lunes, 8 de agosto de 2011

Solo 4, “377”, del 06 de agosto de 2011

LA CITA

“Cuando terminó, Cayetano tomó la mano de Sierva María y la puso sobre su corazón. Ella sintió dentro el fragor de su tormenta”.
Gabriel García Márquez, Del amor y otros demonios

LO ÚLTIMO

COMIENZA EL VII COLOQUIO INTERNACIONAL DE ANTROPOLOGÍA Y LITERATURA “JOSÉ MARÍA ARGUEDAS” - HUANCAYO 2011

El día martes, 09 de agosto, se dará inicio al VII Coloquio Internacional de Antropología y Literatura “José María Arguedas” en el auditorio de la sede central de la Universidad Continental, ubicado en la Calle Real 125, El Tambo, a las 10 a.m. Este evento, que durará hasta el viernes 12 de agosto, reunirá a numerosos académicos del Perú y el extranjero que disertarán conferencias magistrales y presentarán los resultados de sus estudios antropológicos y literarios, entre ellos Ricardo Melgar Bao, Francisco Xavier Solé, Edgar Sulca y Martha Delfín de México, Tomás Soto de Chile, Gabriela Gresores y Malena Chacón de Argentina, Daniel Ruegg de Suiza, Pablo Santamaría de Colombia y Héctor León de Venezuela.
Asimismo, estarán presentes reconocidos estudiosos peruanos como Adriana Churampi, Dante Ramírez, Gloria Miranda, María Teresa Gutiérrez, Luis Hurtado de Mendoza, Oswaldo Torres, entre otros. Los interesados en participar pueden inscribirse el mismo día de inicio, desde las 8:30 a.m. en el Centro Cultural de la UCCI. Para conocer el programa y obtener mayor información pueden contactarse al correo electrónico viicoloquioarguedas2011@gmail.com o ingresar al blog http://viicoloquioarguedashuancayo.blogspot.com.


