martes, 14 de diciembre de 2010

Microcuento de la semana: Tanathos

Tanathos

Álvaro Sánchez Schwartz
De noche, parado frente a aquel barranco, su mirada se encuentra perdida en la nada. A sus pies, las afiladas rocas del mar lo vienen esperando desde hace tanto tiempo ya. El viento, como siempre, susurra ese canto de sirena que se pierde descorazonado al borde del acantilado. Su pena, tan inmensa y tan humana le ha llevado de silencio en silencio hacia esta noche ennegrecida por la indiferencia de la tarde. Una vez más, recuerda uno a uno los distintos momentos de su vida. En sus ojos, el dolor y la desesperanza se han ido acumulando en ese mirar frío, cargado de injurias y soledades, de caminos derruidos y amores contrahechos. Lanzarse, caer, acabar con todo. Su mirada es aquella oscuridad inacabable de la noche, confundida con el gélido reflejo de las olas. Caer y acabar con todo. Escucha una vez más el canto nostálgico del viento y la risa cómplice de las sirenas. Observa pausadamente la distancia entre el fondo del precipicio y su piel. Cierra tristemente sus ojos y ladea la cabeza, se aparta. Es inútil, aún cayendo, él ya está muerto.

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