viernes, 14 de octubre de 2011

COLUMNA: EL BUEN SALVAJE

Sandro Bossio Suárez

Huancayo: todo lo que se mueve

A las doce del día del 24 de setiembre de 1908, rodeado de un mar de gente, se vio aparecer el primer convoy en la estación ferroviaria de Tres Esquinas. Se cuenta que el conductor, de apellido Beltrán, hizo sonar el pito del tren desde el paraje de Quebrada Honda, y que estacionó la bufante máquina en medio de una profusa vaharada y algarabía general. La locomotora, como consta en la historia de la ciudad, fue una de fabricación inglesa, llamada «Rogers», y signada con el número 34.
Según los anales locales, en 1921 Juan Ancilloto, aviador italiano, hizo el primer vuelo desde Lima hasta Huancayo, en dos horas, utilizando un avión Balila, monomotor.
En 1927 el comandante Charles Grow, jefe de la Misión de Aviación de EE.UU. en el Perú, al volar de Lima a San Ramón, se desvió de su ruta, debido al mal tiempo, aterrizando con maestría en la hacienda La Mejorada.
Pero estos fueron vuelos de prueba no inscritos oficialmente en nuestra historia. La nueva etapa se inicia con la Resolución Suprema del 17 de diciembre de 1932, que declaraba la exigencia de la construcción de un campo de aterrizaje en el entonces fundo «Yauris». Una vez rasado el terreno y apisonada la pista, el aviador de las Fuerzas Aéreas del Perú, capitán Leonardo Alvariño Herr, trajo vía ferrocarril un aeroplano bimotor de fabricación francesa, que un mecánico de apellido Rubio montó en esta ciudad. Alzó vuelo en el nuevo campo, siendo el primer aviador nacional que cruzó «con oficialidad» el cielo huancaíno. Lamentablemente, días después, desapareció junto con la máquina en vuelo a Iquitos. Ese mismo año, Nelson Rockefeller, nieto del archimillonario estadounidense, vino en avión especial desde el Cusco.
En la década de los cuarenta, el teniente de aviación Julio Carvo Tenaut, huancaíno, se estrelló y murió durante un vuelo de reconocimiento por los alrededores.
El 28 de noviembre de 1934, dos aviones «Curtis» de guerra, llegados de Lima, volaron hacia Huancavelica con la misión de debelar un conato revolucionario. Fue el primer vuelo Lima-Huancayo realizado por aviadores nacionales.
En 1913, un alemán de apellido Guinche presentó en Huancayo una bicicleta plegable. Si esto fue un acontecimiento, imaginémonos el episodio suscitado por la aparición del primer automóvil: fue en 1917 y se trataba de un Overland, perteneciente al comerciante escocés Saunders. Este vehículo, según descripción técnica, llevaba un motor de 2.2 litros, con poder sólo en la rueda posterior derecha, aunque con frenos en las cuatro. En ese mismo año, el Concejo Municipal de Huancayo decidió empedrar la Calle Real y algunas principales para darle mayor fluidez a los automóviles que empezaron a llegar.
Ricardo Tello Devotto cuenta que en 1918 se organizaron «dos raids automovilísticos, uno de Huancayo a Acopalca, y otro hasta Jauja». En 1919 se pusieron a la venta las placas de rodaje de carros motorizados. Ese fue un año de interesantes logros en el transporte pesado, pues un particular trajo un camión para servicio de carga, pero lamentablemente el ensayo de tractores Avery fue negativo por la altura.
Uno de los autos más elegantes que paseó por la ciudad fue un costoso Ford modelo «T», de 1922, propiedad del que sería alcalde en 1925, J.H. Taylor.

El 28 de noviembre de 1934, dos aviones «Curtis» de guerra, llegados de Lima, volaron hacia Huancavelica (…). Fue el primer vuelo Lima-Huancayo realizado por aviadores nacionales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe tu comentario aquí.