miércoles, 28 de julio de 2010

Parra del Riego: cantor del fútbol

(Edición Nº 321 del 10 de julio de 2010)

Apolinario Mayta Inga
Desde Píndaro es tradicional la presencia de la poesía en las competencias deportivas.
Pero fue, es y será el poeta huancaíno, Juan Parra del Riego, el más grande cantor del fútbol y el aedo del estadio y de las multitudes. Según Eugenio D’Ors, no se le puede escuchar sentado, sino delirando en repentinos estallidos.
Su inclinación hacia el fútbol no fue ocasional. Siendo estudiante en el Colegio Ciencias del Qosqo, demostró su habilidad en la práctica de este deporte.
1925 fue el año de sus triunfos, matrimonio y muerte. Gana el concurso convocado por el Municipio de Montevideo con su “Canto al carnaval” y su poesía es aprendida y sentida por la juventud que vibra y clama por él.
Ese año el fútbol invadió al Uruguay, cuando su selección, por vez primera, conquistó la medalla de oro en las Olimpiadas de París 1924.
Los futbolistas Gradín, Andrade, Scarone, Petrone, Mazzali, Gestido y Castro, eran como héroes de una nueva Ilíada. Y el vate huanca cantó a Isabelino Gradín.
Parra del Riego murió el 21 de noviembre de 1925. El Uruguay le expresó su admiración en vida y le acompañó multitudinariamente hasta su tumba del cementerio El Buceo en Montevideo, alrededor de la cual se plantaron 11 cipreses que, como otros tantos jugadores de un simbólico equipo de fútbol, harían guardia permanente custodiando el sueño eterno del poeta huancaíno.
Gradín fue antecesor ilustre de Andrade, Eusebio, Pelé, Maradona, Messi. Era un fantástico delantero, de extraordinaria habilidad, y el poeta huancaíno le dedicó esta inspirada oda al fútbol: Palpitante y jubiloso / como el grito que se lanza de repente a un aviador, / todo así claro y nervioso, / yo te canto, ¡oh jugador maravilloso! / que hoy has puesto el pecho mío como un trémulo tambor.

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