lunes, 12 de septiembre de 2011

Solo 4, “382”, del 10 de setiembre de 2011

LA CITA
En este momento tiembla usted por la situación y la perspectiva de la caza. ¿Dónde estaría ese temblor si yo fuera preciso como una guía de ferrocarriles?
A. Conan Doyle, El valle del terror

LO ÚLTIMO

IV Festival Nacional de Narración Oral “Déjame que te cuente” Huancayo 2011
Gracias a la iniciativa de la Asociación Cultural “Déjame Que te Cuente” y la Asociación cultural “Tuky”, el Festival Nacional de Narración Oral “Déjame que te Cuente”, se prepara para su IV edición en la ciudad de Huancayo. Este evento contará con la participación de diversos narradores y narradoras de nuestro medio, además de tres extraordinarios narradores nativos de la selva peruana y del colombiano Jota Villaza, como invitado especial.
Este festival se llevará a cabo desde el martes 13 al sábado 17 de setiembre, en diversos colegios de la ciudad de Huancayo. También se ofrecerán espectáculos, por las noches, en el Instituto de la Juventud y la Cultura de Huancayo. El sábado 17, se concluirá con la “Narratón” en la que podrán contar historias, leyendas, cuentos y más todos aquellos que quieran hacerlo.

Cultura popular: la Virgen de Cocharcas

Leonardo Mendoza Mesías

Por estos lares, un día para recordar, inexorablemente, es el 8 de setiembre de cada año. ¿Qué se celebra? La fiesta de Mamita Cocharcas. Los pobladores del Valle del Mantaro, en su mayoría, se ven influenciados, de una u otra manera, por dicha celebración religiosa popular. Los distritos que son el foco del fervor religioso son Apata, Orcotuna, Tres de Diciembre y Sapallanga; en todos ellos, y para todos los creyentes, se festeja y venera a la madre del Cristo, María, que por acá se le denomina “Mamacha Cocharcas”.
Esta creencia popular tiene algunas connotaciones a considerar. Por ejemplo, Cocharcas es una palabra quechua que se traduce como “pantano”; además, esta misma, en algunos sectores sociales, tiene el significado de viejo, anciano o antiguo. Asimismo, Cocharcas es uno de los ocho distritos de la provincia de Chincheros - Apurímac, donde, a más de 3500 m.s.n.m., se encuentra el santuario de María desde 1623. Es necesario destacar que las celebraciones de la “Mamita Cocharcas” están relacionas con el agua y la siembra. Durante esta época caen las primeras lluvias en la región e influyen a que los agricultores inicien la siembra con la preparación de las tierras. Es decir, esta festividad marca el inicio de un nuevo ciclo de vida.
Ahora bien, si por un lado tenemos el ritual expresado en las diferentes manifestaciones de fervor religioso y cultural: peregrinaciones, ceremonias, danzas y más; por otro lado, tenemos el mito, la tradición oral. Los estudiosos han recogido versiones en las que se señala que la Virgen de Cocharcas migró desde Copacabana hasta Andahuaylas, y de ahí hacia estos lares; además, afirman que desde esos tiempos inmemorables vive en el corazón de la gente de la región central del Perú. En Orcotuna encontramos la siguiente versión: «Junto al cerro San Cristóbal de Orcotuna, vivía una pareja de ancianos. La esposa se llamaba Chumirosa. Para vivir ella se dedicaba a hilar y él tejía las mantas que vendían en la feria dominical de Huancayo.
»La noche del 8 de setiembre, Chumirosa sintió que su perro ladraba; asustada, se quedó quieta y escuchó que lavaban ropa. Entonces, salió en dirección al puquial llamado Aquilán y vio a una niña vestida con túnica roja, quien lavaba pañales y los tendía entre las retamas. Cuando se acercó para preguntarle qué hacía a esas horas, la niña desapareció. Asustada, regresó a casa y le contó a su marido. Éste, curioso, quiso averiguar quién era esa niña, esperó toda la noche, pero no apareció más.
»La aparición sólo se presentaba a la anciana, hasta que venciendo su miedo, decidió hablar con la niña una noche de luna llena. Entonces, inquirió:
—¿Por qué lavas tan tarde?
—Es que estas aguas son puras y frescas. ¿Cómo te llamas? —le preguntó.
—Rosa —respondió temerosa.
—Acércate, no tengas miedo. Te he elegido para que hables por mí. He viajado desde Copacabana. Estoy buscando un lugar para vivir tranquila.
—¿Quiénes son tus padres?
—Mi papá se llama Joaquín y mi mamá se llama Ana.
—Vamos a mi casa —la invitó Chumirosa—, ahí podrás descansar.
»Es ahí cuando la Virgen, pide a Chumirosa que le levanten una capilla, “junto a este manantial, al pie de este cerrito”. Rosa, arrodillándose, le dijo:
—¡Virgen María! Aún en mi pobreza, por mi fe, haré tu voluntad, desde hoy hilaré más, juntaré más plata para levantarte una capilla, para que te adoren todos los orcotuneños, pero ¿cómo convenceré a mis paisanos?
—No te preocupes, mañana tendrás una prueba de mi deseo. Levántate temprano y ven aquí mismo.
»Todos los orcotuneños fueron al sitio y, al ver que la figura de la Virgen estaba en la roca donde brotaban las aguas, todos bebieron de ellas, se lavaron y así comenzó la tradición».
Esta expresión religiosa cultural sigue traspasando fronteras: antes la de Copacabana en el Altiplano puneño, luego la de Cocharcas en Andahuaylas, ahora las del Valle del Mantaro. Hoy, ha migrado junto a sus fieles devotos; imposible quedarse sólo en los andes cuando sus hijos se van por el mundo en búsqueda de un futuro mejor. Es a ella que se le pide con profunda reverencia y grandes promesas que el viaje sea cómodo y próspero. En “Perfil de la migración peruana en las regiones Italianas de Lombardía” (2006) se señala que este fervor religioso tiene presencia en la región de Lombardía, especialmente en las iglesias de Carroponte, la comuna de San Giovanni y Corveto de Milán, desde el 2001, devoción que va en aumento cada año y que contagia a los lugareños.

