lunes, 18 de julio de 2011

Solo 4, “374”, del 16 de julio de 2011

LA CITA

“Siempre hay una salida”, se decía. Volvió la mirada hacia los militares, que no le quitaban un ojo, y luego al grupo de sombras, casi invisibles, de sus compañeros. Con profunda tristeza, pensó: “Aquí no veo ninguna salida”.

Isabel Córdova Rosas, Gritos en silencio

LO ÚLTIMO

IV Congreso Latinoamericano de Comprensión Lectora “Jaime Cerrón Palomino”

Toda la población interesada está invitada a participar en el IV Congreso Latinoamericano de Comprensión Lectora “Jaime Cerrón Palomino”‏, a llevarse a cabo del jueves 21 al sábado 23 de julio, en los paraninfos de la Universidad Nacional del Centro del Perú.
Este evento es auspiciado por instituciones tan importantes como el Ministerio de Educación, la Universidad Nacional de Brasilia, la Universidad Augusto Motta de Río de Janeiro, la Universidad Nacional de la Plata de Buenos Aires, la Universidad Nacional de Guadalajara, y la Escuela de Post Grado de la UNCP.
Se cuenta con la asistencia de profesionales de trascendencia nacional e internacional que nos visitarán desde Ecuador, Argentina, Brasil y Bolivia. El objetivo del congreso es conocer diversas experiencias en comprensión lectora y fortalecer las mismas. Están todos invitados.

Isabel Córdova: la embajadora huanca en el corazón de los niños

Isabel Córdova Rosas es una escritora huancaína que, hace más de 20 años, migró a Europa para conquistarla y convertirse en la narradora peruana más prolífica y traducida de toda nuestra historia. Estudió Literatura y Antropología en la UNCP, fue Directora de Cultura de Junín e hizo su doctorado en Filología Hispánica, Historia de América y Antropología Social en la Universidad Complutense de Madrid. Hoy, es una famosa novelista para niños y niñas con libros como: “Ada nunca tiene miedo”, “Pirulí”, “Colón, el grumete valiente” o “Tinko y Gaby en el Amazonas”. Sin embargo, con la sensibilidad desbordante que la caracteriza, ha presentado, en la FELIZH 2011, un conmovedor libro sobre violencia política que, durante la década sangrante de los noventa, se vivió en Huancayo: “Gritos en silencio”. Acompáñennos a conocer, en la siguiente entrevista, a nuestra embajadora cultural en España y en el corazón de todos los niños.

Luis Puente de la Vega Rojas

Usted es una narradora muy prolífica que ha escrito muchos libros. ¿Cómo se inicia en la literatura?
Es una cosa que le agradezco profundamente a mi madre que, desde muy pequeña, me trasladaba a mundos imaginarios, diferentes, con los relatos que me contara. Me leía obras, pues, en ese momento, no había libros para niños ni jóvenes. Me leía a Arguedas, a Julio Verne y más, desde muy pequeña. Ella era profesora y me inició en la literatura así.

¿Quiénes son los autores que más la han marcado o que mejor recuerda?
Mira de pequeña, una cosa que me fascinó es que mi madre me leía “Viaje al centro de la tierra” de Julio Verne, me encantaba. Era mi premio si hacía la tarea. Luego leía a Arguedas. A los 7 u 8 me leí completo “Yawar Fiesta”, después ya leí “Todas las sangres”. Otro referente que me ha encantado es Juan Rulfo. Luego, Ciro Alegría, Abraham Valdelomar y también los clásicos de la literatura universal: leer a “El avaro” de Moliere, a Dante Alighieri con “La divina comedia”, a Cervantes o a Dostoievski era algo que me fascinaba.

Pero de entre todos estos escritores, ¿quién es su autor cumbre?
Cervantes. Él, para mí, hace una novela (El Quijote) antropológica que copa la historia y que es un libro moderno para todos las épocas.

