por distintos directores son similares, las diferencias pueden ser abismales.


(John Ford)

(Alfred Hitchcock)

(Clint Eastwood)

MICROCUENTO

Duelo
Alberto Benza González

El duelo estaba pactado. Los dos vaqueros se encontraron en el pueblo. El más rápido sería el que se quede con la bella dama.
¬—Hasta que llegó tu hora —dijo Kirk.
—Veremos quién se queda con Lucy –replicó Johnny.
A los pocos segundos se escucharon dos tiros. “¡Bang! ¡Bang!”.
Los dos vaqueros yacían en el suelo.
—¡Corten! —gritó el director.
Al lado, el camarógrafo dejaba el arma con los brazos levantados.

PERFUME DE MUJER

Betty Blue
Jean-Jacques Beineix

Conocía a Betty hacía una semana. Fornicábamos todas las noches. La desnudaba violentamente mientras ella recorría mi dorso con sus uñas afiladas, hasta que mordía sus pezones y por fin se tranquilizaba. Deslizaba mi lengua hasta su Monte de Venus, donde me obligaba a entrar y dormir en sus adentros. El pronóstico anunciaba tormentas. Era como una flor con antenas translúcidas y corazón de plástico. Yo no quería explicaciones, sólo la quería a ella.

Géneros cinematográficos y grandes películas

Jorge Jaime Valdez

Escribir sobre géneros cinematográficos puede ser una tarea imposible. De una u otra forma, esta breve descripción busca dar cuenta de cumbres fílmicas de cada género. Algunos son típicos, nacen con el cine mismo, como el “western” que es considerado el “género Rey”, la ciencia ficción y el documental. Después, estos géneros y otros más, como el policial o la comedia, se fueron fragmentando por el talento innovador de los creadores, y mezclando en otros casos, formando así un crisol de estilos desde los cuarentas, o antes, hasta la actualidad. Por ejemplo, la obra cumbre del “Maestro del suspenso”, Alfred Hitchcock: “Vértigo”, con Kim Novak y uno de los grandes actores de toda la historia del cine, James Stewart, tiene tanto de cine negro o “filme noir” como de melodrama, policial o suspenso. Cineastas contemporáneos, como Quentin Tarantino son verdaderos innovadores de los géneros, una cinta como “Kill Bill”, es tan ecléctica que cuesta encajonarla en alguna clasificación conocida. Tiene de cine de artes marciales, de samuráis, de policial, de “anime” japonés, de “Spaguetti western”, de gánster y de suspenso. En realidad, hablar de géneros puros, en estos tiempos, es tan insólito como hablar de culturas puras.


Western: Hablar de películas del oeste es hablar de John Ford, “Más corazón que odio” conmueve hasta a una piedra. “El hombre que mató a Liberty Valance” es también extraordinaria, y reúne a dos grandes actores: el infaltable John Wayne (sobre todo en el cine de Ford) y a James Stewart. Más contemporáneo, pero igual de clásico, Clint Eastwood filmó “Los imperdonables”, una amarga visión del oeste norteamericano y de toda su violencia. Nunca un vaquero fue más humano que ese viejo perdedor llamado William Munny, interpretado por el propio Eastwood.


Terror: Extraña fascinación del ser humano por pagar un boleto para ser asustado. Jack Nicholson en “El resplandor” de Stanley Kubrick hace uno de sus mejores papeles; persigue a su esposa con un hacha, mientras su hijo se pasea por los pasillos infinitos de un hotel fantasmal en medio de la nada. Francis Ford Coppola hizo que su última cinta fuera una de horror: “Bram Stocker´s Dracula”, presenta a un Gary Oldman notable en una película con una fotografía y banda sonora plenas.


Ciencia ficción: Stanley Kubrick es un cineasta excepcional, hizo pocas películas, pero no hizo ninguna mala, y muchos de sus trabajos son obras maestras e hitos en diferentes géneros. “2001, odisea del espacio” es, posiblemente, la mejor cinta de ciencia ficción. Nos sumerge en un viaje al infinito a través del espacio y el tiempo, como si se tratara de un viaje alucinado o lisérgico. “Blade Runner”, de Ridley Scott, es otra gran película de este género.


Policial: “Buenos muchachos”, “El Padrino” y “Pulp fiction” son muestras representativas de este género y todas son grandes cintas. La primera es la obra maestra de Martin Scorsese; la segunda, la mejor película de Coppola y seguramente la mejor cinta de gánsters que se haya filmado; y la tercera, el clásico moderno de Tarantino.