Las celebraciones de la “Mamita Cocharcas” están relacionas con el agua y la siembra. Durante esta época caen las primeras lluvias en la región.


EL BUEN SALVAJE

Juan Santos: entre el mito y la historia

Sandro Bossio Suárez

Una de las revoluciones que brilla en el Perú, por pionera y mítica, es la del cacique Juan Santos Atahualpa, gestada y desarrollada en Tarma cuando ésta era Intendencia.
La conmoción empezó abruptamente, en 1742, y las autoridades virreinales no le dieron importancia, pues creían que se trataba de otro brote insurgente motivado por los abusos de los encomenderos. La rebelión, sin embargo, fue tomando dimensiones insospechadas y, al poco tiempo, se había hecho ingobernable. Muchos pueblos de la selva fueron atacados y destruidos, y muchos funcionarios monárquicos asesinados. El virrey Marqués de Villagracia, ante el hecho, decidió enviar una expedición que combatiera a los rebeldes. Los resultados fueron infructuosos porque el terreno de lucha le era hostil al ejército español. A principios de 1743, la expedición monárquica, diezmada casi en su totalidad, retornó a Lima y fue recibida en audiencia virreinal; sólo entonces se conoció el nombre del agitador: Juan Santos Atahualpa.
Las proezas de Juan Santos Atahualpa, las múltiples muestras de su ingenio y valentía, fueron creándole a través de los años un aura espiritual, legendaria, al punto que sus amigos y enemigos empezaron a creer que tenía poderes sobrenaturales.
La oralidad popular, como se ha visto, ha mixturizado hechos reales e imaginarios en la rebelión de Juan Santos Atahualpa, de tal modo que, a excepción de ciertos sucesos debidamente confirmados, todas sus prácticas se mueven dentro de un plano incierto. Así, por ejemplo, se le atribuye una supuesta complicidad con los ingleses, enemigos por entonces de España, quienes -se decía- habían seducido al revolucionario en su viaje a Europa para ponerle escollos al virreinato. Esta versión parece confirmarse por la presencia en las costas peruanas del marino inglés Jorge Anson justo en la época en que se iniciaba el movimiento mesiánico.
Otra hipótesis que manejan ciertos historiadores es la de los jesuitas y dominicos, quienes habrían favorecido la revolución con el fin de obstaculizar la labor de los franciscanos, en represalia a no haber obtenido las misiones de la selva.
Emboscado en la zona más impenetrable de la selva central, Juan Santos Atahualpa se mantuvo avanzando y repleglándose, librando escaramuzas sueltas, incordiando a los españoles en diferentes lugares, hasta que, en 1756, el levantamiento terminó como había empezado, intempestivamente.
También lindante con la leyenda, el motivo que habría propiciado este final sería la muerte súbita del líder que, para algunos, fue provocada por una enfermedad tropical y, para otros, por un hecho tragicómico que se repite hasta hoy: uno de los soldados quiso demostrarle a otro que Juan Santos era invulnerable y no le hacían daño las balas, y, para dar crédito a sus palabras, le disparó un tiro mortal.