La mayoría de sus libros son para jóvenes, niños y niñas, ¿verdad?
Sí, tengo esta saga que se llama “Pirulí” que está en la 37ª edición. Está en griego, catalán, gallego, koreano. Las otras sagas son “Pirulí en el zoo” y “Pirulí va al cole”. Unos 30 mil ejemplares de cada uno han sido comprados por Korea. También tengo “Pico de oro”, “El zoo de verano”, “Urpy y la piedra mágica del Amazonas”, siempre con animales de la selva peruana para hablarles, de paso, a los niños y niñas de lo que es el Perú.

Usted ha publicado aquí y en España, ¿cuál es la mayor diferencia que ha encontrado?
Mira la anécdota de cómo te incentivan: aquí pagábamos por publicar. Allá, la primera vez, firmé un contrato y me dieron un sobre. Llegué a casa, abrí el sobre y había, por decir, 2500 dólares. Pensé que se habían equivocado, regresé a la editorial y me dijeron: “No Isabel, no nos hemos equivocado, aquí pagamos por publicar”, y encima el 10% de la venta. Eso te motiva a seguir adelante.

Una de sus últimas publicaciones, “Tinko y Gabi en el Amazonas”, es una de estas novelas para niños, pero tiene una profunda crítica social a la contaminación de la selva y a la exclusión del indígena.
Mira, te lo digo con total sinceridad, si un libro está bien escrito, es para personas de tres hasta 98 años. Así, hay que concienzar a nuestros compatriotas para que se solidaricen con lo que está pasando.

Su último libro para niños es “Urpy y la piedra mágica del Amazonas”, ¿de qué trata?
Trata de los garimpeiros que, en la vida real, secuestran a los niños de las fronteras de Colombia y Perú, y se los llevan para esclavizarlos sacando oro de los cerros. Entonces, es la lucha de unos niños, entre ellos Urpy, y algunos animales, para rescatar a la gente que está ahí. Cada página es pura aventura.

En la FELIZH 2011 ha presentado un libro diferente a lo que usted, usualmente, hace. ¿Ha sido difícil pasar de la literatura infantil a una, más dura, que trata un tema tan difícil como la violencia política de los noventa?
Sabes, lo más difícil que hay en el mundo es escribir para jóvenes y niños. Escribir esta novela, con esa profundidad y sentimiento ha sido bastante sencillo. Me he metido en la piel de cada personaje. Imagínate, si lo más difícil es escribir para jóvenes y para niños, esto ha sido bastante sencillo, con toda honestidad. Es una novela antropológica, de una realidad muy cruda y sangrante, que ocurrió en los 90 y me encantaría que la lean. La pinto tan imparcialmente que no todos son malos, hay gente buena, hay gente noble, pero también es necesario recordar a todos nuestros compatriotas que se quedaron sin poder gritar su nombre.
La pinto tan imparcialmente que no todos son malos, hay gente buena, hay gente noble, pero también es necesario recordar a todos nuestros compatriotas que se quedaron sin poder gritar su nombre.


