domingo, 25 de julio de 2010

Fútbol (2): Y otra vez como ayer

(Edición especial Nº 320 del 03 de julio de 2010)

Especial de fútbol, en “Solo 4”
Y otra vez como ayer

María Teresa Zúñiga Norero

Hoy que estamos involucrados en una red de telecomunicación y tecnología de alto nivel, me vienen a la memoria los tiempos en que las radios encendidas y los pocos televisores en blanco y negro trasmitían el mundial de fútbol, y después de cada partido ganado por nuestra selección, la ya no tan legendaria calle Real era invadida por automóviles de la época que desfilaban presionando el claxon y haciendo ovación, con pitos, tapaderas de ollas, matracas y demás. Era una sensación extraña que surgía de la nada, como si hubiesen emergido de la tierra misma, como si fuera un espectáculo previamente organizado. La gente salía a las calles portando regias banderas y la famosa consigna: ¡Perú, Perú, Perú campeón! Las Radios, no dejaban de anunciar el mismo goool… todo el país vibraba. Desde uno de los balcones de la calle Real guardaba aquellas escenas y a pesar del tiempo transcurrido aun permanecen. Cada triunfo alimentaba en mí un espíritu de querer alcanzar lo imposible.
Hoy, lejos de estas emociones, apagadas quizá por un constante fracaso futbolístico, producto de la corrupción dirigencial, o por la ausencia de aquel espíritu gladiador, heroico y épico de otras épocas, o quizá ocupada en otras pasiones, mis pasiones, las verdaderas, me detengo siempre en cada gol, trasmitido en todo lugar, en una tienda o restaurant, en un MP3 o en un celular, en la calle, en el colegio, en un salón de clases, y veo sorprendida cuán sudamericanos somos. Sin embargo, me queda la sensación terrible de las calles vacías, de gente desconocida transitando por nuestra calle Real —nuestra porque nadie más la quiere—, con su bullicio peatonal y el sonido del claxon miserablemente desperdiciado, cada quien en sus pasiones, y la pobreza, como antes, pero hoy desgarradora, hablándote de frente, con el mismo idioma que no queremos entender, y en medio de todo ello, el fútbol. La pasión de multitudes, el único deporte que mueve al mundo, un mundial llevado a cabo en un país con bajísimas temperaturas y altos índices de pobreza, con estadios llenos sólo de aquellos que pueden pagar semejantes precios, con Sudafricanos, bailando incansables la fiesta deportiva, y en medio de todo ese enjambre se nos muere Saramago, lo anuncian los pequeños lazos negros de la selección portuguesa.

EN ESE MOMENTO DESPIERTO
En estos tiempos la ceguera es necesaria, así como el fútbol, para ocultarnos detrás de una máscara, regresando a los tiempos de la Tragedia Griega en que la máscara era la representación de las mil identidades y es por eso que somos sudamericanos, porque más que nunca necesitamos estar en una tribuna vitoreando nuestros propios triunfos. Y no estoy hablando de fútbol solamente, quizá sea necesario estar nuevamente en nuestros balcones y observar más allá de nuestra ceguera acostumbrada y descubrir que no siempre la realidad es la que nos pintan. Ver más allá de lo evidente quizá nos haga entender que las máscaras solo funcionan en los escenarios y en los carnavales, y es posible que al final podamos decir como José Saramago: “Aquí estamos, inconformes”.

MÁS DATOS
María Teresa Zúñiga Norero (Huancayo, 1962) es integrante y fundadora del grupo teatral “Expresión”, y una de la dramaturgas más importantes y originales del país. Es autora de más de una veintena de piezas teatrales entre las que destacan “Mades Medus”, “Zoelia y Gronelio”, “Atrapados”, “Metamorfosis” y “Corazón de fuego”. Su obra ha sido traducida al inglés, y la Universidad de Minnesota ha editado una selección bajo el título de “Teatro, memoria y herencia”. Ha obtenido numerosos galardones, como el “Premio Nacional de Dramaturgia” y el “Reconocimiento como Primera Actriz y Dramaturga Nacional”.

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