miércoles, 1 de diciembre de 2010

Suplemento Solo 4 del 27 de noviembre de 2010

Hoy Festival de Música ICPNA Región Centro 2010
El Instituto Cultural Peruano Norteamericano realizará hoy el Festival de Música presentará en Huancayo a los grupos e intérpretes Eros - Sangre de Acero y Daniel F, así como AFAR de Estados Unidos y DJ Stef de Haan de Holanda. Este evento se hace gracias al apoyo de la Embajada de los Estados Unidos en nuestro país, y se iniciará a las 6 p.m. en el Centro Internacional de Negocios (Jr. Piura 1230).


La cita de la semana:

Cuando entré en la Academia lo pasé fatal, más que fatal, fue horroroso. ¿Sabéis que haré? Llamaré a Marsé, él sabe de qué va eso, para que me aconseje.
Ana María Matute (Barcelona, 1925) al obtener el Premio Cervantes


Las tijeras que danzan

Leonardo Mendoza Mesias*

El Perú y en particular su región central se ven engalanadas por el reconocimiento que hace la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), al declarar como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a la Danza de las Tijeras y a la Huaconada de Mito. En el siguiente artículo, su autor aborda la primera.

Aunque la Danza de las Tijeras y a la Huaconada de Mito gozan de profundo valor simbólico en la región andina, en el presente artículo sólo abordaremos la Danza de las Tijeras, que hoy en día se ha convertido en un importante ícono para el Perú, sobre todo para aquellos que, de una u otra forma, se identifican con las regiones de Ayacucho, Huancavelica y Apurímac, donde esta danza tiene mayor difusión, y están los mayores índices de pobreza y sufrieron mucho más la violencia política de las últimas décadas.
La Danza de las Tijeras ya había recibido el reconocimiento de “Patrimonio Cultural de la Nación” en 1995 por el Instituto Nacional de Cultura. Hablar de esta danza es hacer referencia a un ritual mágico religioso en que se representa a las diferentes deidades como la Mamapacha, la Yacumama o el Waira. Así también, a otros aspectos de la vida del poblador andino. Los “galas” o danzantes, con sus atuendos vistosos y detallistas, simbolizan las fuerzas. Al enfrentarse los “galas” en el atipanacuy, no sólo a través de su destreza y excelente estado físico, deben tener coraje, ímpetu, tenacidad e instinto de superación. Con ello, se convierten en la representación de todas las fuerzas telúricas que rigen silenciosamente el universo. La danza en sí misma es el reflejo de la cosmovisión de la sociedad en que se originó, y de aquellas que la cultivan hasta ahora. Es también la expresión fidedigna del pensamiento humano contemporáneo: la oposición binaria, que es un estilo de pensamiento que se evidencia en las tijeras (las cuales son macho y hembra, agudo y grave, sacro y profano). ¿Será entonces, por esa conjugación entre el hombre, la naturaleza y lo telúrico, que estos danzantes fueron considerados —erróneamente— como supaypawawas (hijos del diablo)?
La danza en sí misma es el reflejo de la cosmovisión de la sociedad
en que se originó, y de aquellas que la cultivan hasta ahora.
La vorágine de la Danza de las Tijeras, lo que representa y lo que significa contribuyó para la obtención de esta calificación por parte de la Unesco. Es necesario entender que, siendo un símbolo cultural, retoma su impulso telúrico y se convierte en un potencial cultural estratégico. Es decir, por un lado es un factor cultural que contribuye a modificar el estatus de nuestra sociedad, por el reconocimiento que tiene nuestro país a nivel internacional. Pero por otro lado, es estratégico, pues puede contribuir a lograr un objetivo común: el desarrollo de los pueblos andinos peruanos.
Sin embargo, estimado lector, debemos entender que esta danza no sólo es una potencia cultural que permitiría un empoderamiento de nuestra cultura a nivel global, sino que al igual que otras importantes danzas, la de las Tijeras es el repositorio vivo de nuestra cultura, que no sólo es un baile y réplica de antaño. Es algo más: las danzas se sustentan en dos elementos fundamentales, la forma de pensar de quienes las cultivan o representan, y el acrisolamiento del sentir de nuestros pueblos.