Los sueños del indio Gálvez

José Oregón Morales

Los sueños de Ciro Gálvez Herrera expresados en su libro “Teoría del renacimiento Andino”, cobran vigencia palpitante en estos momentos históricos. Sostiene que los gobiernos de países, poderosos y no poderosos, no comprenden o no quieren comprender los urgentes mensajes que el hombre y la naturaleza lanzan, dramáticamente, como signos de los tiempos. Que para salvar nuestro equilibrio social y nuestro equilibrio ecológico deberíamos analizar estos mensajes y, en base a la filosofía y política de los pueblos andinos, revertir nuestra sociedad en una más justa. Es Luis E. Valcárcel quien le da la razón en este aspecto al afirmar que el mundo se ha beneficiado de Perú a lo largo de siglos, con el oro, el guano y el salitre, el petróleo y últimamente la coca. Que, el Perú ha dado al mundo la mayor cantidad de plantas domesticadas para alimentar a la humanidad: papa, quinua, cañigua, frijoles, maíz, pallares, maní, yuca, ají, tabaco, coca, algodón; por este motivo, nuestra patria es reconocida como “la patria del alimento”. Pero que el mundo hasta ahora no se beneficia con el mayor tesoro de los incas: el sistema social político de economía redistributiva, modelo de sistema de gobierno de nuestro imperio. Patria del socialismo y la felicidad colectiva.
Específicamente en el Perú, el Baguazo, los levantamientos violentos de los pueblos huancavelicanos, puneños , arequipeños y juninenses no son otra cosa que el grito clamoroso de pueblos secularmente olvidados, desatendidos en la satisfacción de las mínimas necesidades vitales: alimentación, salud, trabajo, servicios básicos y educación. Pero inexplicablemente expoliados en sus ingentes riquezas y destruidos en sus entornos naturales. A esto se añaden las escalofriantes cifras de muertos indígenas de habla quechua, como producto de la guerra interna que enfrentó a las fuerzas subversivas de Sendero-MRTA con las fuerzas represivas de la policía y el ejército. Al respecto Gálvez nos recuerda que el 75% de las víctimas (51,790) eran de habla quechua. “Esta espeluznante cantidad refleja que el enemigo común para ambas partes en el conflicto fueron las indefensas comunidades campesinas y nativas, andino amazónicas, varias de las cuales fueron exterminadas completamente”. Para las castas sobrevivientes del “opus dei” y la derecha cavernaria, en todo tiempo, indios más o indios menos es igual.
Gálvez pronostica una inevitable insurgencia de las comunidades indio amazónicas como consecuencia de la pobreza, abandono, centralismo y la corrupción en las altas esferas del gobierno peruano. De la misma manera, la iglesia católica pronosticó, con diez años de anticipación (Puebla 1968), que ocurrirían las guerras insurgentes de los años 80 como consecuencia imprevisible de las brechas, cada vez más grandes, entre pobres y ricos. Los gobernantes de turno jamás quisieron, ni quieren oír estos llamados de justicia social basados en signos sociales que se proyectaban dramáticamente. Esta desobediencia nos costó 60 000 muertos.
Gálvez enfoca otra realidad tan dramática y urgente como la primera: el equilibrio ecológico en nuestra patria. “Paradójicamente, dice, la ideología occidental del desarrollo orientado a la mayor producción y a la acumulación de capitales es incompatible con la preservación ambiental y con la reivindicación de los derechos de los pueblos indígenas”. Díganlo sino los sendos movimientos sociales en contra de las mineras en Tía María, Arequipa, Puno, Huaraz y Cajamarca. Reclaman revertir estas agresiones a nuestros entornos naturales que llevarían al mundo a catástrofes impensables. Para esto plantea retomar la filosofía del hombre andino de vivir en armonía con la naturaleza, respetándola, cuidándola y aprovechándose de ella racionalmente, como lo hacían nuestros antepasados que consideraban sagrados el agua y la tierra.
Sostiene que en estos momentos se está revitalizando el renacimiento andino en los aspectos más sentidos de nuestra realidad. Tiene fe, al igual que Arguedas, en superar la discriminación y segregación de todos los pobres del mundo. Los postulados de Arguedas y Gálvez no son arcaicos, porque el ideal no es regresar al pasado, “sino más bien utilizar los valores del pasado, que existen todavía en las poblaciones actuales, herederas del pasado incaico y que esos valores tengan una utilidad en el futuro”, como sostiene Carmen Pinilla.
Los levantamientos violentos de los pueblos (…) no son otra cosa que el grito clamoroso de pueblos secularmente olvidados, desatendidos en la satisfacción de las mínimas necesidades vitales.

