sábado, 14 de mayo de 2011

Gustavo Cerati, amor sin rodeos

Diana Panez García

Vayamos por un amor amarillo, pues si te llevo es para que me lleves a dar un paseo inmoral de noches de longevidad ¿Parecen cosas imposibles? Hoy ya no soy yo. Te extraño (no solo) en las tardes, quizás es amor. Empecé a buscarte en la rima que duerme, distante placer.
Cuando lo escucho siento, esa sencillez “beatle” y acorde preciso, tiene el poder de trasladar al mundo: Do Re Mi donde siempre quiero estar. Yo conocí a Cerati un día que se atrevió a cantarme al oído “prófugos” a través de un radiotransmisor. Ahora, estoy segura de poseer una canción para cada situación. Los lunes son horribles y los intento mejor con un “paseo inmoral”. En martes tengo la predisposición de que todo irá mejor y quiero hacer “cosas imposibles”. Los miércoles sigo adelante “tracción a sangre”, tras una melodía. El jueves es “una bomba de tiempo” en espera a un viernes en los que “amo dejarte así” hacia un sábado por la noche “puente” del domingo siguiente.
La espera agota a muchos de los fans, en un lento degradé ascendente de ansiedad, necesidad y admiración. A un año de la descompensación que sufrió en Caracas, Gustavo Adrián Cerati Clark, no deja de ser el genio que probó e innovo en géneros musicales, desde el “Amor amarillo”, hasta “Fuerza natural”. Gracias por el talento compartido.

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