*Leonardo Mendoza Mesias es docente de la Facultad de Antropología de la Universidad Nacional del Centro del Perú.



La agonía de Rasu Ñiti
(Fragmento)
José María Arguedas

“Rasu Ñiti” cerró los ojos. Grande se veía su cuerpo. La montera le alumbraba con sus espejos.
“Atok’sayku” saltó junto al cadáver. Se elevó ahí mismo, danzando; tocó las tijeras que brillaban. Sus pies volaban. Todos lo estaban mirando. “Lurucha” tocó el “lucero kanchi” (alumbrar de la estrella), del wallpa wak’ay (canto del gallo) con que empezaban las competencias de los dansak’, a la media noche.
—¡El Wamani aquí! ¡En mi cabeza! ¡En mi pecho, aleteando! —dijo el nuevo dansak’.
Nadie se movió.
Era él, el padre “Rasu Ñiti”, renacido, con tendones de bestia tierna y el fuego del Wamani, su corriente de siglos aleteando.
“Lurucha” inventó los ritmos más intrincados, los más solemnes y vivos. “Atok’sayku” los seguía, se elevaban, sus piernas, sus brazos, su pañuelo, sus espejos, su montera, todo en su sitio. Y nadie volaba como ese joven dansak’; dansak’ nacido.


Gala tusuy (danza tradicional)*

Aniano Tapia Gutiérrez
Los danzantes de tijeras se han originado antes de la época incaica. Sus cultores cumplían el papel de sacerdotes, curanderos, layas o brujos (chamanes). Con la llegada de los españoles, en protesta, los danzantes profetas andinos aparecen anunciando el fin del mundo para los europeos, y entonces son perseguidos y ejecutados.
Según los cronistas, por presión de los españoles, los danzantes adecuaron estos festejos a la Pascua de Navidad, Año Nuevo y Pascua de los Reyes. En la actualidad la danza se practica con diversos nombres: “Danzas” en Ayacucho, “Sangras” en Apurímac y “Gala” en Huancavelica.

* Fragmento del libro “Mi terruño, pequeña pradera”.

La Huaconada de Mito y la educación liberadora


Máscara del huacón moderno.

Consuelo Arriola Jorge

En el presente artículo, la escritora y educadora Consuelo Arriola nos habla mucho más de la Huaconada de Mito, pero esta vez desde una perspectiva pedagógica.

