domingo, 8 de mayo de 2011

Sin Sábato, el mundo se va quedando más ciego

El último sábado, 30 de abril, desapareció uno de los más grandes escritores de nuestra lengua, Ernesto Sábato, quien nos deleitó hasta la ceguera con libros como “El túnel”, “Sobre héroes y tumbas” o “Abbadón el exterminador”, y un inconmensurable trabajo por la justicia y los derechos humanos.
Sábato nació en Rojas, Argentina, el 24 de junio de 1911. Se doctoró en Física, y ganó una beca para investigar la radiación atómica en París, pero esto no lo satisfacía, pues consideraba que era un “refugio en medio de la tormenta”. Así, abandona la física e ingresa a la literatura para inmortalizarse, y dejarnos un legado enorme de fascinación. Su muerte no detendrá las celebraciones por su centenario, que pronto también estarán presentes en Solo 4.

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