sábado, 26 de marzo de 2011

Función continuada: El cisne negro

Mr. Hyde toma el control

Juan Carlos Suárez Revollar

Dos buenos filmes ha dirigido Darren Aronofsky además del que nos ocupa ahora: “Réquiem por un sueño” (2000) y “El luchador” (2008).

“El cisne negro” tiene una forma particular de narrar, y se asemeja mucho —por lo alucinado, difuso y hasta ambiguo— a “Réquiem por un sueño”. El punto de vista predominante es el de Nina (Natalie Portman), pero en dos niveles: la parte más objetiva es la de su “yo” cuerdo. El segundo nivel, y el más rico, es el producido desde su “yo” perturbado, que toma la forma del cisne negro.

La historia nos remite a clásicos como “El Dr. Jekyll y Mr. Hyde”, por la dualidad de personalidades opuestas; y también a la institutriz de “La vuelta de tuerca”, cuya represión sexual se derivaría en los aparecidos y fantasmas que la atormentan a ella y a los niños que tiene a su cargo. Y claro, a “La pianista”, sea la novela o la versión fílmica, con las que esta película guarda mucha relación.

En “El cisne negro” la ficción es más poderosa que la realidad, y eso se hace patente con la paulatina toma del control de Nina por su “yo” perverso, que avanza tal cual su mente se va degenerando. Algo a destacar es que esa personalidad actúa sobre la capacidad de autocontrol de Nina, y la obliga a hacer cosas que ésta tenía reprimidas.

La actuación de la protagonista es más que sobresaliente. Es su personaje el que lleva el peso de la historia, y Portman lo asume bien. Los demás personajes están a la altura, aunque algunos son desaprovechados, como la madre de Nina, pese a que aquí la interpretación es impecable.

Un defecto ostensible es la excesiva exposición de las alucinaciones. El espectador notará desde el inicio que la explicación del conflicto está en la mente perturbada de su protagonista. Y la reiteración continua de ese fenómeno termina por cansar.

Hay además problemas en la integración del punto de vista, y finalmente prevalece el caos. Sin embargo, los méritos son muchos más, como el solo hecho de tramar una brillante y aun complicada historia a partir de algo tan sencillo como “El lago de los cisnes”. Además, la tensión dramática, así como la capacidad del filme de atrapar al espectador de principio a fin, hacen que ver “El cisne negro” sea una agradable experiencia.

El cisne negro

Director: Darren Aronofsky

Título original: The Black Swan

Duración: 108 minutos

País y año: Estados Unidos, 2010

Idioma: inglés con subtítulos en español

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