Erotismo: “Betty Blue” es una cinta francesa que demuestra que el amor puede enloquecer. “El último tango en París” es un tango feroz y fúnebre. Marlon Brando, se hizo mundialmente conocido por “El Padrino”, pero Bertolucci, con este filme, lo volvió inmortal.


Melodrama: Pedro Almodóvar es uno de los grandes cineastas españoles, escribió y dirigió “Todo sobre mi madre”, un melodrama en toda la extensión trágica de la palabra. Pero, una película quizá, más sensible e insuperable es “Los puentes de Madison”, que es una historia de amor otoñal. Los viejos también se enamoran y sufren infinitamente por amor. “Que no te vendan amor sin espinas” nos diría Joaquín Sabina, y el melodrama le da la razón.


Thriller: Este es un subgénero del policial. “Seven” de David Fincher, es una cinta oscura y sórdida, muestra a un asesino en serie inquietante y a una dupla de policías que se lucen en sus roles, Bratt Pitt y, sobre todo, Morgan Freeman. “El silencio de los inocentes” consagró a Anthony Hopkins como Hannibal Lecter un antropófago perturbador.


Road Movie: “Un mundo perfecto” es una “película de carretera”, donde un niño y su secuestrador viven una hermosa historia de amistad en un viaje sin esperanzas. Probablemente, ésta sea una de las más entrañables historias de amor filial del cine y la obra maestra de Clint Eastwood.


Existen tantos géneros y sub géneros como películas, sería imposible enumerarlos todos. Terminamos este artículo mencionando algunos y sus obras maestras. Cine bélico o de guerra: “Cartas de Iwo Jima” o “Full Metal Jacket”. Aventuras: “El señor de los anillos”. Dibujos animados: “Toy Story”. Cine deportivo: “Toro salvaje”, aunque pudiera ser un tremendo drama, con un Robert De Niro en estado de gracia, que lucha contra sus demonios a puño limpio. Documental musical: “Buena Vista Social Club”, de Wim Wenders, para ponerle fin a esta nota con son cubano, mucho mojito y harto sabor.


Estos géneros y otros más, como el policial o la comedia, se fueron fragmentando por el talento innovador de los creadores, y mezclando en otros casos, formando así un crisol de estilos.

