sábado, 24 de julio de 2010

Fútbol (11): Oda al fútbol y a la literatura

(Edición especial Nº 320 del 03 de julio de 2010)

Oda al fútbol y a la literatura
Diego Gándara

Uno de los primeros en dar el puntapié inicial fue el francés Henri de Montherlant, quien en 1918 publicó “Los once ante la puerta dorada”. Años más tarde, Pablo Neruda le siguió en el juego y reivindicó el oficio del futbolista en los poemas “Los jugadores” y “Colección nocturna”, reunidos en “Crepusculario” y “Residencia en la tierra”, respectivamente.
Difícil, pese a todo, sucumbir a la tentación de asistir a un partido de fútbol y de doblegarse ante la magia escondida en un balón que va a parar al fondo de la portería y despierta la algarabía unísona de la afición. Gabriel García Márquez, después de ver un partido entre Millonarios y Junior de Colombia, afirmó: “No creo haber perdido nada con este irrevocable ingreso que hoy hago públicamente a la santa hermandad de los hinchas. Lo único que deseo, ahora, es convertir a alguien”.
Antonio Gramsci, uno de los intelectuales comunistas más renombrados, tampoco resistió a la fascinación y dijo que el fútbol era “el reino de la lealtad humana ejercida al aire libre”. Escritores como Albert Camus y Peter Handke también encontraron en el fútbol una fuente de la que podían nutriste para pergeñar una historia, no sólo por su declarada admiración hacia ese deporte, sino porque en él se resumían los conflictos, las aspiraciones y la compleja vida de cualquier ser humano.
El autor de “La peste”, que en su juventud fue portero en un equipo de Argelia (el Racing Universitaire), solía afirmar que el hecho de saber que la pelota nunca llega por donde se la espera le había ayudado mucho en la vida y que lo poco que sabía de la moral y de las obligaciones de los hombres se lo debía, precisamente, al fútbol. Por su parte, el ahora polémico escritor austriaco resumió los temores más recónditos del alma humana en un título por demás revelador: “El miedo del portero al punto de penalti”.
Arte redondo. Con la globalización del espectáculo, el fútbol dejó de ser un deporte no apto para intelectuales. Y autores como Jorge Amado, Mario Benedetti, Augusto Roa Bastos, Juan Carlos Onetti, Rubem Fonseca, Miguel Delibes, Ignacio Martínez de Pisón, Nick Hornby y Manuel Vázquez Montalbán se han acercado sin complejos ni culpas a un deporte que despierta las pasiones más ocultas y que, en palabras de Javier Marías, es “la recuperación semanal de la infancia”.

Imagen: El jugador de fútbol (Pavluk Arkady Grigorievich - Ucrania).

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