lunes, 18 de julio de 2011

Isabel Córdova: la embajadora huanca en el corazón de los niños

Isabel Córdova Rosas es una escritora huancaína que, hace más de 20 años, migró a Europa para conquistarla y convertirse en la narradora peruana más prolífica y traducida de toda nuestra historia. Estudió Literatura y Antropología en la UNCP, fue Directora de Cultura de Junín e hizo su doctorado en Filología Hispánica, Historia de América y Antropología Social en la Universidad Complutense de Madrid. Hoy, es una famosa novelista para niños y niñas con libros como: “Ada nunca tiene miedo”, “Pirulí”, “Colón, el grumete valiente” o “Tinko y Gaby en el Amazonas”. Sin embargo, con la sensibilidad desbordante que la caracteriza, ha presentado, en la FELIZH 2011, un conmovedor libro sobre violencia política que, durante la década sangrante de los noventa, se vivió en Huancayo: “Gritos en silencio”. Acompáñennos a conocer, en la siguiente entrevista, a nuestra embajadora cultural en España y en el corazón de todos los niños.

Luis Puente de la Vega Rojas

Usted es una narradora muy prolífica que ha escrito muchos libros. ¿Cómo se inicia en la literatura?
Es una cosa que le agradezco profundamente a mi madre que, desde muy pequeña, me trasladaba a mundos imaginarios, diferentes, con los relatos que me contara. Me leía obras, pues, en ese momento, no había libros para niños ni jóvenes. Me leía a Arguedas, a Julio Verne y más, desde muy pequeña. Ella era profesora y me inició en la literatura así.

¿Quiénes son los autores que más la han marcado o que mejor recuerda?
Mira de pequeña, una cosa que me fascinó es que mi madre me leía “Viaje al centro de la tierra” de Julio Verne, me encantaba. Era mi premio si hacía la tarea. Luego leía a Arguedas. A los 7 u 8 me leí completo “Yawar Fiesta”, después ya leí “Todas las sangres”. Otro referente que me ha encantado es Juan Rulfo. Luego, Ciro Alegría, Abraham Valdelomar y también los clásicos de la literatura universal: leer a “El avaro” de Moliere, a Dante Alighieri con “La divina comedia”, a Cervantes o a Dostoievski era algo que me fascinaba.

Pero de entre todos estos escritores, ¿quién es su autor cumbre?
Cervantes. Él, para mí, hace una novela (El Quijote) antropológica que copa la historia y que es un libro moderno para todos las épocas.

La mayoría de sus libros son para jóvenes, niños y niñas, ¿verdad?
Sí, tengo esta saga que se llama “Pirulí” que está en la 37ª edición. Está en griego, catalán, gallego, koreano. Las otras sagas son “Pirulí en el zoo” y “Pirulí va al cole”. Unos 30 mil ejemplares de cada uno han sido comprados por Korea. También tengo “Pico de oro”, “El zoo de verano”, “Urpy y la piedra mágica del Amazonas”, siempre con animales de la selva peruana para hablarles, de paso, a los niños y niñas de lo que es el Perú.

Usted ha publicado aquí y en España, ¿cuál es la mayor diferencia que ha encontrado?
Mira la anécdota de cómo te incentivan: aquí pagábamos por publicar. Allá, la primera vez, firmé un contrato y me dieron un sobre. Llegué a casa, abrí el sobre y había, por decir, 2500 dólares. Pensé que se habían equivocado, regresé a la editorial y me dijeron: “No Isabel, no nos hemos equivocado, aquí pagamos por publicar”, y encima el 10% de la venta. Eso te motiva a seguir adelante.

Una de sus últimas publicaciones, “Tinko y Gabi en el Amazonas”, es una de estas novelas para niños, pero tiene una profunda crítica social a la contaminación de la selva y a la exclusión del indígena.
Mira, te lo digo con total sinceridad, si un libro está bien escrito, es para personas de tres hasta 98 años. Así, hay que concienzar a nuestros compatriotas para que se solidaricen con lo que está pasando.

Su último libro para niños es “Urpy y la piedra mágica del Amazonas”, ¿de qué trata?
Trata de los garimpeiros que, en la vida real, secuestran a los niños de las fronteras de Colombia y Perú, y se los llevan para esclavizarlos sacando oro de los cerros. Entonces, es la lucha de unos niños, entre ellos Urpy, y algunos animales, para rescatar a la gente que está ahí. Cada página es pura aventura.

En la FELIZH 2011 ha presentado un libro diferente a lo que usted, usualmente, hace. ¿Ha sido difícil pasar de la literatura infantil a una, más dura, que trata un tema tan difícil como la violencia política de los noventa?
Sabes, lo más difícil que hay en el mundo es escribir para jóvenes y niños. Escribir esta novela, con esa profundidad y sentimiento ha sido bastante sencillo. Me he metido en la piel de cada personaje. Imagínate, si lo más difícil es escribir para jóvenes y para niños, esto ha sido bastante sencillo, con toda honestidad. Es una novela antropológica, de una realidad muy cruda y sangrante, que ocurrió en los 90 y me encantaría que la lean. La pinto tan imparcialmente que no todos son malos, hay gente buena, hay gente noble, pero también es necesario recordar a todos nuestros compatriotas que se quedaron sin poder gritar su nombre.
La pinto tan imparcialmente que no todos son malos, hay gente buena, hay gente noble, pero también es necesario recordar a todos nuestros compatriotas que se quedaron sin poder gritar su nombre.


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