Sinopsis del cine peruano

Pedro Guillén Huayllasco
“Negocio al agua” fue la primera película peruana y se estrenó en el Cinema Teatro de Lima en 1913. Quince años después se presentó “La Perricholi”, todo un éxito dentro y fuera del Perú. En 1960, el cineasta Luis Figueroa filmó “Kukulí”, basada en leyendas indígenas, y “Jarawi” (1966); las dos en quechua. Hubieron también una serie de adaptaciones de nuestra literatura, destacándose “Los perros hambrientos” (1976), inspirada en la novela de Ciro Alegría; “Yahuar fiesta” (1982), de la obra de José María Arguedas; y “Pantaleón y las visitadoras” (1975) dirigida, en un hecho anecdótico, por el mismo autor, nuestro Nobel Mario Vargas Llosa.
El cineasta Armando Robles Godoy introdujo nuevos aportes del cine europeo en sus largometrajes que trascendieron las fronteras de nuestra patria: “En la selva no hay estrellas” (1967) ganó el 1er puesto en el Festival Internacional de Cine de Moscú; “Espejismo” (1972) fue nominada a los Globos de Oro de Berlín en 1973, en la categoría a Mejor Película Extranjera. Aquella vez, compitió con “El discreto encanto de la burguesía” de Luis Buñuel y “Gritos y susurros” de Ingmar Bergman. Sin embargo, triunfó “El Padrino” de Francis Ford Cappola.
Otro hecho relevante para el cine nacional es que Tulio Loza Bonifaz, después de regresar de un exilio en Argentina, hizo la película “Allpa Kallpa” (“La fuerza de la tierra”) que se presentó en el Festival Internacional de Cine en Moscú, donde ganó el segundo puesto en 1975.
Por otro lado, el tacneño Francisco Lombardi, quien estudió en la Escuela de Cine en la Universidad del Litoral de Santa Fe – Argentina, debutó en 1977 con “Muerte al amanecer” y un año más tarde estrenó “Cuentos inmorales”. En 1985, adaptó exitosamente “La ciudad y los perros”.
Lombardi es el realizador peruano más destacado de la última década del siglo XX; sus guiones se inspiran en aquellos hechos públicos o literarios con resonancias polémicas que suscitan controvertidos debates populares. En su primer gran éxito, “La boca del lobo” (1989), analizaba la problemática de Sendero Luminoso a través de una narración similar a la empleada por John Ford en “La patrulla perdida”. Otros filmes relevantes son las coproducciones con España: “Bajo la piel” (1996) y “Caídos del cielo” (1998). Filmó 15 largometrajes durante su fructífera carrera cinematográfica, por lo que fue reconocido en diversos foros y festivales internacionales: La Habana, Friburgo y Trieste. En 2004, Lombardi obtuvo el premio “Irene Diamond, Lifetime Achievement Award” otorgado por “Human Rights Watch” por su extraordinario compromiso con el cine de derechos humanos.
Finalmente, en los primeros años del milenio, un sólido grupo de jóvenes directores peruanos están incursionando con paso firme y positivo en el mundo del celuloide. Así lo demuestra Josué Méndez con “Días de Santiago” (2004) o “Dioses” (2008). Más tarde tendremos a Claudia Llosa con “Madeinusa” (2006) y “La teta asustada” (2009), históricamente la primera cinta peruana nominada a los Premios Oscar en la categoría a Mejor Película Extranjera y la primera en ganar el Festival de Cine de Berlín. El 2010, Daniel y Diego Vega nos trajeron “Octubre”, otro filme trascendental que lamentablemente no llegó a nuestra pobre cartelera local, y que ganó el premio “Una cierta mirada” otorgado por el jurado del festival más importante del mundo: Cannes. La última gran producción es la recientemente estrenada “Las malas intenciones” de la debutante Rosario García-Montero que, según la crítica especializada, traerá más de una sorpresa. En adelante, el derrotero del cine peruano es más que promisorio. Los fanáticos del séptimo arte, convenimos plenamente con Orson Welles cuando afirma: “El cine es el más colosal tren de juguete con el que podría entretenerse un adulto”.
En los primeros años del milenio, un sólido grupo de jóvenes directores peruanos están incursionando con paso firme y positivo en el mundo del celuloide.



AGENDA SEMANAL

Cierre del I Concurso Nacional de Cuento Breve
“Manuel Baquerizo Baldeón”
Organiza: ICPNA Región Centro y “Solo 4”
Fecha: martes, 15 de noviembre
Hora: 6 pm
Lugar: Dirección de Cultura del ICPNA Región Centro (2do nivel), Jr. Ayacucho N° 169 / Diario Correo, Jr. Cuzco N° 337 – Huancayo.

XXIII Festival de Cine Europeo
Organiza: Alianza Francesa de Huancayo y Centro Cultural Continental
Fecha: Del 7 al 19 de noviembre
Hora: 7 pm
Lugar: Auditorio Menor del Instituto de la Juventud y la Cultura de Huancayo / Alianza Francesa (Jr. Santa Isabel 367 - San Carlos)
INGRESO LIBRE

I ciclo de cine: Historia del cine
Organiza: Instituto de la Juventud y la Cultura
Fecha: 15 y 17 de noviembre
Hora: 6:30 pm
Lugar: Auditorio Mayor del Instituto de la Juventud y la Cultura de Huancayo
INGRESO LIBRE

Premiación del concurso de novela corta “Premio Ciudad Incontrastable 2011”
Organiza: Instituto de la Juventud y la Cultura
Fecha: miércoles, 16 de noviembre
Hora: 9 am
Lugar: Auditorio “Saúl Muñoz Menacho” de la MPH
INGRESO LIBRE

Poesía a Calle Libre
Organiza: Acción Poética Huancayo
Fecha: jueves, 17 de noviembre
Hora: 5 pm
Lugar: Explanada del Instituto de la Juventud y la Cultura de Huancayo
INGRESO LIBRE

Presentación del libro: “Huancayo, síntesis de su historia”
Organiza: Instituto de la Juventud y la Cultura
Fecha: viernes, 18 de noviembre
Hora: 6:30 pm
Lugar: Sala de exposiciones del Instituto de la Juventud y la Cultura de Huancayo
INGRESO LIBRE