De todas las artes, se considera más antigua a la danza. Su quehacer actualmente cobra más importancia por la interconexión con otras artes que la enriquecen. Así por ejemplo, en el caso de la Huaconada de Mito, reconocida recientemente como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, postulamos que es parte del arte popular que está al servicio de una educación liberadora.
Esta danza, por el disfraz, tiene dos manifestaciones: el huacón antiguo y el huacón moderno. Sin embargo, ello no la inhabilita para mantener la unidad en cuanto a su significado moralizador. Actualmente ya no se expresa en el sentido del castigo físico o moral a los infractores, pero sí lo hace a través de los símbolos del “tronador”, la expresión de las máscaras y la literatura oral que la rodea. Entonces, si ser huacón lleva implícito un significado moralizador, practicar esta danza conlleva a una autocrítica sobre la vida moral del mismo danzante. Por ello, se estaría realizando una de las características de la educación liberadora: la capacidad crítica.
La Huaconada ha dado también origen a múltiples investigaciones, como la del historiador Simeón Orellana. Más aún, existen creaciones líricas, como las de los poetas Armando Casquero Alcántara o Tulio Mora. Este es el cimiento para que niñas, niños y hombres de todas las edades opten por expresar emociones y sentimientos que afloran al vivir esta imponente danza en todo su esplendor, los tres primeros días de enero. Con ello se practica la capacidad creativa.
En el caso de la Huaconada, era acompañada originariamente por la quena y la tinya. En la actualidad se hace con una orquesta que mantiene la tonada alegre y rítmica con un estribillo (Guillén-Napaico: “Monografía de Mito”) que permite grabar en la mente de los bailantes y observadores. Danzar se convierte, así, en una liberación y un placer estético acompañado de la melodía.
En la antigüedad cada danzante elaboraba su propia
máscara. En cada una se nota la expresión autoritaria.
La máscara tallada en madera, preferentemente de aliso, ha sido objeto de variadas investigaciones. En la antigüedad cada danzante elaboraba su propia máscara. En cada una se nota la expresión autoritaria. De manera particular, cada una es única por los detalles que surgen al momento de crearla.
El tronador o “zumba” es otro elemento. Fabricado de tejido artístico de cuero de vacuno, su mango puede ser la pata de un venado, lo cual le da mayor valor. El sombrero tejido y adornado con cintas coloridas y un “rosón” al centro es otro componente que indica poder.
Donde se ha ahondado poco es, quizá, en la textilería. El tejido es otra obra de arte que brota de las manos de tejedores y tejedoras del distrito. Los dibujos en las medias del huacón moderno aluden a las coloridas flores propias del valle, y difieren mucho de los tejidos de otras zonas. Antiguamente también las medias las confeccionaba el propio danzante, su madre, hermana o novia.
El bordado de los mandiles y zapatillas del huacón moderno, por su parte, esboza en el delantal de satén figuras de picaflores, flora del valle, corazones, lazos de amor y mensajes sublimes. Es una pena que estos bordados están siendo reemplazados por la “pana china” y van quedando en el olvido.
Por el rol moralizador que cumplían los huacones, no se daban a conocer por su nombre propio. Así, eran “bautizados” como “El zorro”, “Yanacata”, “Chihuaco”, “Chico Malo”, “Mantarino”, “Ají verde”, entre otros. Cada uno tiene un significado, a veces irónico, pero siempre acorde con la personalidad, característica física o psicológica del nuevo huacón que se inicia con el rito del “corta rabo”.
El atuendo del huacón antiguo, por su parte, conserva su propio significado, que nos remite a épocas preincas, donde lo básico es una máscara grotesca. Los tejidos están hechos de lana de oveja y las ojotas de cuero.
La declaración de la UNESCO, finalmente, debe servir para preservar los valores de esta danza milenaria, cuyo significado, música y elementos forman el juicio crítico y las características de una educación liberadora. Que las nuevas generaciones no la sacrifiquen en aras de la modernidad y la moda, la libertad o la identidad del pueblo, porque “la voz del pueblo, es la voz de Dios”.

Más datos:
Actualmente, en Mito hay cultores del arte del tallado de máscaras: Abel Beriche Macha, Andrés y Julio Landeo Alvarez, Carlos y Juan Verástegui Perales, entre otros. En la textilería destacan doña Antonieta Picho Verástegui y Mercedes Acosta Palomino.


Perfume de mujer

Plataforma
Michel Houellebecq
Ella se tumbó sobre mí y frotó vivamente su pubis contra el mío, lanzando grititos de placer; yo subí las manos y le acaricié la nuca. Cuando llegó al orgasmo se quedó quieta, dejó escapar un largo jadeo y se derrumbó sobre mi pecho. Yo seguía dentro de ella, sentía las contracciones de su vagina. Ella tuvo otro orgasmo, una contracción muy profunda, que venía del interior. La abracé con fuerza, involuntariamente, y eyaculé con un grito.

Pablo Picasso: “Apretón”