“Gritos en silencio” de Isabel Córdova


Nelson Manrique

Un camión del Ejército marcha desde Lima hacia Ayacucho atravesando la Sierra Central. En él viajan siete inculpados por terrorismo celosamente vigilados por guardias armados. Un oficial y el subalterno que maneja el vehículo ocupan la cabina separados de los demás, y son los únicos que saben a ciencia cierta cuál es el destino de ese viaje macabro, mientras los prisioneros se debaten entre la incertidumbre, el terror, la esperanza y sus recuerdos, frágiles agarraderas para aferrarse a la vida. Los azares del viaje constituyen el lienzo sobre el cual se despliegan, a través de un diálogo en sordina, las historias de los prisioneros, en su mayoría víctimas inocentes de un vasto enfrentamiento cuya expresión inmediata es la guerra entre una organización subversiva y las fuerzas del orden, pero cuyas raíces se hunden en un sustrato de injusticias históricas largamente maceradas. En la trama de diálogos entre las víctimas que marchan a la muerte se despliega la imagen de un país marcado por la explotación secular, la discriminación, el racismo, el abuso de los poderosos, la utilización de los aparatos del estado como instrumento para perpetuar un orden injusto y la total ausencia de derechos de la gran mayoría de los peruanos.
Tal es, gruesamente, la trama de “Gritos en silencio”, la novela que la escritora huancaína Isabel Córdova presentó en la III FELIZH. La violencia política que desangró al país durante las dos últimas décadas, del siglo pasado, constituye un tema fundamental para entender la naturaleza del orden social construido durante los dos últimos siglos en el Perú. Se trata de un tema que suele ser escamoteado en los debates sobre quiénes somos y qué deberíamos hacer para romper el círculo vicioso en que se encuentra encerrada la vida de millones de peruanos que ven clausurados los caminos hacia su realización personal, el logro de sus metas individuales y familiares, y la construcción de un orden social justo, en el cual todos pudiéramos realizarnos. A las injusticias históricas acumuladas, la guerra interna añade el componente ominoso de la impunidad con que actúan policías y militares, violando los derechos de los desposeídos, disponiendo a discreción de sus vidas y su patrimonio. El grueso de los sentenciados, que progresivamente van cambiando a medida que toman conciencia de que marchan a la muerte, son víctimas inocentes envueltas en la vorágine de la violencia en un país que se desangra en una guerra fratricida. En la generalidad de los casos, el delito de los infelices ha consistido en reclamar derechos, denunciar iniquidades o, simplemente, pretender que su voz se escuche. La guerra contrasubversiva se constituye en una excelente coartada para acallar todo tipo de disidencia y para aplastar cualquier asomo de reclamo. Basta ser acusado de "terrorista" para perder todos los derechos, y ser atrapado en un engranaje diabólico del cual es imposible escapar.
La metáfora del viaje ha sido ampliamente explorada en la literatura. El desplazamiento físico a través de un territorio permite el despliegue discursivo de los procesos personales y sociales que envuelven a los viajeros. Cada punto del itinerario a lo largo de la Carretera Central se constituye en un nudo dramático que va tejiendo la trama del vasto tejido social peruano, dentro del cual toma sentido el drama individual de los protagonistas. El viaje tiene también carácter iniciático, de toma de conciencia con relación a un entorno social que, hasta ahí, ha sido sufrido y ahora se convierte en un objeto de reflexión.
A través de las vicisitudes de los viajeros de este viaje macabro, se despliega, como una gran metáfora, la imagen de un país donde no hay ciudadanos; donde unos tienen deberes y no tienen derechos (y entonces son súbditos) y otros sólo tienen derechos y no tienen deberes (y entonces son privilegiados). En el orden social de los privilegiados cualquier reclamo, queja o demanda de derechos es subversiva; por eso, los pasajeros del camión están sentenciados. La progresiva toma de conciencia de que ese es el destino final invita a los sentenciados a reflexionar sobre su vida, sobre los suyos, sobre un orden social que los convierte en víctimas propiciatorias.
Es ilustrativo comparar la forma cómo ha sido abordado el tema de la violencia política en los países del Cono Sur, donde el destino de las víctimas es vivido como una herida abierta que compromete a las sociedades nacionales en su conjunto, y la desatención dominante en el Perú con relación a qué significó la violencia, y la indiferencia con relación al destino de sus víctimas. Resulta inevitable pensar en la manera como las fracturas étnico raciales que dividen al país marcan la manera de relacionarnos entre los peruanos. A pesar del encomiable esfuerzo desarrollado por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación para elaborar un informe que reseñara lo vivido en esas décadas terribles, quedan muchos hechos por dilucidar. Para sólo mirar al entorno inmediato, aún hoy, a dos décadas de esos hechos sangrientos, no se sabe siquiera a ciencia cierta cuántas fueron las víctimas mortales de la violencia política entre los profesores, estudiantes y trabajadores de la Universidad Nacional del Centro del Perú. Sabemos que fueron más de un centenar, pero el trauma de la violencia aún no procesado ha impedido ahora individualizarlos; darles un rostro, incorporarlos a nuestra memoria histórica. En este punto es necesario rendir homenaje a la inteligencia, la entrega, la voluntad y el coraje desplegado por nuestro desaparecido amigo Carlos Iván Degregori en la elaboración del informe final de la CVR, el referente obligado de que debiera partir cualquier indagación sobre ese pasado doloroso.
Debemos agradecer a Isabel Córdova la novela que ahora nos entrega, una importante contribución a la tarea, que debiera comprometernos a todos, de construir una memoria histórica compartida de esos tiempos terribles.

En la generalidad de los casos, el delito de los infelices ha consistido en reclamar derechos, denunciar iniquidades o, simplemente, pretender que su voz se escuche.