25 años del “Grupo de Teatro Expresión”
Temporada 2011
Funciones:
Jueves, 17 de noviembre: Zoelia y Gronelio (7 pm)
Viernes, 18 de noviembre: Mades Medus (5:30 pm)
Sábado, 19 de noviembre: Tinieblas del Emperador (7 pm)
Lugar: Auditorio del Colegio Andino
Entradas:
General S/. 10.00
Estudiantes: S/. 7.00

Arguedas y el Perú como fuente infinita de creación
Exposición abierta
Organiza: ICPNA Región Centro y la Comisión Nacional Organizadora del Centenario del Nacimiento de José María Arguedas.
Lugar: Galería de arte de ICPNA Región Centro, Jr. Ayacucho 169 - Huancayo.
INGRESO LIBRE

Solo 4, “390”, del 05 de noviembre de 2011

LA CITA

“Cuantas veces con el semblante de la devoción, y la apariencia de acciones piadosas, engañamos al diablo mismo”.

William Shakespeare, Hamlet

LO ÚLTIMO

La próxima semana edición especial sobre el Cine

El próximo sábado, 12 de noviembre, tendremos una edición especial dedicada al 7mo arte: el cine. Nuestros más fecundos articulistas y colaboradores están preparando un material exquisito en contenidos para todos los fanáticos de este arte. Los temas: historia del cine en Huancayo y en el Perú, géneros, directores y las mejores películas. Ya lo sabe, la próxima semana, no se pierda esta edición especial de “Solo 4”.

La Tantawawa y las reminiscencias de la muerte

Leonardo Mendoza Mesías

Estamos en noviembre y la tradición amerita que hagamos un alto en nuestro cotidiano vivir para recordar: el primero para todos los santos y el día dos para todos los muertos. Por ello, es menester que visitemos, en esta época, los cementerios recordando a nuestros difuntos.
Estas fechas de gran trayectoria y “ritualización” urbano rural hacia los fallecidos nos recuerdan que la muerte es parte de la vida, y aunque no nos guste es inexorable para todo ser vivo. ¿Será esta la razón por la cual la humanidad, desde sus inicios, trató afanosamente de evitarla, buscando, descubriendo o inventando, en el devenir de su historia, elementos como la piedra filosofal, el santo grial, la alquimia, luego la química, desarrollando la medicina, la genética, la clonación, o el genoma, hasta llegar a la nanotecnología, tan sólo para evitar el trauma de la muerte?
Mejor hablemos de algo más alegre. En esta época, si bien recordamos a los difuntos visitando sus tumbas y llevándoles flores, también se les prepara la comida que en vida les gustaba. El 1 de noviembre, al mediodía, las familias de los exánimes alistan una mesa sobre la cual disponen de un mantel (blanco si el difunto es un niño, negro u oscuro si era un adulto), y sobre él colocan elementos simbólicos: una foto del difunto y velas encendidas, con una cantidad variable de alimentos que acompañan el homenaje como fruta seca, mazamorras, platos típicos, coca, chicha y Tantawawas.
Al día siguiente, los rezos y cánticos se repiten con sumo entusiasmo —hasta se ven mariachis, bandas, orquestas, y distintos grupos musicales al gusto del cliente— “para las almas”. Por otro lado, los manjares dependen de la importancia del muerto y de la riqueza de su familia: a veces llegan a ser impresionantes. Al mediodía, empieza el ritual de despedir a las ánimas, quienes deben regresar al mundo subterráneo. Esto se acompaña con una comida abundante, pues se cree que el muerto necesita de mucha energía para su viaje de vuelta. Así, muchos cementerios se transforman por unas horas en un gigantesco festín.
Pero, ¿qué es la Tantawawa? Significa literalmente “niño de pan”, y es la reminiscencia del rito incaico que consistía en regalar infantes sacrificados a las divinidades del mundo sobrenatural. Las Tantawawas son muñecas hechas con una masa de harina de trigo, manteca, azúcar y diferentes especias, adornadas con “caritas o mascaritas”, que decoran y le dan una belleza auténtica. Sin embargo, en el Día de todos los Santos, también se hacen los “achachis”, caballos, llamas, escaleras, etc. Por ejemplo, los “achachis” son figuras que representan a las personas de avanzada edad, como los abuelos o padres; los caballos y llamas aseguran el buen traslado de los difuntos de la “Pachamama” (madre tierra) hacia el “Ucupacha” o al “Hananpacha”. Las escaleras tienen el propósito de subir a los finados hasta las nubes para que descansen en paz.
Las Tantawawas, que siempre están adornadas con grageas, fruta confitada y pasas, simbolizan de cierta manera el reto a la muerte, ya que todo niño es un recién nacido, el principio de la vida. Por otro lado, si bien la muerte nos trae nostalgia, recordar a los difuntos, mediante estas costumbres, nos alegra y endulza la vida.