La conmoción empezó abruptamente, en 1742, y las autoridades virreinales no le dieron importancia, pues creían que se trataba de otro brote insurgente motivado por los abusos de los encomenderos.

SECCIÓN: DESLECTURAS

Joseph Conrad, el honor hasta el fin de la vida
Juan Carlos Suárez Revollar

Aunque polaco de nacimiento, Konrad Korzeniowski —más tarde Joseph Conrad— (1857 - 1924) escribió su obra en inglés, idioma que aprendió pasados los veintitrés años de edad. Su trabajo mayor es “El corazón de las tinieblas” (1902), una poderosa novela que tiene como contexto la explotación y exterminio a gran escala en El Congo por la “Compañía” del rey belga Leopold II —esto último nunca se dice—, pero desde una particular óptica. Esta selva salvaje e inexpugnable va pervirtiendo y destruyendo a todos cuantos ingresan en ella. La desconexión con la realidad en que caen los personajes llega a niveles clínicos de perturbación mental. Sus novelas contienen, en su fondo y forma, mucha complejidad, al punto de tornarse, por momentos, un tanto densas. Otra gran novela suya es “Lord Jim” (1900), a la que podrían sumarse “La línea de sombra” (1917), “Nostromo” (1904) y “El agente secreto” (1907).
De 1906 es “Gaspar Ruiz” (“A Set of Six”), una colección de seis narraciones. La más extensa de ellas es “El duelo”, una novela corta situada durante las guerras napoleónicas —”The Duel: A Military Tale”, publicada también, en un volumen independiente, en Nueva York, en 1908, con el título de “The Point of Honor”—. Sus protagonistas, dos oficiales franceses, se enfrentan a duelo en repetidas ocasiones y sin razón aparente a lo largo de dieciséis años (los posibles motivos van desde un lío de faldas hasta la acusación de que D’Hubert “nunca quiso a Bonaparte”. Pero el más probable es el enojo de Feraud por su arresto tras su primer duelo y, ya que no podía desobedecer, y menos batirse con el general que dio la orden, el reto fue para el mensajero).
“El duelo” dista del estilo y la temática predominante en Conrad. La estructura es bastante sencilla, lineal, salvo en cierto fragmento en que, como en una crónica histórica, se nos adelanta lo que ocurrirá con Joseph Fouché, un despreciable y camaleónico político de fugaz aunque memorable aparición que, para complicar las cosas, es real. El narrador es omnisciente y privilegia el punto de vista del oficial Armand D’Hubert. El otro, su enemigo, es el gascón —como D’Artagnan— Gabriel Feraud. Pero a diferencia de “Los tres mosqueteros” y todas sus secuelas (para Conrad, en las novelas de Alejandro Dumas no había más que una “teatral e infantil vehemencia por el juego de la vida”), “El duelo” no engrandece el espíritu duelista, ni tampoco su motivación: el honor. Más bien aborda ambas cosas con un sesgo irónico, y torna en ridícula esa ardorosa necesidad de batirse de sus protagonistas.
D’Hubert, un oficial cultivado, de buenas maneras y origen aristócrata, es arrastrado a esta larga disputa de honor por Feraud, belicoso y lleno de ímpetus, algo limitado pero tenaz. Conrad trata mejor en su narración al primero, y establece también un vínculo de interdependencia con el otro que se va fortaleciendo con los años: sus ascensos parejos o la solidaria camaradería durante el regreso de la desastrosa campaña de Rusia. Pero más aún, aquellas extrañas acciones entre las que se cuentan la eliminación del nombre de Feraud de la lista negra de bonapartistas gracias a la mediación de D’Hubert o la protección que dará este a aquel después de su enfrentamiento final.
“El duelo” es una obra menor si se la compara con las grandes novelas de Conrad. Aun así, ofrece una lectura amena y crea en el lector la misma simpatía por sus personajes que los de las historias más notables de este autor.