Whynot magazine nº 9

Solo 4

Esta es una revista que convierte y renueva todas las publicaciones hechas hasta hoy en Huancayo. Whynot es un magazine de bolsillo que trata temas diversos de manera breve, pero con artículos de muy buena calidad que gustan y se leen ágilmente.
Esta propuesta es única, ya que está elaborada por estudiantes universitarios que han congregado a escritores, periodistas y articulistas de la mejor data, además de ser, a la vez, una publicación muy visual y estética, con una diagramación impecable e impresa en la mejor calidad que no tiene nada que envidiar a otras de todo el país.
La publicación es mensual y la pueden adquirir a un precio módico (S/. 2), lo que demuestra que no tiene un afán comercial, sino de renovar el espíritu editorial de nuestra región. Búsquenla en la librería “La familia” y en distintos puntos de nuestra ciudad.

MICROCUENTO

Oferta

Diego Martín Eguiguren

Ayer me dirigí hacia una joyería y me encontré con una oferta inmejorable, sin dudarlo compré el anillo de compromiso para mi pareja y, tal como me lo habían prometido, me entregaron un ataúd para mi corazón completamente gratis y sin uso de tarjeta.

PERFUME DE MUJER

Las piadosas
Federico Andahazi

Mientras recorría con su lengua el pequeño promontorio —erguido y rojo— que asomaba brioso desde la comisura de los labios callados de la una, introducía y retiraba suavemente, primero uno, luego dos y, finalmente, tres de sus dedos finos, alargados y diligentes en los dulces antros ardientes de la otra. Mis hermanas gemían mientras se besaban y se acariciaban mutuamente los pezones.

“Gritos en silencio”: un viaje a la desesperanza

Sandro Bossio Suárez

Un grupo de ciudadanos inocentes son atrapados por las Fuerzas Armadas y subidos a un camión para ser trasladados a un lugar incognoscible donde les espera la muerte. El camión parte y, mientras asciende la montaña, vamos enterándonos de la vida, de las reminiscencias, de sus esperanzas, de las de los más profundos entresijos vitales de los prisioneros que viajan atemorizados por los cañones negros de los fusiles que no dejan de amenazarlos.
Este es el poderoso argumento de la nueva novela de Isabel Córdova Rosas, la escritora huancaína más aplaudida y reconocida internacionalmente, que acaba de ser lanzada a nivel nacional en Huancayo.
Los detenidos que viajan en este camión son variopintos y representan diversos estratos y sociedades. Tenemos jóvenes universitarios, obreros, profesores, campesinos, entre otros. Estos personajes se alzan poderosos psicológica y socialmente. A lo largo de la novela, recorremos sus vidas, sus derroteros, sus perdidas ilusiones, y somos partícipes de sus terrores macerados por ese viaje a lo ignoto.
Julia es el soporte de la novela, pues en torno a ella se desarrolla toda la trama: ha sido secuestrada y violada por un pelotón de militares, y, ya en el camión, tiene que aprenderse de memoria los nombres, apellidos y ocupación de un grupo de prisioneros para que, una vez lograda su fuga con la ayuda de todos, avise a los medios de comunicación de la situación y así los familiares de las víctimas dejen de buscarlos en las morgues.
Se trata, pues, de una novela de camino (en el cine el género se llama “Road movie”), donde la historia y el flujo narrativo se circunscriben al viaje que realiza este camión desde Lima hasta las serranías. El conocimiento social es el apropiado, el tono es exacto, el ritmo (siempre dinámico) es sostenido, la dosificación de los conflictos y los suspensos es inmejorable, el manejo de los diálogos es extraordinario. Todo esto hace que la nueva novela de Isabel Córdova Rosas se convierta en una de los libros más bellos y reveladores de todos los que se han escrito en el Perú sobre la violencia política.
Sobre la obra, el eminente sociólogo Nelson Manrique ha escrito: “A través de las vicisitudes de los viajeros de este viaje macabro se despliega como una gran metáfora la imagen de un país donde no hay ciudadanos; donde unos tienen deberes y no tienen derechos (y entonces son súbditos) y otros sólo tienen derechos y no tienen deberes (y entonces son privilegiados). En el orden social de los privilegiados cualquier reclamo, queja, demanda de derechos es subversiva; por eso los pasajeros del camión de la muerte están sentenciados”.
Haciendo eco de esta justísima crítica podemos decir que la obra de Córdova Rosas nos adentra en un mundo plagado por el odio ideológico, por los falsos patriotismos (patrioterismo que tanta sangre derramó en la humanidad), por la barbarie y el ensañamiento de la casta militar que, a razón de no poder derrotar a su enemigo invisible, daba manotazos en la oscuridad culpando a cualquiera que se atravesara en su camino. La novela es un testimonio de lo que vivimos, pero también es un clamor antropológico que nos habla de explotación ancestral, la exclusión, la segregación, el despotismo de los poderosos, el cumplimiento infeliz de las órdenes de un Estado que no ha podido librarse de sus propios demonios y lo hace encarnándolos en los más débiles.
El propio libro dice que se trata de una excelente novela antropológica. Y es cierto. Que la autora se mete en la piel de cada uno de los protagonistas y que a través de ellos va describiendo la realidad del Perú. Y también es cierto. Que es la primera vez que una escritora narra con profundidad y valentía sobre la espeluznante época de la violencia armada. Y eso es lo más cierto que nos muestra este libro que mueve las conciencias y las entrañas más inconmovibles.
Una lectura necesaria y forzosa en nuestros colegios y universidades para que aquello no nos vuelva a pasar.