Veinte reflexiones de una migrante

José Oregón Morales

Hemos sido protagonistas del III Concurso Latinoamericano de Testimonios Escritos sobre la Mujer. Tenemos en nuestras manos la 7ma edición (Ecuador). ¿Es posible que estas lecturas no lleguen a nuestra juventud femenina? Sí, es cierto. Somos todavía pueblos salvajes. Lo mejor de nuestra juventud femenina se desperdicia frente a las telenovelas comerciales, llora de angustia ante los falaces argumentos, pero no se conmueve frente a su realidad más lacerante.
En la obra que he citado escriben mujeres de diversas latitudes. “La Flor de la Cayena”, de Cristina Franco (dominicana), es el testimonio de una mujer que, víctima de la violencia política, queda parapléjica a muy temprana edad. Pero por esa fuerza interior humana, que no se sabe dónde comienza, ni dónde termina —que llamamos ilusión, voluntad, amor—, supera sus limitaciones físicas y, sobre todo, morales a lo largo de una lucha paciente de muchos años. Se incorpora a las actividades deportivas de los discapacitados, lidera las asociaciones logrando el reconocimiento de los derechos sectoriales y ayuda material efectiva. Contrae matrimonio con otro discapacitado y genera un hogar con dos hijas. Es un ejemplo de una mujer que logra sus legítimos derechos a tener una ciudadanía, un espacio de vida y el respeto a sus derechos humanos y laborales.
“Extranjera de sí misma”, es el testimonio de Sonia Edith Parra de Colombia, donde la falta de oportunidades de trabajo, para formar una familia o para luchar por algún pequeño ideal de la sociedad, nos hace sentir extranjeros en nuestra propia patria. Migramos a otros países, como España, en busca febril de trabajo, de paz y amor, y tampoco los hallamos. Cuando no se concretan los ideales que como humanos tenemos, entonces, somos extranjeros de nosotros mismos. “Partir es morir un poco y una oportunidad para atrapar la vida”.
Eva Marisol Linares Tadeo de El Salvador, en “Se acabaron las voces roncas y profundas”, nos expone la persistencia de una joven periodista por asumir una actividad que la sociedad, precisamente, no la reserva para una mujer: narradora de partidos. Vence, a lo largo de muchos años, incredulidades, ignorancia del oficio y, con tesón, gana conocimiento, experiencia; los espacios se le van abriendo lentamente y el reconocimiento de la sociedad llega como premio a su voluntad y conocimiento pleno del oficio.
Con “Veinte reflexiones de una migrante”, María Fernanda Ampuero Velásquez de Ecuador, reflexionamos sobre la urgencia de los legítimos derechos de una mujer a su dignidad, a un trabajo, más urgente todavía cuando la mujer es migrante, apátrida sin protección y, por su condición femenina pasible, de mayores actos innobles de los poderosos: “Acuérdate que hay que ceder, que eres una extranjera fugitiva y necesitada, y a los que están abajo no les cuadra hablar con altanería”. Pero la más grande reflexión de María Fernanda es ese noble orgullo de los de abajo, conscientes que sufren una injusticia, pero que no se doblegan frente a ella: “me llamo María Fernanda y soy migrante. El mundo que conocía, mi calle, mi familia, mis amigos son “allí y entonces”. “Aquí y ahora” es una ciudad nueva y una vida distinta. No soy la que era y, sin embargo, soy más yo que nunca. La extranjeridad es un estado del alma y la mía nació para estar en tránsito”.
Es un ejemplo de una mujer que logra sus legítimos derechos a tener una ciudadanía, un espacio de vida y el respeto a sus derechos humanos y laborales.