¿Qué es la Tantawawa? Significa literalmente “niño de pan”, y es la reminiscencia del rito incaico que consistía en regalar infantes sacrificados a las divinidades del mundo sobrenatural.

COLUMNA: EL BUEN SALVAJE

Rosa Iñigo o los renuevos de la mejor poesía

Sandro Bossio Suárez

La poesía nace del dolor, del amor perdido, del asombro por el entorno, de la observación de un fenómeno, del desconcierto, del éxtasis. Pero la verdadera poesía, la más honda y descarnada, como en el caso de Rosa Iñigo, nace de la inconformidad, del descontento por la vida y, ahora, por la exaltación de la naturaleza.
Los poemas contenidos en esta antología titulada “Poesía de los tiempos”, surgen, a todas luces, de la introversión, de la abstracción, de una cierta perseverancia en la meditación y de una pulimentada necesidad de encontrar la palabra exacta, rítmica y simbólica.
Este libro, en el fondo, se alza como una finísima sinfonía de poemas que, con una perfecta técnica de la segmentación estacionaria, traslucen los componentes sensoriales de la vida: el sufrimiento, el desafecto, la retentiva, la búsqueda de respuestas, la filosofía cotidiana de una existencia baldía. Pero, al mismo tiempo, en el tramo final, advierte una temática de abstracción por la naturaleza.
Sus páginas están llenas de emotividad, de inquietudes y simbolismo. Integra versos de gran fuerza interior, que han alcanzado su madurez, y que acarician la vida, los días, las dimensiones ilimitadas de la realidad. Y finaliza con la demostración de que el hombre vive permanentemente maravillado por su entorno.
El libro, como una obra sinfónica del renacimiento, es un florilegio de gran sensibilidad en el cual la poesía no se despliega como acompañamiento, sino, más bien, como relieve. En ese sentido, este libro representa un verdadero “Concerto Soli” a tal grado que prima notablemente la voz de la poeta ante la finísima coralidad que, elemento sustancial del libro, acompaña a todos los poemas. Y precisamente por esto se trata de una obra personal, la vibrante expresión de las vivencias más intensas de una mujer que ha existido sobre este mundo.
Sin embargo, el poemario no es, ni pretende serlo, un libro difícil, metafísico, abstruso. El aliento ontológico de algunos de los poemas, incluso, siguen mostrándose lozanos y bellos, invitando al lector a regocijarse con sus palabras. Diríase, por ello, que este poemario es una espléndida ventana abierta al mundo interior de su autora, una lucerna abierta a algo infinitamente más enorme y elevado, algo eterno: la esencia misma de la mujer.
Rosa Iñigo Rojas, nacida en Huancayo y ahora residente del mundo, formó parte en los ochentas del grupo “Para Cantar o Morir” junto con Arturo Concepción, Pepe Zapata, José Gamarra y la desaparecida Flor de María Ayala. Sus poemarios “Tiempo de partida”, “Estación” y “Tiempo de girasoles”, que resultaron verdaderas revelaciones en su época, forman parte de este libro, ahora con un hálito nuevo, renovado. De ese modo, este volumen nos presenta el lado más íntimo, más personal, pero al mismo tiempo el más enérgico y filosófico de una mujer que sigue haciendo la mejor poesía.
Esta es la invitación más entusiasta a leer este bello libro que, personalmente, se me presenta como un remanso, como el deseo manifiesto de volver la mirada atrás y, al mismo tiempo, enfocarla al futuro, un verdadero convite a la vida.

Este libro, en el fondo, se alza como una finísima sinfonía de poemas que, con una perfecta técnica de la segmentación estacionaria, traslucen los componentes sensoriales de la vida.

¿La gran novela peruana?