Todo esto hace que la nueva novela de Isabel Córdova Rosas se convierta en una de los libros más bellos y reveladores de todos los que se han escrito en el Perú sobre la violencia política.


La tristeza como color de identidad

Marlon Zenteno Mayorca

La madrugada del 9 de julio Facundo Cabral fue acribillado por un grupo de sicarios mientras era transportado hacia el aeropuerto de la Aurora en Guatemala.
El compositor, había ido a ese país a realizar lo habitual en un músico de su calibre: un magistral concierto. Sin embargo, no encontró en él otra cosa que el final de su inmejorable camino, de su trayectoria impecable como artista y trovador, y de la gratificante cosecha que había conseguido como contestario y poeta revoltoso que no pocos hubieran querido ver en las sombras. Hoy, éstos parecen haber sido complacidos. Pero, sólo aparentemente, porque el mensaje de Cabral siempre trascendió sus limitaciones como ser humano y lo catapultó desde aquel lejano “Vuele bajo”, esa emotiva canción de cuna que fue la primera pieza que Cabral compuso emborrachado de ensoñación y quien sabe qué más, pero que resultó ser la piedra angular de una carrera más que admirable.
Recuerdo haber tenido mi primer contacto con Cabral siendo aún un niño que apenas era presentado a este mundo. Mi papá solía rasgar el inmortal “No soy de aquí, ni soy de allá” y poner aquellas reliquias de registro para audio conocidas como “cassettes” en una grabadora negra y enorme que reproducía la guitarra dolorosa de Cabral, y me hacía pensar en qué clase de loco podría haber escrito una canción tan desafiante para la racionalidad como lo había hecho este argentino, a quien nunca comprendí del todo, pero siempre admiré.
Amigo de Borges, admirador de Whitman, seguidor de Jesucristo, Gandhi, la madre Teresa de Calcuta (sí, todo lo escrito en Wikipedia es cierto). Cabral fue un hombre que no necesitó de ningún mérito académico, de ninguna formación rígidamente establecida para convertirse en un grande la canción o para grabar junto a Neil Diamond.
Sus inicios humildes con “los paisanos, con la familia Techeiro”, su subterraneidad como “El indio Gasparino” y su constante prédica en pro del pacifismo y de las filosofías anarquistas, le han otorgado el perfecto halo de marginalidad, de una suerte de malditismo angelical que sólo toca a unos cuantos.
Ahora, el Premio Nobel de la Paz jamás será estrechado entre sus manos de vagabundo (siempre y cuando lo hubiera aceptado). Ahora muchos tendremos la duda de sí su asesinato fue una confusión, de si él no era el destinado a esa cita con las balas insanas y criminales, de si no se trata de algo similar a lo ocurrido a Pasolini. Tendremos que consolarnos oyendo “no soy de aquí, ni soy de allá. No tengo hogar, ni porvenir y ser feliz es mi color de identidad”, aunque la felicidad no sea lo primero que nos embargue al escuchar una de las canciones más bellas y tristes de la historia.
Cabral fue un hombre que no necesitó de ningún mérito académico, de ninguna formación rígidamente establecida para convertirse en un grande la canción.