El buen salvaje: Huacones y danzaq: por partida doble

Sandro Bossio Suárez

Primero fue Machu Picchu, a continuación Sofía Mulánovich, más tarde Kina Malpartida, luego la gastronomía peruana, en seguida Claudia Llosa y su cine simbólico, y un año después el premio Nobel de Literatura de Mario Vargas Llosa. Ahora, mucho más cerca de nosotros, nos sorprende la Huaconada y la Danza de Tijeras.
En otras palabras, la cultura peruana ha alcanzado el cenit, y se mantiene en él. Como sabemos, la Danza de las Tijeras y la Huaconada de Mito, ambas ligadas a la demonología andina, fueron incluidas por el Comité Intergubernamental de la Unesco en su Lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
La Huaconada, en primer lugar, tan a nuestro alcance, es una manifestación social reglamentaria, pues pretende escarmentar a los insumisos con las normas éticas y legales. Luego de la misa del 1 de enero, setenta huacones y dos caporales se presentan, ataviados con máscaras demoníacas y frazadas, en la plaza principal del pueblo. Blanden en una mano un látigo amenazante. La música que marca el compás brota de una orquesta típica habitada en su mayoría por varios saxos y clarinetes, y un violín y un arpa. Luego, a vista de los cientos de asistentes, los danzantes, organizados en parejas, inician las pruebas físicas denominadas “caramusas”. Tras diversos ejercicios, por la tarde, los huacones inician un rito fantástico: danzan levantando los brazos, en círculos, sosteniendo sus mantas, tratando de imitar el vuelo de un cóndor. Para el estudioso Simeón Orellana Valeriano, la máxima autoridad en el tema, esta coreografía trata de una adoración al dios Sol.
Todo indica que la Huaconada es prehispánica. Algunos aseguran que tiene más de mil quinientos años. En quechua, “huacón” significa “máscara” o “enmascarado”. Ya en las crónicas de Indias aparece como una danza milenaria. José de Acosta señala, en 1590, que “otras danzas había de enmascarados, que llamaban guacones, y las máscaras y su gesto eran del puro demonio”. Diego González Holguín, en su vocabulario de quechua, en 1608, refuerza la idea de que a los enmascarados se les llamaba “huacón”, igual que Alonso de Barsana en su vocabulario y praxis de la lengua general de los indios del Perú.
Todo indica que la Huaconada es prehispánica. Algunos
aseguran que tiene más de mil quinientos años.
Felipe Guaman Poma de Ayala, en 1613, presenta el dibujo de una danza llamada “uaco taqui uacon”, que significa algo así como “canto o canción del baile de los enmascarados” y formaba parte de las festividades del Chinchaysuyo, a cuyo territorio pertenecía el reino Huanca. La máscara era un venado disecado o imitaba a este animal.
En 1616, fray Martín de Murúa afirma la existencia de una danza de enmascarados, denominada “guacones”, que era practicada por los nativos desde el Incanato.
Por otro lado, la Danza de las Tijeras, a decir del sociólogo Vicente Otta Rivera, es una danza de hombres que se desarrolla en contrapunto (Atipanakuy), al son del arpa y del violín. En el campo, antaño, se llamaba “Supay huapasi tusak” o, traducido, “el danzante en la casa del Diablo”. Fue José María Arguedas quien generalizó el nombre “danzante de tijeras” por esos adminículos filosos que los danzantes (“danzaq” en Ayacucho) llevan en la mano derecha y que las entrechocan mientras bailan.
En la sierra sur se baila desde abril hasta diciembre y cada melodía corresponde a distintas estaciones de la danza: pasacalle, para marchar en las calles; y “Wallpa wajay”, cuando son las tres de la mañana y canta el gallo. Durante el día, se toca en tono mayor, por la noche, en tono menor. “El primer día (Anticipo), llegan al pueblo los músicos y danzantes. A las 12 de la noche, en secreto, hacen el pago en la plaza, la ofrenda al Huamani. El segundo día (Víspera), desfilan por las calles y bailan en contrapunto desde las 6 de la mañana hasta las 8 de la noche. El tercer día (Día Central), se hacen las pruebas: hacen números de magia, se traspasan con agujas y espinas, suben a las torres de la iglesia (torre bajay) donde realizan demostraciones de equilibrio y acrobacia. El cuarto día (Cabildo), bailan otra vez hasta las 8 de la noche y el quinto día (Despacho), regresan a su lugar de origen”, explica Otta Rivera.
Estas dos danzas, con el transcurrir del tiempo y su incorporación a los espacios urbanos, operaron profundos cambios, al punto que ahora es posible hablar de versiones antiguas y modernas. Como fuere, lo cierto es que estas dos danzas milenarias de nuestras entrañas terrenas han vuelto a ponernos en la cresta de la cultura mundial.

Centenario de la muerte de Tólstoi

Un día como el 20 de noviembre último, Leiv Tólstoi falleció. Se cumplen cien años desde entonces, y el mundo ha hecho una serie de actos conmemorativos a la que se suma Solo 4.