Jorge Salcedo

Ulises Gutiérrez (Huancavelica, 1969) es, sin duda, uno de los escritores huancavelicanos más talentosos de la actual narrativa peruana. Se podrían mencionar, claro, otros nombres: Zein Zorrilla, Percy Galindo, Harold Gastelú; pero, estoy convencido, que Ulises Gutiérrez es quien, de los cuatro autores mencionados, tiene la mejor carta bajo la manga: el proyecto narrativo más ambicioso, y, aunque suene contradictorio, íntimo, personal y honesto.
“Ojos de pez abisal” (Bisagra Editores, 2011) la nueva novela de Gutiérrez, solo viene a confirmar lo que su anterior libro de cuentos “The Cure en Huancayo” ya había anunciado: estamos ante un escritor con una luz diferente, original.
“Ojos de pez abisal” se abre con una estupenda escena: la de un ingeniero peruano establecido en el Japón, en la Estación Central de Kyoto, esperando reencontrarse con su amigo huancaíno después de más seis años de no verse. Con este encuentro y con una canción, “The Crime of The Century” de Supertramp, es que empieza a motorizarse esta historia.
Desde hace mucho tiempo se ha venido discutiendo qué novela peruana es la que mejor retrata lo que somos como país, como nación; qué historia es la que mejor nos refleja en todas nuestras imperfecciones, miserias, dudas y grandezas. Hay intentos interesantes: desde la fundacional y épica “El mundo es ancho y ajeno” hasta las omnívoras “Todas las sangres” y “Conversación en la Catedral”, pasando por la colosal “La violencia del tiempo”. Sin embargo, todas estas estupendas novelas han fallado precisamente en lo que se le enrostra a nuestra identidad: la escisión. Es decir, todas esas obras, involuntariamente tal vez, a pesar de su afán totalizador, no aglutinan, han tomado una posición y se nota, de arranque, que pertenecen a determinado bando. Hay para todos los gustos: criollas, andinas, regionalistas, etc.
¿Qué hace, entonces, diferente a “Ojos de pez abisal”? ¿Por qué ésta sí puede ser la gran novela peruana que tanto estábamos esperando? Porque Gutiérrez ha logrado mejor que nadie, a partir de una historia mínima, dibujar un mural de la contradicción de lo que somos como sociedad. Y lo ha hecho no construyendo una ambiciosa arquitectura literaria, épica, sino porque ha conseguido con su literatura, incluso con su propia historia de vida, lograr el equilibrio perfecto entre ese desfase que es ser peruano; “como una higuerilla en campo de golf”, diría Antonio Cisneros.
Así, “Ojos de pez abisal” y su poderosa metáfora, es más que una novela política, social o de aprendizaje, es también una tierna historia de amor, pero, sobre todo, puede ser, como se ha dicho, la gran novela peruana que tanto estábamos esperando. Si así fuera, Ulises Gutiérrez sería, sin titubeos y de largo, lo mejor que le ha ocurrido a la literatura peruana en mucho tiempo.

Todas estas estupendas novelas han fallado precisamente en lo que se le enrostra a nuestra identidad: la escisión.

MICROCUENTO

Reflejos

Pablo Ávila Oré

Los reflejos de la espalda no eran una sombra, eran solo reflejos fulgurantes, atractivos, sublimes, horrorosos. Él persiguió la espalda. Cuando la espalda volteó, se encontró con él mismo.

PERFUME DE MUJER

El Amante de Lady Chatterley

D.H.Lawrence

Se estremeció al sentir que su mano vagaba suavemente, y sin embargo con una extraña impericia titubeante, entre sus ropas. Pero la mano sabía cómo desnudarla en el sitio deseado. Fue tirando hacia debajo de la fina envoltura de seda, lentamente, con cuidado, hasta abajo del todo y luego sobre los pies. Después, con un estremecimiento de placer exquisito, tocó el cuerpo cálido y suave, y tocó su ombligo durante un momento en un beso. Y tuvo que entrar en ella inmediatamente, penetrar la paz terrena de su cuerpo suave y quieto. Para él fue el momento de la paz pura la entrada en el cuerpo de la mujer.