“El duelo” no engrandece el espíritu duelista, ni tampoco su motivación: el honor. Más bien aborda ambas cosas con un sesgo irónico.


MÁS DATOS:
“El duelo” tiene una estupenda adaptación fílmica, con el título de “Los duelistas” (“The duellists”), dirigida por Ridley Scott y estrenada en 1978.



Portada de la edición norteamericana de 1908 de “El duelo”.

COLUMNA: DESDE EL ATELIER

Mainau, la isla de las flores

Josué Sánchez

El lago Konstanz, situado en¬tre Suiza, Austria y Alemania, es el segundo lago más grande de Eu¬ropa y uno de los de mayor atracti¬vo turístico. En sus riberas alber¬ga el célebre Convento de Salem y las capillas barrocas y de estilo rococó más hermosas del conti¬nente.
En la ciudad de Konstanz, a orillas del lago, se encuentra la tumba del teólogo y reformador checo Juan Hus, que fuera exco¬mulgado por Alejandro V y luego quemado vivo por orden del Con¬cilio celebrado en esa ciudad en 1414, que puso fin al Gran Cisma de Occidente. Una pla¬ca metálica en una de sus principales calles indica el lugar exacto del sacrificio.
Cada uno de los encantadores pueblos que bordean el lago con¬serva trozos de la historia antigua y reciente de los países que lo cir¬cundan, pero Mainau es un caso especial. La isla de Mainau es un tesoro ecológico, artístico e histó-rico.
Debido a su cálido microclima, tiene una vegetación tropical y sub¬tropical. En ella florecen las más hermosas variedades de orquídea del mundo, tulipanes, jacintos, da¬lias, rododendros, cipreses, palme¬ras, naranjas, plátanos y alrededor de 1200 variedades de rosas. Toda la isla es un mági¬co jardín primaveral, con zonas umbrías y otras de resplandecien¬te colorido.
“El Mundo de los Niños” es úni¬co en su concepción. Con esculturas tridimensionales de plantas en floración, representando pavos reales, patos, búhos y hasta a Moby Dick, es una muestra excep¬cional de lo que puede hacer la arquitectura de jardines.
Castle Terrace, el hermoso castillo barroco ubicado en el cen¬tro de la isla, y la Iglesia de St. Marien, a su costado, datan del siglo XVIII. Fueron construidos por Jo-han Kaspar Bagnato. Los altares y confesionarios de la Iglesia fueron decorados por Joseph Antón Feuchtmayer y los frescos del cie¬lo raso por Franz Josef Spiegler. Con sus paredes y columnas de mármol y pan de oro, sus bellísi¬mas esculturas de ángeles, sus rollizos amorcillos, su madonna negra, sus pinturas de Cristos, san¬tos y ángeles que parecen elevar¬se hacia el infinito, la Iglesia de St. Marien se ubica en la cúspide del barroquismo europeo, en tránsito al rococó.
El propietario de la isla es el Conde Lennart Bernadotte, un gran defensor de la ecología que ha llegado a ser presiden¬te de la Sociedad Ale¬mana de Horticultura. Se le puede ver reco¬rriendo la isla. Cuando la visité tuve oportunidad de verlo, mientras espera¬ba tomando una cerve¬za en un restaurante a un amigo ecuatoriano cuya tar¬danza me tenía preocu¬pado. El ecuatoriano se había le¬vantado intempestiva¬mente de la mesa me¬dia hora antes y casi sin mediar palabra había salido del local. Cuando por fin re¬gresó, me mostró su¬brepticiamente una rosa que llevaba envuelta en un periódico, explicándome en voz baja que la había roba¬do para regalársela a su novia. Su audacia me sor¬prendió, de haber sido descubiertos hubiéra¬mos sido arrestados por la estricta policía alemana que custodia la isla. Su romanticismo, no obstante, me hizo sonreír cómplice; la isla nos había embrujado.
Dos meses después, sin embargo, mi amigo llamó para invitarme a una fiesta. Cuando llegamos, se acercó a los anfitriones, a quienes muy calmado me presentó como su ex-novia y el nuevo enamorado de ésta, agregando con un suspiro que era una lástima que ella no hubiera apreciado el riesgo que representaba robar una flor en Ale¬mania. Cosas de la prosaica vida.