COLUMNA: Desde el atelier

Apu-Rimak, maestro de maestros
Josué Sánchez

Alejandro Gonzales Trujillo, Apu-Rimak, gran maestro y artista que co¬noció profundamente el milenario arte prehispánico y vivió cautivado y apasionado por esa belleza hoy exótica, fue el portador, intérprete y mensajero de una estética del arte andino diferente a la convencional. Nacido en Abancay, Andahuaylas, se formó artísticamente en la Aca¬demia Concha y fue alumno funda¬dor de la Escuela Superior de Be¬llas Artes de Lima, allá en 1919. En 1937, ya como miembro integrante de la Comisión Técnica del Museo Nacional de Arte del Perú, participó en la Exposición Internacional de Artes y Técnicas, realizada en Pa¬rís, donde tuvo oportunidad de mos¬trar la sólida convicción por la vigencia y las potencialidades del arte peruano que animaría su vida y su trabajo como pintor, y que sin asomo de chauvinismo, interrelacio¬naba con los conceptos universales del arte.
Gonzales Trujillo solía decir que «si el pintor se identifica con los valores estéticos de su país, por lógica está siendo parte de la historia del arte universal».
Fiel a este concepto, dedicó gran parte de su vida a profundizar su visión estética del mundo andino recorriendo el Perú pal¬mo a palmo, y no dudó en enriquecer esta visión confrontándola con la experiencia ad¬quirida a través del conocimiento de otras culturas. Apu-Rímak alternó 23 años de labor docente en la Escuela Superior de Bellas Artes de Lima y tres años en la Universidad Nacional del Centro, con numerosos viajes a Europa, Estados Unidos y Latinoamérica.
A la UNCP llegó en 1966, como profesor de pintura de la novísima Escuela de Bellas Artes. Su método de enseñanza trascendía el mero dictado formal en las aulas. Solíamos caminar por los diferentes pue¬blos del valle, tomando apuntes y haciendo bocetos de paisajes, yuntas, figuras huma¬nas en el trabajo, en las fiestas, en las fe¬rias. El maestro incidía en el color como un valor de sustento para la realización pictóri¬ca, mostrándonos un compendio de sus es¬tudios del lenguaje plástico, que recogía sus trabajos de experimentación cromática, para alimentar nuestro vocabulario de formas y colores.
Parafraseando a Picasso, repetía cons¬tantemente: “Yo no busco, sino encuentro”. La pintura como expresión del arte y del es¬píritu le interesaba, pero su preocupación estaba centrada en la problemática del origen y desarrollo de la plástica peruana, de cómo lograr el reencuentro del arte moderno con el arte milenario de nuestros ancestros. Apu-Rimak sostenía que la continuidad del arte peruano había sido truncada por la conquista española, y que era tarea de los artistas peruanos recuperar esos quinientos años perdidos. Su anhelo era identificar la filosofía plástica culta de lo pe¬ruano, sosteniendo que el resultado de esta búsqueda dependía de una profunda inte¬gración de los valores tradicionales, siendo necesario tener un conocimiento de todas las culturas, para formarse una idea cabal de la expresión plástica andina. Salir al campo, participar del mundo campesino, minero, de las fiestas populares, o vivenciar cada aspecto de la cultura andina desde aden¬tro, era su consigna recusadora del indigenismo y su visión fría y super¬ficial, sólo temática y fotográfica del hombre andino. Maestro de varias generaciones de pintores, alguna vez, en una entrevista que le hiciera Tulio Mora, Gonzáles Trujillo seña¬laría como sus herederos a Milner Cajahuaringa, Galdós Rivas y a quien firma esta columna. Una honra y un compromiso por continuar bregando en la forja de una identidad estética andina, tal como lo hiciera el gran maestro Apu-Rímak. Este año, el Centro Cultural Peruano Británico le rindió un justo homenaje a través de una exposición retrospectiva que recogió una importante muestra de su extraordinaria obra, una de las mayores del país.
A la UNCP llegó en 1966, como profesor de pintura de la novísima Escuela de Bellas Artes. Su método de enseñanza trascendía el mero dictado formal en las aulas.