COLUMNA: DESDE EL ATELIER

Un cuadro por África

Josué Sánchez

Hace algunos años, en Alemania, solía acudir a un centro católico donde se reunían una veintena de refugiados sudafricanos. Entre los refugiados había profesores, estudiantes universitarios, empleados, obreros de construcción civil y algunos adolescentes que habían escapado al “apartheid”. Todos tenían un gran potencial artístico. Hacían extraordinarios grabados y tallados en madera. Canoas de cuatro a cinco metros de largo, llenas de remeros y pasajeros cargados de frutas, llevando a sus hijos y mujeres, y a veces también a sus animales, que surgían de las hábiles manos de tres de ellos. Otros hacían xilografías de escenas cotidianas de la vida en África. Por la noche, al terminar el trabajo, una guitarra dejaba oír sus notas. La tocaba siempre el mismo músico, un joven alto que parecía tallado en ébano y que de rato en rato emitía sonidos guturales. Poco a poco, como si respondieran a un ancestral llamado, todos iban acercándose, rodeando al músico, acompañándolo con palmadas. Pronto el lugar se llenaba de alegría. Llegaban muchos estudiantes alemanes que confundidos con los sudafricanos bailaban frenéticamente. Todo servía para improvisar tambores. Las carpetas y las mesas eran golpeadas rítmicamente, mientras los pies restallaban sobre el piso.
Ese era el momento culminante de la reunión de los miércoles. El momento feliz, en el que se olvidaba el desarraigo, la tristeza del exilio y las causas que lo habían originado.
Tristemente famosa por su política de segregación racial, la República Sudafricana vivió bajo este régimen desde 1948 hasta finales del siglo XX, en medio de una brutal represión contra la mayoría negra oprimida. Los negros sólo gozaban de derechos civiles en El Cabo, mientras en el resto del país las protestas eran reprimidas con crueles matanzas, como la de Soweto, en 1976. Figuras sobresalientes de la lucha contra el “apartheid” fueron el arzobispo Desmond Tutu, el activista estudiantil Steven Biko y Nelson Mandela, líder del ANC (Congreso Nacional Africano). Este último pasó 26 años en prisión por su oposición al régimen racista impuesto por los partidos “afrikaaners” y nacionalistas británicos, convirtiéndose en el símbolo de la lucha contra el “apartheid”.
Nacido en 1918, Mandela fue encarcelado y condenado a cadena perpetua en 1964. En los años siguientes, las condiciones de su encarcelamiento y el progresivo endurecimiento de la política racista sudafricana fueron objeto de la condena mundial. Diversas organizaciones internacionales y colectivos civiles manifestaron entonces su solidaridad con Mandela y las ideas por él defendidas.
“Bilder fur Afrika, Gegen Hunger & Apartheid” o “Cuadros para África, contra el hambre y el sistema apartheid” fue una acción emprendida por un grupo de 252 artistas plásticos de todo el mundo, que donaron igual número de lienzos para ser expuestos en apoyo a Mandela y luego subastados con el fin de paliar el hambre de las poblaciones rurales, fundamentalmente negras, de Sudáfrica.
Tuve la oportunidad de contarme entre estos pintores y la fortuna de que mi cuadro fuera el segundo que contribuyera en mayor medida a esta causa. Cuando en 1990 Mandela fue liberado, me sentí muy orgulloso de haber colaborado con un granito de arena. Hoy, sin embargo, el hambre en África y en el mundo entero ha aumentado, y esta realidad, que sigue golpeando al mundo, tiene un rostro más feroz que el de antes. Es tiempo de dejar atrás la indiferencia. Es tiempo de abrir los ojos y de actuar.

El hambre en África y en el mundo entero ha aumentado, y esta realidad, que sigue golpeando al mundo, tiene un rostro más feroz que el de antes.




I Concurso Nacional de Cuento Breve “Manuel Baquerizo Baldeón”

El Suplemento Cultural “Solo 4” del diario Correo de Huancayo junto al Instituto Cultural Peruano Norteamericano ICPNA - Región Centro, en un importante aporte por la difusión de la producción literaria de nuestra región y país, están organizando el I Concurso Nacional de Cuento Breve “Manuel Baquerizo”, en el cual distinguidos escritores son parte del jurado.
Pueden participar en el concurso, todas las personas interesadas mayores de 18 años, presentando hasta dos cuentos, con una extensión mínima de 400 palabras y una máxima de 700, cada uno con un pseudónimo diferente. El tema del retalo es libre, pero deberá ser inédito.
Los premios serán de S/. 1000 para el primer lugar, S/. 750 para el segundo, y S/. 500 para el tercero. Los trabajos se presentarán en las oficinas de la Dirección de Cultura del ICPNA Región Centro, Jr. Ayacucho N° 169, 2do. Piso, Huancayo; o en las instalaciones del Diario Correo, Jr. Cuzco N° 337, Huancayo, hasta el 15 de noviembre. Los ganadores serán publicados en una edición especial de este suplemento. Las bases generales las pueden encontrar en www.icpnarc.edu.pe y en el blog y perfil en Facebook de “Solo 4”.