Facundo, el profeta

Pio Altamirano Melgarejo

Su partida deja la sensación de una pérdida irreparable. Un amigo muy querido se ha ido. Nosotros lo encontramos allá por los años ochenta; alguien apareció con un cassette de Facundo y celebramos su sabiduría y el enorme sentido de humor de aquel que mantiene la memoria de lo vivido como lección de vida. Como admirador de Atahualpa Yupanqui y José Larralde, payadores mayores del norte de la Argentina, heredó el toque de la guitarra, la poesía sabia y popular de la Milonga pampeana, pero además, incluyó, con mucha ironía, la temática urbana y las sin razones de lo moderno: “Vamos cruzando por la vida en el tren de la muerte, viendo como el progreso acaba con la gente”.
Su espíritu profundamente religioso, lo convirtió casi en un profeta de la paz, de la tolerancia, del entendimiento, pues decía que la música no es más que un pretexto para que la gente se una. Su lenguaje claro, prístino, profundo, dejaba ver una vida muy dura: pasó una niñez de carencias, por el abandono del padre al día de nacido. La imagen de una abuela y una madre analfabeta pero sabia y digna en la pobreza, cimentó su espíritu para la posteridad. Cada ocasión dramática que le tocó vivir, pudo soportarla con el enorme espíritu de esperanza que tenía y la infaltable ironía: “Soy el orgullo de mi abuela, que es la vergüenza de la familia”
Como todo cantor que opina tiene gente que lo admira y quiere, otros que critican sus posturas filosóficas, y aquellos que fueron tocados por su sarcasmo —casi siempre personalidades políticas— andarán celebrando su partida.
Podríamos llenar muchas páginas con citas textuales de sus ocurrencias, puntos de vista controvertidos sobre la sociedad de consumo, citas bíblicas e interpretaciones, sus alabanzas al amor, a la paz, a la convivencia; podríamos decir que admiró a Jesús, el de la cruz; a Gandhi y a la madre Teresa de Calcuta, que parafraseó a Tagore, a Walt Whitman y a Borges. Lo que no podemos afirmar es que se fue. Queda en nosotros toda la amistad y el amor que siempre le sobró.
Dijo alguna vez: “Existe el secuestro y el narcotráfico porque hay pendejos que no tienen los cojones para vivir la vida y prefieren asesinar”, y le quitaron la vida a un corajudo militante de la esperanza. Quienes no lo conocieron tienen ahora la ocasión de escucharlo, disfrutar, analizar, entender y solazarse con su obra. “Cuando un amigo se va, queda un tizón encendido, que no se puede apagar ni con las aguas de un río”. Hasta siempre Facundo.
Su espíritu profundamente religioso, lo convirtió casi en un profeta de la paz, de la tolerancia, del entendimiento, pues decía que la música no es más que un pretexto para que la gente se una.

Caligrama en homenaje a Machu Picchu

Solo 4

Un caligrama es una composición visual que con el uso y disposición deliberada de letras, frases, oraciones u otros, se forman figuras diversas. Las líneas del dibujo son reemplazadas por los textos que, a su vez, expresan visualmente lo que las palabras dicen.