Bajo los tilos de Yasnaia Polaina, en un claro del bosque llamado Stara-Zakaz, hay una sencilla tumba. Allí reposan los restos del conde Leiv Nikolaievich Tólstoi (Yásnaya Poliana, 28 de agosto de 1928 – Astapovo, 20 de noviembre de 1910), el gran escritor ruso que legó a la humanidad obras inmortales como “Guerra y Paz” (se empezó a publicar en 1865, y se editó en forma de libro en 1869) o “Anna Karenina” (1875-1877).
Tólstoi no era famoso únicamente por su obra, sino también por su manera de pensar y actuar, que iban entre la excentricidad y el absurdo. Ya en sus últimos años tuvo una de sus grandes crisis religiosas, que lo llevó a negarse cualquier tipo de placer, y a convertirse en una suerte de asceta místico. Empeoró entonces su ya maltrecha relación matrimonial. Todo ello influyó mucho en su propia obra, que si bien él mismo apreciaba en su calidad artística, se sentía insatisfecho, en cambio, de su alcance para llenar el vacío que lo agobiaba. De esa época son la breve obra maestra “La muerte de Ivan Ilich” (1886) —la agonía de Ivan Ilich, y el vehemente rechazo a la esposa, se asemeja mucho a lo que iba a ser su propia muerte— y “Sonata a Kreutzer” (1889), una suerte de manifiesto contra el matrimonio.
Ese 20 de noviembre de 1910 la prensa de todo el mundo informó conmovida de la muerte de Tólstoi, acaecida a las 6 de la mañana. Minutos antes había dicho “hay sobre la tierra millones de hombres que sufren. ¿Por qué estáis al cuidado únicamente de mí?”.


El pacifismo mesiánico de Tolstói [dejó] una marca en la historia: Mahatma Gandhi fue uno de sus más ilustres discípulos, al igual que Martin Luther King […]. Pero el inmenso prestigio que llegó a alcanzar en el mundo entero no hubiera sido posible si, detrás de sus audaces, pintorescas y a veces temerarias teorías, no hubieran existido las novelas que escribió, sobre todo ese prodigio que es “Guerra y Paz”.
Mario Vargas Llosa, “La querencia del maestro”

Esta muerte, en una pequeña estación, de un anciano profundamente abatido, huyendo de todo lo que había amado: su mujer, sus hijos, la casa de sus antepasados, forzoso es que aparezca como trágica ante el juicio de los hombres; mas para él era la liberación: la liberación del fardo de la tierra, cuyo peso le ahogaba.
Condesa Sofía Andreíevna (viuda de Tólstoi)

“Anna Karenina” [es] tal vez la más grande novela del amor mundano y del adulterio. Vronski, Anna, su marido, el flujo y reflujo de la pasión que crea y deshace el mundo de los amantes, viven dentro de aquellas páginas con una espontaneidad plena y casi inocente. Hay mucho de él y de su juvenil petulancia en Vronski, como hay mucho de él en todas sus obras.
Arturo Uslar-Pietri, escritor venezolano

Yukio Mishima: 40 años de su muerte

Hace cuarenta años, el gran escritor japonés Yukio Mishima (14 de enero de 1925 - 25 de noviembre de 1970) se suicidó en un antiguo ritual. Ese día tomó en rehén junto a cuatro de sus colaboradores de la “Sociedad del escudo” al comandante del cuartel general de Tokio, con quien tenía pactada una cita.
Luego de lanzar algunas arengas a los soldados contra el capitalismo occidental y “ese liberalismo que había afeminado al Japón”, intentó convencerlos de iniciar un levantamiento general a fin de devolver al emperador a su sitial como encarnación viva de la divinidad. Pero fue abucheado y hasta le lanzaron, entre otras cosas, latas de gaseosa.
Poco antes acababa de entregar a la imprenta el manuscrito de “La corrupción de un ángel”, última parte de su tetralogía “El mar de la fertilidad”.
Su primera y más afamada novela, “Confesiones de una máscara” (1949), cuenta el despertar de su homosexualidad. El gran éxito de sus obras le permitió ser nominado hasta en tres oportunidades al Premio Nobel de Literatura.
Luego del revés con los soldados, se encerró en el despacho del comandante y se hizo un profundo corte en el estómago con una daga, en la modalidad de suicidio denominada seppuku. A continuación, fue decapitado, luego de varios intentos, por uno de sus acompañantes.







Cabeza de Yukio Mishima poco después de su decapitación ceremonial.