MICROCUENTO

El proveedor
Cesar Klauer

Abrió la puerta refunfuñando: “¿Quién venía a molestar a esas horas?”. Sin ayuda de luz reconoció la voz que provenía del rostro oculto por las sombras y la capucha. Necesitaba una mujer, pronto. “¿Acaso creía que era fácil?”. La voz le prometió un muy buen pago, como siempre. Bueno, bueno, regrese mañana Dr. Frankenstein.



PERFUME DE MUJER

La fauna de la noche
Sandro Bossio

Entonces Eduardo se descubrió el torso y, decidido, se extendió a su lado para comenzar a besarla, abarcando rápidamente su cuerpo largo, ambicionado. «Usa medias con elástico, pensó. Qué rico». Con manos iluminadas, sin dejar de besarla, reconocía sin tropiezos el mecanismo de los cierres y los botones, liberando la blusa, soltando el sujetador, hasta que los pechos cedieron, blancos y turgentes, al asalto de sus labios. Valeria dejaba escuchar su respiración agitada, sus arrullos, sus balbuceos, que se volvieron un gemido cuando la mano de Eduardo alcanzó, bajo la falda, el vértice húmedo que palpitaba como un molusco.


ARTÍCULO PRINCIPAL:

Las “Wawi – Wawi” de Matahulo
Isaac Tacsa García

Hasta hace tres décadas, las deformaciones geológicas denominadas “Wawi - Wawi”, ubicadas al norte de Huancayo, en el anexo de San Juan de Matahulo, eran ignoradas por todos y conocidas solamente por los pobladores del lugar.
Las “Wawi - Wawi” son torres de arcilla formadas por la propia naturaleza, que varían de 2 a 2.50 metros de altura. Algunas terminan en punta y otras son achatadas. Este es un lugar donde cantan las palomas y los pájaros revolotean y vuelan de torre a torre, convirtiéndose en presas fáciles de los “quilinchos”, o cernícalos, que desde las cumbres, agitando sus alas, se lanzan para atraparlos. El lugar donde están estas figuras, hace de él un espacio tétrico y misterioso que fue motivo de creación de algunas historias y cuentos por los lugareños, detalles que muy bien podrían ser aprovechadas y convertirlo en un sitio de gran valor turístico para la región.
Los lugareños le han atribuido encantos como el “chacho”, enfermedad que proviene de los cerros, de las piedras, de los vientos que emergen de las quebradas, también conocido como “mal aire” y que ha cobrado algunas víctimas.
Recuerdo que cuando era niño, conversando con las abuelas Amalia Tacsa y María Verástegui, al coincidir en los alrededores de las torres, pudieron absolver algunas de mis curiosidades. Las “Wawi - Wawi” también eran conocidas como “Salto Salto”. Me dijeron que las llamaban así desde hacia mucho tiempo, porque estas estructuras de arcilla provocaban un impulso extraño de jugar corriendo y saltando entre ellas.
Lo de “Wawi - Wawi” es más certero, porque cada una de estas conformaciones se parece a los bebés cuando están envueltos, o “hiltados”. Esto para que no se asusten a sí mismos, durante el sueño, con sus manos o pies.
Estas caprichosas y muy peculiares figuras son producidas por las erosiones hídricas ocasionadas por las lluvias. Hay que decirlo con toda justicia: el paisaje, que nos brinda este lugar, es espectacular y para llegar a él no hay que recorrer más que 22 Km., desde Huancayo hasta Matahulo, por la margen derecha.
En los alrededores hay más parajes que lo adornan y embellecen, como el “condormuyuna” (mirador del Cóndor); el “retamayo”, bosque cubierto por las verdes retamas con su característica flor amarilla, habitad de los picaflores y otras aves; también, el “sucuchhuay” o “sucullhuay” que en español quiere decir “lagartija”, quebrada dónde abundan estos pequeños reptiles; o el “sasaja”, callejón de cerros, con protuberancias que sobresalen como ménsulas donde palomas, cernícalos y otros pájaros hacen sus nidos, escondite de los zorros y zorrillos; son atractivos que rodean al “Wawi - Wawi”, torres cuyas formas son preservadas por el viento y las lluvias, que al mismo tiempo lo decoran con todos los matices, salpicados como esmalte con los colores de las diversas flores, cuadro que relaja al espíritu y alegra la vista del visitante en compensación a cualquier sacrificio del viaje.