“Machu Picchu encima del Mundo” es el título del caligrama hecho en homenaje al centenario de este monumento arquitectónico. Fue escrito y diseñado por Rodolfo Rojas Villanueva, un reconocido activista ecológico nacido en Cerro de Pasco, quien hoy, con esta composición, demuestra que Machu Picchu no solo es importante para el Cuzco o los turistas, sino para todos los peruanos.
Los caligramas han estado presentes en el arte desde hace más de medio siglo. Así, Rojas Villanueva comparte el diseño de estas “poesías visuales” con el poeta cubista francés Guillaume Apollinaire; con el chileno Vicente Huidobro; el cubano Guillermo Cabrera Infante; el argentino Oliverio Girondo o con los peruanos Carlos Oquendo de Amat, Jorge Eduardo Eielson y Arturo Corcuera.
Esta es parte de su creación: “Machu Picchu/alma y espíritu planetario/ciudad estelar de los Incas/arquitectura inacabable/rama de Caral, hoja de Chavín/pétalo de Wari, nieto de Sipán/de ti nacieron la papa y el maíz/para salvar del hambre a Europa/Hoy, nuevamente nace de ti/ la esperanza para el hombre”.

AGENDA SEMANAL

Ciclo de cine policial "De colección"
Organiza: ICPNA Región Centro
Forista: Luis Puente de la Vega Rojas
Miércoles 20: Fuego contra fuego
Jueves 21: Seven
Viernes 22: Dueños de la noche
Hora: 7 pm
Lugar: Auditorio del ICPNA Región Centro - Jr. Ayacucho 169 Huancayo
INGRESO LIBRE

Un mensajero de la paz: Facundo Cabral

Leonardo Mendoza Mesías

Rodolfo Enrique Facundo Cabral nació un 22 de mayo de 1937, en Argentina. Este destacado cantautor, compositor y productor tuvo una niñez muy dura por el desamparo paternal que sufrió, y la pobreza familiar que lo rodeaba.

A pesar de ello, y sobreponiéndose a una experiencia carcelaria, se impulsó como músico y cantante, cuyo nombre artístico inicial fue “El indio Gasparino”; posteriormente, se presentaría con su apellido verdadero. Es así que, en 1970, grabó: “No soy de aquí, ni soy de allá”, éxito que lo consagra al nivel de Alberto Cortez, Julio Iglesias y otros.

Fallecido el presidente argentino Perón, el gobierno es asumido por la Vicepresidenta María Estela Martínez de Perón quien, al poco tiempo, deja el cargo en manos del gobierno militar encabezado por Jorge Rafael Videla. Transcurría 1976 cuando por estas causas, y por ser considerado un cantautor de protesta, Facundo Cabral se ve obligado a salir de su país, radicando en México y recorriendo, según dicen, más de 159 países.

Una de las más destacadas presentaciones fue la realizada junto a Alberto Cortez titulada: “Lo Cortez no quita lo Cabral”, en la cual unen el humor, poesía, canciones y música. Enviudó trágicamente a los 40 y conoció a su padre a los 46.

Pero además de la música, Facundo Cabral destacó por su intensa espiritualidad basada en Jesús, Gandhi y Teresa de Calcuta, predicando una especie de misticismo cristiano, aunque, declarándose siempre reacio a practicar religión alguna. Esta tendencia espiritual inconformista se enrumbo en una crítica social constructiva matizada por el más fino humor. Por otro lado, no se conoce que Cabral haya tenido participación militante en movimiento político alguno; sin embargo, por muchos años abogó por el “pacifismo” como forma de solucionar conflictos autodefiniéndose como "violentamente pacifista" y "vagabundo de primera clase”.

Este febril cantautor argentino, a sus 74 años, fue asesinado el pasado 9 de julio, en ciudad de Guatemala, víctima de un atentado, aparentemente, dirigido a su anfitrión, el empresario Henry Fariña. Es una pena, pero hay mucho que tenemos que aprender de él, por ejemplo, y para terminar, recordemos algunos de sus más célebres pensamientos: “Cuando un pueblo trabaja, Dios lo respeta. Pero cuando un pueblo canta, Dios lo ama”. “Ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo”, y por último: “Borra el pasado para no repetirlo, para no tratarte como te trataron ellos; pero no los culpes, porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos y te liberarás de esas cadenas”.

Por muchos años abogó por el “pacifismo” como forma de solucionar conflictos autodefiniéndose como "violentamente pacifista".