Función continuada: Atracción peligrosa

La ciudad de los antihéroes

Juan Carlos Suárez Revollar
La primera película dirigida por Ben Affleck fue “Desapareció una noche” (“Gone, Baby, Gone” (2007) —hasta entonces, si bien había participado en varias valiosas películas, e incluso en un par con dos grandes directores: Gus van Sant y John Frankenheimer, era principalmente conocido por blockbusters como “Armagedón”, “Daredevil” o “Pearl Harbor”—. Este policial tiene a una pareja de investigadores que busca a una niña presuntamente secuestrada. Su sórdido contexto va llevando al espectador hacia un final absolutamente pesimista.
Como en este filme, “Atracción peligrosa” (“The Town”, 2010), segundo trabajo de Affleck como director, tiene personajes que viven al margen de la ley. La acción se inicia con el asalto a un banco de Boston por parte de un grupo de atracadores encabezados por Doug MacRay (Ben Affleck).
La colaboración obligada de una empleada del banco, Claire Keesey (Rebecca Hall), y su inmediata toma en rehén, marca el inicio de lo que será una relación entre Doug y ella. Ese elemento es el desencadenante para los cuestionamientos que surgen en él, particularmente referidos a su modo de vida, del que parece no poder escapar.
Más que las escenas de acción presentes a lo largo de todo el filme, destacan las brillantes situaciones ligadas con el ámbito lumpen: desde los modos de vida hasta los conflictos. Por supuesto, hay secuencias memorables, como aquella en que Doug visita a su padre (Chris Cooper) en prisión, que contiene diálogos sólidos y un poderoso planteamiento visual y dramático.
La interpretación de los actores es en general satisfactoria e incluso sobresaliente. Quizá el único que muestra algunos altibajos es el propio Affleck. Sin embargo, los personajes están tan bien construidos que cualquier defecto de esta índole es absorbido por la historia, aun con algunos personajes que apenas aparecen —por ejemplo Stephen MacRay, el padre de Doug, o principalmente el florista Fergus 'Fergie' Colm (Pete Postlethwaite)—. “Atracción peligrosa” tiene una línea dramática constante, sin tropiezos, salvo, acaso, el final edificante o la excesiva torpeza de la policía.
Definitivamente, Ben Affleck se revela como un excepcional director, cuya obra futura será esperada con mucho interés.

Atracción peligrosa
Director: Ben Affleck
País y año: Estados Unidos, 2010
Duración: 125 minutos
Título original: The Town
Idioma: inglés con subtítulos en español

Y en cartelera:
Lo mejor del último mes ha sido “Atracción peligrosa”, que estuvo en proyección durante dos semanas. Ahora se estrena el filme animado “Megamente”, que tiene buenos comentarios de la crítica internacional, al igual que la penúltima entrega de Harry Potter. Por su parte, si bien “Hachiko: siempre a tu lado” es una obra menor del sueco Lasse Hallström —dirigió los brillantes “Mi vida como un perro” (1985) y “¿A quién ama Gilbert Grape?” (1993)—, es de interés.

Agenda semanal

Festival de Música
ICPNA Región Centro 2010
Con el apoyo de la Embajada de los Estados Unidos de América
Eros - Sangre de Acero / Daniel F / AFAR de EE. UU. / DJ Stef de Haan
Centro Internacional de Negocios (Jr. Piura 1230, Huancayo)
Sábado 27. Hora: 6 p.m.
Ingreso con invitación

Presentación de libros
“Una hoja y una rosa” y "Túmulo de piedra del gato salvaje" del escritor Dennis Syluk
Comentan: Marissa Cárdenas y Minerva Peñaloza de Herrera
Martes 30. Hora: 7 p.m.
Auditorio del ICPNA Región Centro, Jr. Ayacucho 169, Huancayo
Ingreso libre

CINE
Promesas del este
Ciclo David Cronenberg
Foristas: Jorge Jaime y Roberto Loayza
Lunes 29. Hora: 7 p.m.
Centro Cultural Continental, calle Real 125, Huancayo.
Ingreso libre

El niño y el toro
Cine Alternativo
Viernes 3 de diciembre. Hora: 6 p.m.
Auditorio de la Dirección Regional de Cultura Junín
Jr. San Fernando 181, San Carlos, Huancayo
Ingreso libre