Toda la isla es un mági¬co jardín primaveral, con zonas umbrías y otras de resplandecien¬te colorido.


MICROCUENTO

Cuadro
Marco Tulio Capica
El título: Filósofo chino comiendo ciruela. En él debe figurar un anciano chino de cabello y barba canosa, milenario en sí, cara de filósofo, pues, comiendo una ciruela de manera un tanto simiesca, cogido y encogido por sobre el pequeño fruto, como si el resto del mundo nada fuera, y acaso nada es, y con la pueril expresión de haber sido encontrado haciendo algo terrible o nítidamente indebido, mirando a la cámara de reojo sobremanera culposo. Blanco y negro, las arrugas profundas y primer plano.
La ironía: llevar a cuestas un apetito tan humano que te impele a mordisquear una ciruela, como si de un luminoso pezón se tratara.

PERFUME DE MUJER

El club Dumas

Arturo Pérez-Reverte

Al deslizar hacia abajo la cremallera, la chica descubrió un triángulo de piel oscura en contraste con el algodón blanco de sus braguitas, arrastradas por los tejanos cuando se desembarazó de ellos; y sus piernas largas, bronceadas, extendidas sobre la cama (…). Entonces el contraste fue mayor: más algodón blanco, esta vez deslizándose hacia arriba sobre la piel atezada, la carne tensa, cálida, la cintura esbelta; las tetas pesadas y perfectas, perfiladas por el contraluz en la penumbra; el nacimiento del cuello, la boca entreabierta y otra vez los ojos, con toda la luz arrebatada al cielo.