Estas caprichosas y muy peculiares figuras son producidas por las erosiones hídricas ocasionadas por las lluvias. Hay que decirlo con toda justicia: el paisaje, que nos brinda este lugar, es espectacular.



AGENDA SEMANAL


Clase de presentación de oratoria y filosofía:
Descubre tus fortalezas y debilidades
Participantes: Expositores de Nueva Acrópolis
Organiza: Nueva Acrópolis Huancayo
Fecha: Lunes, 8 de Agosto
Hora: 7 pm
Lugar: Pasaje San Lucas, 153 (a una cuadra de la UPLA Chorrillos)
INGRESO LIBRE

Seminario "100 Años de J.M. Arguedas. Todas las sangres, todas las patrias"
Organiza: ICPNA Región Centro
Jueves, 11 de agosto:
"En torno a la escritura de la última novela de Arguedas" - Dra. Carmen María Pinilla.
“Sobre escribir etnología: Arguedas y la paradoja del demonio feliz” - Dra. Cecilia Rivera.
Viernes, 12 de agosto:
“Arguedas y su metáfora política Todas las sangres” - Dr. Rodrigo Montoya.
"Arguedas, todas las sangres y el Perú del futuro" - Dr. Nelson Manrique.
Hora: 7pm
Lugar: Auditorio del ICPNA Región Centro- Jr. Ayacucho 169 Huancayo
INGRESO LIBRE

“2da Muestra de Arte Africano”
Colección César Pastor Ortega
Organiza: ICPNA Región Centro
Exposición abierta
Lugar: Galería de Arte del ICPNA Región Centro - Jr. Ayacucho 169 Huancayo
INGRESO LIBRE

BREVIARIO

El corcel del Monte Carmelo en la fiesta del niño Chaperito
Se dice que el niño Chaperito guió a la milicia peruana en la Guerra del Pacífico. Cuenta la leyenda que fue él quien los ayudó a ganar la Batalla de Sángrar. Es así que Canta lo ha convertido en su protector y en el argumento principal para muchas de sus tradiciones. El reconocido escritor Félix Huamán Cabrera junto al pintor, e ilustrador del libro, Wilfredo Hidalgo, presentan esta publicación, para niños, jóvenes y adultos, (Limapop, 2011), en la cual recrean un conjunto de tradiciones, creencias y fantasías en torno, y en agradecimiento, al santo patrón.



La escultura que se mató por el poeta
Josué Galdós Talaverano es un joven poeta andahuaylino que, desde niño, reside en Huancayo y curte sus artes poéticas. Hoy, nos presenta su segundo libro (Zeit editores, 2011) en el que imprime toda su vitalidad y hace un merecido reconocimiento al maestro Algemiro Pérez. Es, también, una confirmación soslayada de su vocación de educador y su necesidad por imprimir sus palabras en un texto necesario para conocer a una de nuestras nuevas plumas regionales.


Crónica de una persecución
Después de seis años de haber sido sometida a una irregular investigación y a un proceso, al parecer, fraudulento, Flor de María Maita Luna presenta este conmovedor libro que narra todos los hechos sufridos en un duro en inmisericorde proceso judicial. Desenmascara, también, todas las injusticias, incongruencias, mafias, intrigas, venganzas y corrupción de las cuales están plagados todos nuestros juzgados. Esta publicación es una digna guía, para cualquier estudiante de derecho o abogado, pues narra de manera fluida la consecución de los hechos, pero a la vez, adjunta todos los documentos, leyes y resoluciones inmersas y necesarias para el debido proceso. La autora confirma, en carne propia, que en nuestro país no hay justicia y esto se da desde los más altos cargos políticos.