Los orígenes del rock and roll

Pedro Guillén Huayllasco

En un principio, la sociedad norteamericana vio al “rock and roll” como una provocación al sistema establecido, y como parte de un plan comunista para sumir a la juventud en la inmoralidad. El propio Ku-Klux-Klan se lanzó contra Elvis Presley quemando sus discos, acusándolo de ser el primer blanco que cantaba como negro y de inducir a los jóvenes al sexo. Era el comienzo de la revuelta del rock, el fin de una época y el nacimiento de una nueva. Pese a todo, el “rock” se convirtió en religión y bandera de millones de jóvenes de todo el mundo. Era la primera generación libre, enteramente limpia, que puso en marcha la semilla del inconformismo en los EE.UU.
En 1955, el “rock and roll” creció con la fuerza de una avalancha y arrasó Norteamérica, después Inglaterra y Europa. Pero su triunfo no fue fácil; todos los poderes fácticos, hasta el mismo Congreso con el Senador Joseph Mc Carthy, persiguieron el fantasma del comunismo en una desaforada operación llamada “Caza de brujas”. América vivía el primer sobresalto del “miedo rojo”.
A despecho de todo, uno de los primeros éxitos de la nueva música fue “Rock around the clock” que grabó Bill Haley y sus Cometas en 1954, convirtiéndose en el himno de la nueva generación. La llegada de Elvis Presley a escena convulsionó la música: la rebeldía y la libertad se adueñaron de la juventud de los 50, y poblaron de dudas y recelos a sus padres.
En 1956, el vendaval Presley arrasó Estados Unidos y ya nadie dudaba de la envergadura del más importante fenómeno musical de todos los tiempos. Las leyes y teorías de consumo se estremecieron por primera vez, cuando los discos de Elvis se vendieron por millones. Era un reto demasiado clamoroso para que la sociedad de consumo lo ignorara. Elvis fue, en cierto modo, el comienzo y el fin de un amplio círculo. Nunca había surgido nadie que provocara en el público un sentimiento de identificación tan absoluto.
A finales del 50, una confabulación: Grandes Editoras - ASCAP (American Society of Composers, Authors and Publishers) con ayuda de congresistas llevaron el tema del “rock and roll” al más alto nivel político, desencadenando el “Escándalo Payola”: Cayó el disc-jockey Alan Freed, el creador del rock e impulsor de un sueño. Éste se basaba en: “El rock es malo, el rock no es bueno, pero se escucha por radio”. Entonces, si es malo, ¿por qué suena? La respuesta les parecía sencilla: “Porque los “disc-jockeys” cobran por poner esos condenados discos”. El ataque desaforado de las fuerzas del “bien y el orden” contra los presuntos acusados fue terrible: Cayó y murió Alan Freed, Chuck Berry fue apresado, Jerry Lee Lewis acusado de incesto e infanticidio, Gene Vincent sucumbió por otros motivos, Carl Perkins tuvo un “accidente” de coche, Little Richard dejó la música, Buddy Holly y Richie Valens fallecieron en un accidente de avión. Pérdidas irreparables para este género. ¿Coincidencia o “mano negra” del sistema? Aún hay más: Elvis se marchó al ejército, vestido de uniforme militar porque su manager, el “Coronel” Parker, hizo la más grande concesión al sistema que jamás se recuerde: entregó dos años de la vida de Elvis a “la causa”. ¿Qué rebelde con causa o sin ella, qué salvaje en potencia, acepta la pesada losa de la disciplina militar?, y a pesar de ello sus adictos le fueron fieles durante dos años, y se volcaron hacia él cuando regresó en 1960. El rock cual fénix, surge nuevamente con Elvis como su rey, y Paul Anka, Connie Francis, Bobby Darin, Brenda Lee, Bobby Vee, y muchos más como sus principales exponentes.
La convulsión americana producida por el “rock and roll”, no cesaría ni con su conversión, menos con su adulteración y declive. Así, Elvis fue la imagen y el fenómeno, Bob Dylan la voz de protesta y Los Beatles el sentimiento de largo proceso. El “rock and roll” fue, y es, una nueva forma de vivir que modeló una morfología social y estética diferente. Ahora cuenta con 57 años de vida y goza de muy buena salud.
Elvis fue, en cierto modo, el comienzo y el fin de un amplio círculo. Nunca había surgido nadie que provocara en el público un sentimiento de identificación tan absoluto.