La primera multinacional del idioma

Pedro Guillén

A partir de finales del siglo XIX, todas las generaciones e investigadores del bolero reconocen a éste como la primera multinacional del idioma. Con el que se alcanzó la fusión y hermandad panamericana: el viejo romancero de los conquistadores se había convertido en el romance de los conquistados. Ese “corruptor de adultos” tuvo un desarrollo sin fronteras.
De fabricación urbana, tez oscura, sin vestigios de la violencia heredada por siglos de esclavitud en las plantaciones caribeñas, creado y consolidado en Cuba, el bolero tomó carta de naturalización en México, donde maduró y se desarrolló profusamente, gracias al talento de los músicos que lo llevaron a la radio y al cine. Hacia 1860, la música cubana, de clara fuente europea, comenzó a criticar discretamente al opresor colonial y oscurecía lentamente su pigmentación, despojándose de su ropaje europeizante en gradual proceso de amulatamiento; surgió, entonces, un tipo de canción de estirpe popular en Cuba. En 1883, Pepe Sánchez, espigado mulato, sastre de oficio y comprometido con la causa revolucionaria de José Martí, inauguró un nuevo género vocal y bailable que cambiaría radicalmente la música popular latinoamericana. Sánchez compuso el primer bolero en Santiago de Cuba, “Tristezas”: “Tristezas me dan tus quejas mujer / profundo dolor que dudes de mí, / cuánto sufro y padezco por ti”.
Luego aparecieron autores cualificados como Gonzalo Roig, Eliseo Grenet y Ernesto Lecuona en Cuba; en México: Guty Cárdenas, María Grever, Austín Lara y Alfonso Esparza Oteo. El bolero fue el único género musical que se convirtió en una verdadera pasión en toda América Latina, luego invadió España. Fue más allá del tango argentino, la cumbia y el porro colombiano, el corrido y la canción ranchera mexicana, el joropo venezolano, el pasillo ecuatoriano, la guaranía paraguaya, la cueca chilena o el son cubano. La razón fue que el único destinatario del amor es el propio yo, y a ese amor, y sus percances, le cantó el bolero en infinidad de matrices. A la fecha, el bolero cuenta con 128 años de vida.
Durante los últimos años, el bolero fue objeto de una especie de revival, de reintegración y valoración a través de intérpretes como Soledad Bravo, Pablo Milanés, Gloria Estefan, Luis Miguel, Eydie Gorme, Julio Iglesias, Dyango, María Martha Serra Lima, Plácido Domingo, Andrea Bocelli, etc. El revival también coincidió con la revolución literaria sentimental, por lo que habría que insertar hechos literarios, narraciones, poemas y ensayos protagonizados por escritores de la talla de: Gabriel García Márquez, Guillermo Cabrera Infante, Alejo Carpentier o Luis Rafael Sánchez, cuya sensibilidad se formó en la época de mayor auge del bolero. En casi todos estos casos, el bolero fue usado como telón de fondo. También, reapareció en películas de Pedro Almódovar: “Tacones lejanos” y “Mujeres al borde de un ataque de nervios”; también, en la cinta mexicana “Danzón”; en el film venezolano, “Señora bolero”; en “Los Reyes del mambo” se escucha la voz de Benny Moré cantando “Cómo fue” y a Linda Ronstadt en “Perfidia” y “Frenesí”.
En suma, el bolero es la expresión de la identidad afectiva de origen americano, como espejo de valores emocionales, eróticos y morales, en los espacios circunscritos por el idioma y como arte popular altamente creativo, testimonio de muestra idiosincrasia, como un hecho clave de la cultura musical hispanoamericana.

El bolero es la expresión de la identidad afectiva de origen americano, como espejo de valores emocionales, eróticos y morales, en los espacios circunscritos por el idioma y como arte popular altamente creativo.

AGENDA SEMANAL

Ciclo de cine "De Colección" – Género Comedia
Forista: Sebastiano Pollock
Organiza: ICPNA Región Centro
Miércoles 14: Calendar girls (Las chicas del calendario)
Jueves 15: Young at heart (Corazones rebeldes)
Viernes 16: Saving grace (El jardín de la alegría)
Hora: 7 pm
Lugar: Auditorio del ICPNA Región Centro - Jr. Ayacucho 169, Huancayo.
INGRESO LIBRE

Exposición: "Vivienda Wanka, todas las tecturas del valle"
Muestra artístico arquitectónica abierta
Organizan: ICPNA Región Centro / Grupo Wanka Kawsay
Del 07 al 29 de setiembre
De lunes a viernes: 10 am – 8 pm / sábado: 4 pm – 12 m
Lugar: Galería de Arte del ICPNA Región Centro - Jr. Ayacucho 169, Huancayo.
INGRESO LIBRE