sábado, 30 de octubre de 2010

De cuerdas y repercusiones: Sobreviviente en actividad

Pío Altamirano M.

Así es como se siente Daniel F, quien presentó recientemente su libro “Manuskritos desde una calle vedada”, en una artística y pulcra edición.
Con este libro nos demuestra que no es sólo un rockero y trovador orgánico, sino un contador de historias y anécdotas, muy amenas y cargadas de humor e ironía. Es un libro de corte autobiográfico, que da testimonio de vida de la década de los setenta e inicios de los 80 que, en sus palabras, dice: “marcarán a fuego mis pasos y se volverán luz de mis escalinatas”.
El libro enciende los recuerdos y
las pasiones de quienes recorrimos
similares trayectos: la devoción
espiritual y el rito.

El libro enciende los recuerdos y las pasiones de quienes recorrimos similares trayectos: la devoción espiritual y el rito que conllevaba conseguir y escuchar un disco; una manera distinta de entender la emoción. El desapego al colegio, pero no al colegio en sí, sino, en el fondo, al sistema educativo; o la creencia de que el rock y toda esa convivencia iba a cambiar la historia y la vida. El rock, entonces, iba contra las convenciones sociales, “las buenas costumbres”, y los protocolos de adultos.
Daniel tiene una visión memoriosa, histórica y crítica, pues se exponen los cambios y las tendencias musicales, explicando el cambio social que ha sufrido nuestra sociedad, y como muchos, también el padecimiento de cruentos años de guerra y desangramiento interno. Así también, la falta de oportunidades, la educación castrante o la discriminación, que parieron movimientos musicales que no repararon en escupir su furia, su desencanto y sus esperanzas.
Nos dice también que la industria musical de hoy ha anulado de todo requerimiento al talento musical. Se bloquean la imaginación con los videoclips e inventan los rankings, promoviendo la cobardía y la mansedumbre. Concluye que “la música es la principal razón de una banda de rock. No sólo como ruptura estética, sino como vehículo de lo que uno quiere compartir; que sea el motor sonoro de una actitud de vida”. Muchas razones para leer y releer “Manuskritos desde una calle vedada”.

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