sábado, 12 de febrero de 2011

¿Morococha tiene identidad cultural?


Apolinario Mayta Inga

En una mesa redonda, recientemente abordamos el tema con nuestro inteligente y admirado joven amigo, Naldo Orihuela Canta, docente, escritor, periodista y morocochano de pura cepa.

La identidad cultural es el conjunto de valores, tradiciones, símbolos, creencias y hábitos que funcionan como elemento cohesionador dentro de un grupo social, y que actúan como sustrato para que los individuos que lo forman fundamenten su sentimiento de pertenencia. Bajo este concepto, Morococha, distrito minero por excelencia, tiene identidad cultural. Su historia es milenaria y ha producido literatura minera, cancionero propio, periodismo, y tradiciones orales genuinas que lo diferencia de los demás pueblos.

Ahí están los libros: “Apuntes monográficos de Morococha” (1930) de Gamaniel Blanco; y de mi persona, “Morococha, tesoro de Los Andes”. En narrativa, las novelas, “El retoño” de Julián Huanay, o “Lampadas de minero” de Mateu Cueva. En ensayo encontramos “Los centros escolares obreros de Morococha” (1924-1930) de Mazzi Huaycucho; y en poesía destacan las voces de Víctor Mazzi Trujillo, Algemiro Pérez, Naldo Orihuela y Alberto Sierra.

El periodismo tiene su propia historia. Antonio Raimondi es el precursor del periodismo morocochano. Sus informes se publicaron en “El Comercio”, “El Peruano”, y en el “Boletín de la Sociedad Geográfica”. Y así también, en el siglo pasado se editaron: “El correo de Morococha”, “Justicia”, “El meteoro”, “Luminarias”, “La voz de Morococha”, “El morocochano”, y más, como ejemplos de publicaciones del lugar.

Su literatura oral fue enriquecida con mitos y leyendas del “Amarukocha y Toromocho”; o con los relatos de “La gringa wanka o Sumaq Warmi”; además de “Contrato con el Diablo o Almatapla”, solo para citar algunos.

En el folclor destacamos la hermosa estampa “Chacra Negro o Danza del minero”, que desde hace más de un siglo se cultiva, cada 28 de diciembre, en el distrito de Acolla, pero ésta nació en las entrañas de las minas de Morococha, donde trabajaban acollinos.

Si hablamos de fotografía, ahí está el “Chambi morocochano”, Sebastián Rodríguez, quien después de las importantes muestras de su obra en nuestra ciudad, no necesita de mayor presentación.

Su cancionero se engalana con las morocochanas, Esmila y Olga, “Las Hnas. Zevallos”; el famoso arpista Atilio Moreno, creció y alzó vuelo en este asiento minero. El himno de los bohemios jaujinos “Huarancayo”, nació en Morococha como lo atestigua el pintor Hugo Orellana. Las minas de Morococha, inspiraron a Juan Bolívar, Pepe Torres, al Picaflor de Los Andes y a otros.

Morococha tiene, pues, identidad cultural, porque es un pueblo que tiene historia y cultura propias. Ésta se hereda, se construye y se transforma continuamente, como sucede aquí, fragua de encuentros, desencuentros y de mestizaje cultural.

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